Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión
CRíTICA DE ‘THE VELVET UNDERGROUND’ (PERLAK)

Ritmillos para un Sunday Morning

La banana warholiana del disco 'The Velvet Underground & Nico'.
La banana warholiana del disco 'The Velvet Underground & Nico'.

Arranqué Zinemaldia con la peregrina idea de que solo tal vez cantaría a duo con Marion Cotillard 'Non, je ne regrette rien' en ese puente tan Belle Époque como es el de la Zurriola. Pero nada, no hubo forma, los caprichos de Matrix son inescrutables.

Por fortuna, siempre nos queda ese otro maravilloso artificio llamado cine que tiende a arreglar parcialmente los desarreglos de lo cotidiano y por muy ensoñadores que estos sean.

De lo imposible a la certeza solo dista un palmo y en esa necesidad imperiosa por cantar, opté por dejarme sacudir por los estribillos de una Polla Records que volvieron a certificar que nunca tendrán fecha de caducidad.

En ese viaje íntimo, sonoro y divertido titulado 'No somos nada', me dejé llevar por ese ritmillo de la nostalgia que nunca se apaga y que se reactiva tansformada en estribillos que vuelven a dictar la certeza de una realidad presente. Vamos, que los tiempos no cambian en lo básico.

Transformado mi cerebro en un micro BEC asaltado por los acordes de los de Agurain, quise completar mi repertorio de necesidades con otra toma sonora que me llevó a recorrer una ruta quijotesca por varios autocines que fueron subvertidos por las canciones de Belako.

De la furia de La Polla pasé de imprevisto a la rabiosa vitalidad de las integrantes de un grupo que apostó por subvertir aquellos días en los que todo se detuvo y se lanzaron a la incertidumbre de la carretera. Pura necesidad de superviencia emocional y creativa.

En este paseo sonoro también tengo un hueco para el extraño sonido que provocan los ejes de los carros de bueyes, un gemido atávico y afinado no apto para ser escuchado en una mañana de domingo pero muy evocador si cruzas, como no es mi caso ahora mismo, una calzada pedregosa.

En la recámara todavía me queda un paseo sonoro por el underground neoyorquino al que una vez pusieron banda sonora los de esa 'Velvet' que fue orquestada en torno al gurú Warhol y que ha legado para la posteridad un buen puñado de canciones.

No dejo de imaginar a Lou Reed, Nico, John Cale y compañía entonando el 'Sunday Morning' sobre un carro tirado por bueyes, recorriendo la calzada de la Vía Apia y rumbo a mi propio despropósito.