Intimida hablar sobre ‘Dune’ (2021), porque se ha escrito tanto desde el pasado siglo sobre el ciclo literario de Frank Herbert, a partir de su escritura en los años 60, y se ha discutido tanto sobre la imposibilidad de su adaptación al cine que lo único que cabe esperar es que la película de Denis Villeneuve entierre por fin las viejas controversias que no llevan a ninguna parte.

Las primeras impresiones apuntan a que el cineasta quebequés ha conseguido lo que parecía imposible, no solo sacar adelante una traslación fiel al libro, sino poner a casi todo el mundo de acuerdo en que ha hecho lo que había que hacer. No es fácil conjugar el gran espectáculo con la autoría dentro de la ciencia-ficción, y Villeneuve se acaba de convertir en el rey del género, dejando muy atrás al hasta ahora reverenciado Christopher Nolan.

Por otra parte, se viene a demostrar algo que venía estando claro pero que costaba aceptar, y es que tanto el proyecto del chileno Alejandro Jodorowsky a mediados de los 70 como la posterior versión de David Lynch del año 1984 llegaron demasiado pronto.

Además de por una cuestión de falta del necesario desarrollo tecnológico, que también, sobre todo debido a una falta de asimilación de una novelística que reclamaba mucho más margen para poder ser asimilada.

Su influencia se ha extendido durante las últimas décadas, tanto en las superproducciones cinematográficas denominadas space-óperas como en las series televisivas de últimas hornada, y hoy es el día que ‘Dune’ (2021) se presenta como la conclusión adulta del trabajo iniciado por George Lucas con ‘Star Wars’, aunque con matices, ya que el grado de infantilización es relativo y depende de estrategias comerciales frente a la calificación por edades.

En ese sentido, la producción de ‘Dune’ (2021), que ha costado a Warner 155 millones de dólares, evita la violencia para llegar a todos los públicos, pensando en una segunda parte.