Marianito GORRI
IRUÑEA

Éxito absoluto de los Rolling Stones en su debut en los sanfermines

Sus Satánicas Majestades tocaron en la Plaza del Castillo con lleno absoluto. Mick Jagger agradeció personalmente al alcalde por apostar por ellos ahora que están empezando.

Fans de los «stones» bailan la conga a ritmo de “Angie”.
Fans de los «stones» bailan la conga a ritmo de “Angie”. (José JORDAN | AFP)

«¡Aúpa Iruñea! ¡Arriba esos katxis!», gritó Mick Jagger a la muchedumbre enfervorecida. Acto seguido, levantó la bota de las Tres Zetas y apretó bien fuerte haciendo que el tinto brotara a borbotones. Demostró el cantante un talento natural y tamaño bucal muy bueno para el arte del pimple a distancia. No se le escapó ni una gota a la camiseta.

Sus Satánicas Majestades se subieron al escenario de blanco y rojo, como debe ser. Keith Richards, que demostró ser más de porrón que de bota, llevaba además un pañuelico de la Mutilzarra. Conforme pasaban las canciones, Richards se vino muy arriba y comenzó a meter riffs de guitarra inspiradas en composiciones del maestro Turrillas.

Además de su repertorio principal, los Stones tocaron sus versiones de la “Alemana” y la “Polonesa”. Para ello, contaron con la colaboración de varios miembros de la comparsa, entre ellos la giganta Braulia y el mismo Caravinagre, que aporreó la batería con la verga.

El alcalde, Enrique Maya, aseguró que el concierto fue un sueño hecho realidad. «Le dije al “Diario de Navarra” que quería traer a los Rolling este año y aquí están, a ver quién se ríe ahora», aseveró el primer edil enormemente subidito.

«Esto para mí es inolvidable. He sido fan de Ringo Starr toda la vida y haber conseguido que venga a sanfermines es el culmen de mi carrera», afirmó Maya. «Cuando han tocado la de ‘Satisfayer’ se me caían las lágrimas de la emoción», confesó el alcalde.

Tras el concierto, Jagger, Richards y el resto de la banda se fueron de gaupasa por Jarauta y Caldera. Richards fue visto poco después lanzándose desde la Fuente de Nabarreria al grito de: «¡Pa guiri, yo!». La gente, como siempre, se apartó.