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Biden refuerza las alianzas de Israel contra Irán, tras los pasos de Trump en Oriente Medio

Joe Biden ha iniciado un viaje por Oriente Medio con el objetivo prioritario de reforzar el peso de Israel en sus alianzas con satrapías árabes contra Irán, siguiendo los pasos de Donald Trump, a la vez que marcar la presencia estadounidense en la región frente a China y Rusia.

El ministro israel de Defensa, Beny Gantz, el presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Yair Lapid, junto al sistema antimisiles Cúpula de Hierro.
El ministro israel de Defensa, Beny Gantz, el presidente de EEUU, Joe Biden, y el primer ministro israelí, Yair Lapid, junto al sistema antimisiles Cúpula de Hierro. (Gil COHEN-MAGEN | AFP)

El presidente de EEUU, Joe Biden, ha comenzado este miércoles un viaje a Oriente Medio cuyo objetivo es reforzar el papel de Israel y su red de alianzas con las satrapías árabes de la región para hacer frente a Irán.

Biden ha subrayado que su visita a la región sirve para que Estados Unidos marque de nuevo un perfil propio ante sus principales rivales, China y Rusia. «No nos podemos permitir que esto suceda», ha destacado.

El presidente estadounidense quiere mostrar a sus aliados en la región que no la ha abandonado, a pesar de sus prioridades en el Indo-Pacífico y en la guerra de Ucrania.

En este viaje ha dejado claro que el objetivo prioritario es fortalecer el papel de Israel en la región y su red de alianzas frente a Irán y, por extensión, China y Rusia.

De hecho, el viaje se centra en asuntos de interés para Israel y deja en un segundo plano cualquier reclamación palestina, certificando la continuidad, de facto, de las políticas de su predecesor, Donald Trump.

«No necesitas ser judío para ser sionista», ha respondido Biden al primer ministro, Yair Lapid, que le ha agradecido el apoyo al Estado judío que el presidente estadounidense ha mostrado a lo largo de su carrera política.

Lapid ha subrayado la «necesidad de restaurar una coalición global fuerte para detener el programa nuclear de Irán».

Amenaza a Irán

Coincidiendo con el viaje, en una entrevista retransmitida hoy en el Canal 12 israelí, Biden ha amenazado a Irán afirmando que no descarta la acción militar como «último recurso» si los iraníes intentan lograr el arma atómica. 

Biden ha asegurado que sigue dispuesto a volver al pacto nuclear con Irán, que EEUU rompió en 2018, y que esto «depende ahora» de Teherán, pero Israel está tratando de evitar que se recupere el pacto de 2015 que limita el programa nuclear iraní, y que se levanten las sanciones contra Teherán. 

A la vez, Biden impulsa con este viaje el objetivo de Israel de busca formar una nueva arquitectura de Oriente Medio formando un frente común con las monarquías de la región hostiles a la República Islámica.

Y Biden está dando continuidad a la dinámica que bajo el liderazgo de la Administración Trump impulsó los Acuerdos de Abraham y la normalización de relaciones de Emiratos Árabes Unidos y Bahrein con Israel en 2020.

El Gobierno israelí espera que la gira de Biden, que también lo llevará a Arabia Saudí, impulse una normalización con el reino de los Saud tras un simbólico vuelo directo sin precedentes Tel Aviv-Jeddah.

Aunque no se llegue a tanto, EEUU sí estrechará los lazos entre Tel Aviv y Ryad y su colaboración contra Irán.

Los Acuerdos de Abraham, orquestados por Donald Trump, permitieron a Israel normalizar relaciones con Emiratos Árabes Unidos, Barhein y Marruecos; mientras que la Cumbre del Néeguev, celebrada en marzo de este año, ayudó a Israel a estrechar aún más las relaciones con Emiratos, Barhein, Marruecos, Egipto y Estados Unidos.

Escepticismo palestino

Toda esta agenda centrada en Israel ha dejado en un segundo plano a los palestinos y sus demandas. De hecho, los palestinos ha acogido esta visita con escepticismo, constatando que Biden apenas ha variado la política de Trump.

El Gobierno demócrata de EEUU mantiene la Embajada en Jerusalén, a donde la trasladó Trump contra al consenso internacional que evitaba oficializar la anexión ilegal de la ciudad.

Tampoco ha llevado a cabo la prometida apertura del consulado de EEUU en Jerusalén que Trump cerró ni se plantea reabrir la oficina de la OLP en Washington.

A la vez, la familia de la periodista estadounidense-palestina Shireen Abu Akleh, muerta por disparos israelíes, vio por televisión la visita de Biden entre la rabia y la frustración por un Gobierno que, tras eximir a Israel de la responsabilidad, le ha negado un encuentro en este viaje. Solo se ha limitado a invitarla a la Casa Blanca, en Washington.

Una nueva arma israelí en las guerras de drones

Las leves críticas a la incesante extensión de las colonias no llegan a molestar a Tel Aviv y la asistencia económica a los palestinos no ha alcanzado las cifras anteriores a su anulación. Lo que sí ha aumentado es el apoyo a Israel, que recibe 3.800 millones de dólares anuales, y del que Biden se enorgulleció en un artículo la semana pasada en ‘The Washington Post’.

Este año, además, lo ha aumentado en 1.000 millones más para el sistema antimisiles Cúpula de Hierro.

Y ayer el ministro de Defensa israelí, Beny Gantz, presentó a Biden en el mismo aeropuerto el nuevo sistema antimisiles de tecnología láser Iron Beam, capaz de destruir objetivos en movimiento, sobre todo drones, con un coste mucho menor que el Cúpula de Hierro, y para el que espera recabar más apoyo aún de Washington, ya que hasta el momento solo tiene financiación israelí.

En el punto de mira, los drones iraníes, que han logrado un importante desarrollo tecnológico en este campo, al igual que Turquía, Arabia Saudí, Emiratos o el propio Israel.