La nueva ola del cine rumano tuvo como autor destacado a Cristi Puiu, cuando ganó en Cannes el premio de la sección Un Certain Regard con ‘La muerte del Sr. Lazarescu’ (2005), a la que siguió su confirmación con ‘Aurora, un asesino muy común’ (2010) y ‘Sieranevada’ (2016), todas ellas obras muy contemporáneas. En nada hacían presagiar el brusco giro estilístico y temático dado con la película de época ‘Malmkrog’ (2020), adaptación muy teatral de un libro del filósofo y teólogo ruso Vladimir Soloviev titulado ‘Los tres diálogos y el relato del Anticristo’, un ensayo socrático publicado en 1900, el año de su fallecimiento.

Parece ser que el original transcurría en la Riviera, pero Puiu lo ha trasladado a las montañas nevadas de Transilvania, y más en concreto a la mansión aristocrática cuyo nombre da título a la película.

Se ambienta a finales del siglo XIX, pero su vocación es atemporal, como queriendo trasladar el debate cultural de las élites de la Vieja Europa a nuestra sociedad actual, en la idea de que las ideas trascendentales siguen siendo las mismas que mantienen en vilo a la humanidad, siempre y cuando se quiera identificar la idea del Anticristo con la del progreso a cualquier precio. Es el eterno dilema entre decadencia y revolución.

‘Malmkrog’ triunfó en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde se hizo con el Giraldillo de Oro a la Mejor Película y el premio al Mejor Guion, mientras que en la sección Encounters de la Berlinale recibía el premio a la Mejor Dirección. En cuanto a la recepción de la crítica y el público crea divisiones extremas entre quienes la consideran una obra maestra y quienes, por el contrario, piensan que está desfasada y sus casi cuatro horas de duración se hacen interminables.

Se divide en seis capítulos para cada uno de los únicos seis personajes que dialogan, o más bien dicen sus monólogos durante una velada de Fin de Año.