En vísperas de que se dé a conocer este sábado el palmarés de la edición número 69 de Zinemaldia, en el que por primera vez desaparecerá de la distinción por género en los premios de interpretación, y con la ‘resaca’ del Premio Donostia a Johnny Depp, se ha celebrado la mañana de este viernes en la sala K de Tabakalera una jornada de trabajo organizada por el propio festival y la asociación de mujeres profesionales del sector audiovisual y las artes escénicas (H)emen.
José Luis Rebordinos, director del certamen, ha representado al festival. Junto con representantes de (H)emen han participado también en el debate colectivos que componen el Grupo de Trabajo Interterritorial de Igualdad en el Audiovisual 50/50 para 2025 (GTI): como son las asociaciones de mujeres de medios audiovisuales de Andalucía (AAMMA), Murcia (AMMA), Dona I Cinema del País Valencià, Dones Visuals (Associació Promotora de Dones Cineastes i de Mitjans Audiovisuals de Catalunya) y MIA, la Asociación de Mujeres de la industria de la animación, además de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales).
También ha estado involucrada en el proceso Trama, la coordinadora de Muestras y Festivales de cine, vídeo y multimedia realizados por mujeres.
Acuerdos y desacuerdos
El objetivo del encuentro de este viernes ha sido, han explicado ambas partes, «reflexionar, debatir e intentar llegar a acuerdos sobre cuestiones relacionadas con la igualdad de género». Las asociaciones, de hecho, han pedido «medidas concretas para lograr igualdad y diversidad real tanto en San Sebastián como en el resto de festivales estatales».
Sí que ha habido varios acuerdos, según el comunicado que ha dado a conocer Zinemaldia, aunque no han sido todos ellos completamente satisfactorios para la otra parte, según se deduce del comunicado posterior que han enviado las asociaciones de mujeres cineastas a los medios de comunicación.
Pese a todo, ambas partes han acordado celebrar reuniones trimestrales durante todo el año, dentro de la filosofía de establecer un «diálogo constante y vinculante con las asociaciones».
Más representación
Entre lo acordado, está el compromiso de Zinemaldia de aumentar y preservar la participación de películas dirigidas por mujeres en el Foro de Coproducción Europa-América Latina; Nest; el programa de residencias Ikusmira Berriak; y la sección New Directors, que reúne primeras y segundas obras de sus cineastas. «De este modo, se quiere asegurar la presencia de las profesionales mujeres en sus primeros pasos en la industria cinematográfica», explica Zinemaldia.
Las asociaciones de mujeres apuntan que «es un punto de partida, aunque necesitará del diseño de acciones más ambiciosas para lograr una presencia realmente equitativa».
En esta edición, por ejemplo, «la presencia media de directoras en la edición 69 del Zinemaldia es de un 29%. Esta cifra habla por sí sola de la infrarrepresentación», apuntan estas mujeres. «Actualmente los datos evidencian que, si tenemos en cuenta todos los roles profesionales en los equipos, el aumento anual de la presencia de las mujeres en el sector audiovisual es solo del 1%. Por tanto, habría que esperar al 2044 para llegar al 50% de participación. Un sesgo que aumenta considerablemente para las profesionales pertenecientes a colectivos minorizados. Así, y a este ritmo, la equidad real no se conseguiría hasta 2094».
En paralelo, en la reunión se ha acordado ampliar el informe de identificación de género, incorporando nuevas categorías en 2022, y recogiendo los nuevos compromisos y su grado de cumplimiento en las siguientes ediciones.
Código ético
Y la dirección del festival también «se ha comprometido a discutir en los próximos meses un código ético respecto a los premios honoríficos»... algo que la otra parte ha valorado «positivamente» aunque la considera «insuficiente». Apuntan, en este sentido, que «el marco ético de los festivales debe ser socialmente responsable y contribuir a una sociedad libre de violencia. Los festivales no solo generan imaginario a través de las películas programadas, sino también a través de los premios y reconocimientos concedidos, dada su repercusión mediática y social. Por ello, es necesario ampliar el marco ético para que los premios honoríficos incluyan la perspectiva de género».
Asimismo, estas asociaciones han trasladado a esta mesa de trabajo la restitución de los premios a la interpretación femenina y masculina. «En el contexto actual internacional, los datos sobre la participación de las actrices en roles protagonistas están muy lejos de ser paritarios. Además, la relevancia y profundidad de los personajes femeninos lamentablemente aún dista mucho de la de los personajes masculinos. Si a esto le sumamos que las películas escritas y dirigidas por guionistas y directoras tienen en un número muy elevado una protagonista femenina, esta decisión puede afectar al conjunto de reconocimientos de los films liderados por creadoras. En este contexto, la eliminación del premio a mejor interpretación femenina refuerza la desigualdad estructural existente», han explicado.

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