Desde varios puntos de Euskal Herria se han organizado viajes para desplazarse hasta la frontera de Ucrania a ofrecer ayuda humanitaria y recoger a refugiados. Convoys, caravanas, furgonetas y hasta autobuses de Lurraldebus han emprendido viajes o se han ofrecido para hacerlo durante los últimos días. Todo ello con el objetivo de atender a las personas que han tenido que huir de Ucrania a consecuencia de la guerra, que ya ascienden a más de dos millones según la ONU.
En Lizarra, una expedición formada por tres chóferes, dos médicos y un traductor partió el jueves en autobús y furgoneta hacia la frontera entre Rumanía y Ucrania para realizar un viaje de unas 28 ó 30 horas. También trasladaban unos 8.000 kilos de ayuda humanitaria para descargarla en dicha frontera, donde se atiende a desplazados.
En declaraciones a Efe, Ramón Astarriaga, que colabora con distintas ONG, explicaba que ya sabía a quiénes recogerían gracias a una amiga ucraniana que ha coordinado la recogida de familias. Finalmente han sido 38 los refugiados ucranianos recogidos en autobús, que tuvo que esperar 18 horas en el paso fronterizo entre Rumanía y Hungría. Por su parte, la furgoneta lleva un total de siete refugiados con destino a Italia.
Ese mismo jueves también partió otro autobús desde Iruñea con rumbo a Polonia para traer a Nafarroa a refugiados de la guerra de Ucrania, principalmente madres, hijos y abuelas. El autobús, de 55 plazas y cedido por la empresa de transportes Urederra, de Lizarra, se puso en marcha a las 7.00 horas con dos chóferes, dos enfermeras y Uxue Apezteguía, de la asociación Segunda Familia, de acogida a niños ucranianos.
Además, casi 30 refugiados ucranianos están siendo trasladados al herrialde por una expedición que con cinco furgonetas cargadas de material de ayuda partió también hacia Polonia el pasado viernes. La iniciativa fue impulsada por vecinos de Noain, que se apoyaron en la organización Brazadas de Superación para recaudar fondos.
Desde Alex Txikon hasta Lurraldebus
Respecto a la CAV, la red de colaboradores de MatiaZaleak puso en marcha una iniciativa para dar respuesta a las necesidades de la guerra. Así, una decena de personas pusieron este sábado rumbo a Polonia por carretera en un autobús en el que llevaban alimentos y materiales de primera necesidad a la frontera con Ucrania, concretamente a la ciudad de Hrubieszow.
Una vez repartido este material, el autobús regresó con decenas de refugiados para que puedan iniciar una nueva vida en Euskal Herria. La iniciativa ‘Todos con Ucrania’ cuenta con el apoyo de 16 entidades y personas, entre las que figuran Eroski, Mainfarma, Palacios Alimentación, Energizer, Kelisidina Ayuda, los ayuntamientos madrileños de Becerril de la Sierra y Tres Cantos y el alpinista Alex Txikon, que se desplazó hasta la frontera. La acogida de estas personas se articulará a través de la red de acogida habilitada para tal fin desde el Gobierno de Lakua.
Asimismo, decenas de autobuses y vehículos privados han salido desde diferentes puntos de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa rumbo a la frontera de Polonia con Ucrania para entregar ayuda humanitaria y recoger a refugiados. Incluso conductores de las líneas de largo recorrido de Lurraldebus se han ofrecido voluntarios para traer a refugiados ucranianos que se encuentran en la frontera polaca con los autocares de reserva que ceda la Diputación de Gipuzkoa, lo que harían en sus días de permiso.
Aviso de gobiernos y organizaciones
Ante esta avalancha de solidaridad, el Gobierno de Lakua publicó un documento con algunas claves sobre la acogida en la CAV de personas refugiadas ucranianas, en el que desaconseja ir a recoger a título particular a refugiados de Ucrania sin relación familiar o vínculo previo con Euskal Herria.
Según señala, la solidaridad ha de ser «efectiva y organizada», para garantizar los derechos de las personas y su protección, evitando riesgos a quienes reciben la ayuda y a quienes la ofrecen.
El Gobierno de Nafarroa desaconseja asimismo viajar a una zona de conflicto bélico por razones obvias de seguridad. Además, insta a la ciudadanía navarra a no fomentar, ni apoyar ni participar en iniciativas que de manera improvisada e informal (sin permisos, sin autorizaciones, sin chóferes profesionales, sin traductores y sin médicos), pretenden trasladar personas hasta Nafarroa en condiciones que no garanticen su seguridad.
«Estas iniciativas son contraproducentes y lejos de mejorar la atención a la población procedente de Ucrania que huye del conflicto armado, contribuyen más a la vulnerabilidad y pueden tener consecuencias no deseadas, especialmente en la población en situación de mayor desprotección, como son las mujeres, niños y niñas», señala en una guía que ha puesto en marcha sobre la situación de Ucrania.
Además, el coordinador de Cruz Roja Navarra, Juan José Martín, ha advertido precisamente de la necesidad de encauzar toda esa energía e ímpetu de ayuda en esta primera fase de la emergencia por «canales que sean eficaces, efectivos y eficientes».
Martín ha afirmado que algunas iniciativas con «buena voluntad», como las donaciones en especie a Ucrania o la recogida de personas refugiadas o que huyen del conflicto y están en las fronteras, «no son las más adecuadas», porque pueden poner en serio riesgo a las personas que se trata de ayudar.
El director de Cooperación Internacional de Save the Children en el Estado español, Vicente Raimundo, ha estado estos días en algunos de los puntos del dispositivo que tiene establecida la ONG en la frontera de Ucrania con Polonia. Incide en la importancia de dejar trabajar en ese terreno a las personas que realmente lo conocen: «Me refiero a la solidaridad mal entendida. Este conflicto ha desatado una ola de empatía que hace que a veces no se tomen las decisiones correctas, gente que va desde nuestro país a recoger a refugiados a la frontera. Y lo importante es no provocar un problema tratando de solucionar otro».
Recuerda que «existen protocolos internacionales que se tienen que respetar, hay mecanismos. Es fundamental, por ejemplo, no romper los vínculos familiares de esos niños» y una llegada descontrolada de personas queriendo llevarse a refugiados puede generar un caldo de cultivo óptimo para las mafias: «Entre esta gente con buenas intenciones, se puede colar gente que no es de fiar».