Este año se mantienen las cifras de diciembre de 2020, de modo que la Diputación de Gipuzkoa vuelve a destinar 80.000 euros para la venta en 64 establecimientos de 8.700 bonos, de los cuales 2.700 serán para productos culturales en euskara y el resto para castellano y otros idiomas.

También se han establecido idénticas bonificaciones: de 12 euros por una compra superior a 20 para los productos en euskara, que volverán a tener un apoyo especial, y de 8 para los de castellano.

Sí varía el periodo de adquisición, pues el pasado ejercicio la campaña se extendió hasta el 30 de abril y en esta ocasión finalizará el 29 de enero.

Se trata de la octava convocatoria del bono cultura, una iniciativa que se puso en marcha en 2015 y que en 2020, además de la edición ordinaria, contó con una extraordinaria en verano para incentivar el consumo de literatura, música y cine tras el impacto que generó en el sector la crisis de la covid-19.

Una tradición

El diputado foral de Cultura, Harkaitz Millán, y el presidente del Gremio de Libreros de Gipuzkoa, Adolfo López Chocarro, han presentado este miércoles en rueda de prensa la nueva campaña.

Millán ha destacado que el propósito es que el mayor número de personas se beneficie de estos bonos, que suelen agotarse a un ritmo «muy veloz», según ha asegurado López Chocarro, quien ha expresado su deseo de que el bono cultura «se convierta en una tradición».

El responsable del Gremio de Libreros ha señalado que tras el confinamiento se «dispararon las ventas», que fueron «históricas», y que esa «inercia» se ha mantenido.

El temor ahora es al «efecto boomerang» ante la posibilidad de que el consumidor opte por otras formas de ocio una vez que se relajen las restricciones anticovid, aunque López Chocarro ha dicho que es optimista y que los libreros seguirán estando ahí para alentar a la lectura.