Víctor Esquirol
Crítico de cine

Del drama a la gloria: León de Oro para Audrey Diwan

La 78ª Mostra de Venecia corona a Audrey Diwan por su último film, ‘El acontecimiento’, intenso seguimiento al drama del aborto clandestino en los 60. El palmarés lo completan nombres como Jane Campion (Mejor Dirección), Paolo Sorrentino (Gran Premio del Jurado) y Penélope Cruz (Mejor Actriz).

Audrey Diwan, la gran ganadora de la Mostra de Venecia. (Filippo MONTEFORTE/AFP)
Audrey Diwan, la gran ganadora de la Mostra de Venecia. (Filippo MONTEFORTE/AFP)

Hará unos pocos meses, el mundo del cine sintió una fuerte convulsión que vino, cómo no, desde el Festival Cannes. Por primera vez, una mujer (Julia Ducournau) se alzaba en solitario con la Palma de Oro, el galardón más preciado en la autoría fílmica. Lo hizo, recordemos, gracias a su nuevo y demencial trabajo, ‘Titane’, una película definida por ella misma como «imperfecta». Orgullosamente imperfecta vaya. Está claro que el mundo y el séptimo arte han entrado en una nueva era; en un presente en el que por fin se escucha a quien antes se condenaba al silencio, y en el que se tienen en consideración a esas obras que antes no se tenían en cuenta. Porque incomodaban, porque nos forzaban a mirar allí donde nos habían dicho que teníamos que taparnos los ojos. Porque eran imperfectas.

Con todo esto, y en este sentido, queda claro que vivimos en un mundo mejor. Lejos de ser perfecto, pero sin lugar a dudas mejor. Una nueva prueba de ello la brindó la 78ª edición del Festival de Cine de Venecia, la cual tuvo a bien concluir con un León de Oro que gustará más o menos, pero que también se antoja como incontestable. El presidente del jurado, Bong Joon-ho, habló de unanimidad en la toma de la decisión más importante que se le había impuesto, a él y a sus compañeros. No hubo duda, pues, a la hora de coronar a Audrey Diwan, artista franco-tunecina con apenas dos películas como directora en su hoja de servicios.

Con ‘El acontecimiento’, su segunda, tocó el cielo veneciano. Después de que la temporada 2020-2021 concluyera con la consagración de Chloé Zhao y su ‘Nomadland’ (cuya brillante andadura empezó aquí mismo, en el Lido), ya se puede decir que la 2021-2022 sigue apostando muy fuerte por el talento femenino. Primero apareció Julia Ducournau; ahora tenemos a Audrey Diwan. Centrándonos solo en las tendencias que se marcan desde la ciudad de los canales, se puede seguir hablando, por segundo año consecutivo, de «Leonas de Oro», y ojo, porque por fin parece que se ha roto la hegemonía de Hollywood. Todo buenas noticias, vaya.

Mejores aún cuando se tienen en consideración las virtudes de una película (de ‘El acontecimiento’ hablo) que se la juega, que por ello no siempre acierta, pero que a fin de cuentas se hace respetar (incluso admirar) por la valentía en su mirada. Porque por muy buenas sensaciones que ahora mismo tengamos en la burbuja veneciana, no está de más recordar que este «mundo mejor» se encuentra también en un punto de inflexión crítico; en un momento en el que, por increíble que parezca, nos estamos debatiendo entre seguir caminando hacia delante... o por el contrario, volver hacia atrás.

Pues bien, ‘El acontecimiento’ nos lleva a ese punto del que venimos. Aquel del algunos huyen, y al que otros quieren regresar. En la república francesa de la década de los 60 (ese supuesto faro de las libertades y los derechos humanos), la cámara de Diwan no se despega de la magnética presencia de Anamaria Vartolomei, alter ego cinematográfico de la escritora Annie Ernaux, quien por aquel entonces tuvo que enfrentarse a la experiencia traumática de un aborto no deseado (justo en su época de estudiante universitaria) en el contexto de una sociedad que contemplaba la opción del aborto como un crimen terrible. Como un tabú.

‘El acontecimiento’ es un film de valores cinematográficos impresionantes (a saber, un trabajo de cámara en perfecta sintonía con una actriz principal impresionante) que además nos recuerda el horror del que venimos, aquel con el que otras muchas mujeres siguen combatiendo. Argumentos artísticos y políticos de sobra para un León de Oro que huele a perfecto barómetro del presente. El que vemos dentro y fuera de la pantalla. La Mostra de Alberto Barbera sigue acertando.

Aunque también debe señalarse que el resto de palmarés no fue tan redondo. Bong Joon-ho y sus compañeros de jurado fueron encadenando aciertos y errores a una velocidad pasmosa. En orden de importancia, el Gran Premio del Jurado fue para la deslumbrante ‘Fue la mano de Dios’, de Paolo Sorrentino, film que también conquistó, con mucho merecimiento, el galardón a la Mejor Interpretación Joven, que fue para el protagonista Filippo Scotti, alter ego del propio director.

Las categorías interpretativas se completaron con un acierto rotundo (el del Premio a la Mejor Actriz para la Penélope Cruz de ‘Madres paralelas’) y un tropiezo injustificable (el del Premio al Mejor Actor para John Arcilla, protagonista del thriller filipino ‘On the Job 2: The Missing 8’). El Premio Especial del Jurado fue para el maestro Michelangelo Frammartino y su emocionante odisea de ‘Il buco’, mientras que el Mejor Guion fue para la floja adaptación de Maggie Gyllenhaal a Elena Ferrante en ‘The Lost Daughter’.

Por suerte, el Premio a la Mejor Dirección se lo quedó otra maestra, la neozelandesa Jane Campion, por ‘El poder del perro’. En este festival, ya se ve, los triunfos se leen en clave femenina. Un «acontecimiento»... que debe erigirse en norma general.