Mikel Insausti
Crítico cinematográfico

Pequeña gran película

PETITE MAMAN Estado francés. 2021. 72’ Dtora. y guion: Céline Sciamma. Prod.: Bénédicte Couvreur/ Liles Films. Int.: Joséphine Sanz, Gabrielle Sanz, Nina Meurisse, Stéphane Varupenne, Margot Abascal, Florès Cardo, Josée Schuller, Guylène Péan. Fot.: Claire Mathon. Mús.: Jean-Baptiste De Laubier.

Céline Sciamma es una cotizada autora en todos los festivales. (NAIZ)
Céline Sciamma es una cotizada autora en todos los festivales. (NAIZ)

Si Céline Sciamma ya se había ganado el favor de la crítica, con su quinto largometraje ‘Petite maman’ (2021) ya la tiene definitivamente rendida a sus pies. Y es muy posible que su intención no fuera, ni mucho menos, esa, porque la autora de ‘Walter Lilies’ (2007), ‘Tom Boy’ (2011), ‘Girlhood’ (2014) y ‘Retrato de una mujer en llamas’ (2019) quería que su nuevo trabajo fuera presentado en la sección Generation, la que la Berlinale dedica al público menor. Pero su comité de selección consideró que era una obra importante y que tenía que presentarse de forma adulta.

Ella sabía que en teoría presentaba el proyecto más pequeño de su carrera, por tratarse de su película de menor presupuesto, rodada con un equipo mínimo en el campo durante el confinamiento. No cabe duda de que la crisis pandémica ha forzado los recursos imaginativos y creativos de la gente con talento, algo que ya comentamos a propósito del estreno de ‘Iñigo’ (2021) en la Basílica de Loiola, todo un reto para nuestro Imanol Rayo.

‘Petite maman’ (2021) es una fábula infantil con toques de realismo mágico sobre la pérdida de la inocencia y las relaciones maternofiliales vistas con los ojos de la niñez, aunque curiosamente recuerda mucho al thriller de terror sicológico de Robert Mulligan ‘El otro’ (1972).

Esto se debe a que Sciamma trabaja con dos hermanas gemelas, llamadas Joséphine Sanz y Gabrielle Sanz, para aprovechar su enorme parecido de una forma simbólica. Sobre el papel, la protagónica Nelly encuentra en esa otra niña que se le parece a una amiguita imaginaria, que casualmente tiene el nombre de Marion, el mismo que su madre.

A partir de ahí cabe hacer todas las significaciones que la audiencia crea oportunas, dentro de un relato que transcurre en la casa de campo familiar, una vez que la abuela fallece y se impone en el ambiente una sensación de despedida de los viejos recuerdos.