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La crisis de la biodiversidad está ligada a observar la naturaleza con «valores de mercado»

La Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) considera que «las decisiones basadas en un conjunto limitado de valores de mercado de la naturaleza sustentan la crisis mundial de la biodiversidad».

Un grupo de rancheros de Nuevo México (EEUU) escucha a un educador durante la Academia de Salud del Suelo, donde se enseñan técnicas de agricultura regenerativa.
Un grupo de rancheros de Nuevo México (EEUU) escucha a un educador durante la Academia de Salud del Suelo, donde se enseñan técnicas de agricultura regenerativa. (Mario TAMA | GETTY Images-AFP)

IPBES aprobó el 9 de julio el ‘Informe sobre la Evaluación de los Múltiples Valores y la Valoración de la Naturaleza’. Dos días después, difundió el ‘Resumen para las personas encargadas de la formulación de políticas de la evaluación de valores’, que ha sido dirigido por Unai Pascual, profesor de investigación Ikerbasque en el Basque Centre for Climate Change (BC3).

El informe fue aprobado por los 139 Estados miembros de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).

La conclusión de este estudio es que una de las principales razones detrás de la actual crisis de biodiversidad global es «la tendencia dominante en las decisiones políticas y económicas a concentrarse en los beneficios a corto plazo y el crecimiento económico, a expensas de considerar los múltiples valores de la naturaleza».

No obstante, tras la evaluación metodológica de cuatro años realizada por 82 científicos y expertos de todas las regiones del mundo, estos consideran que la forma en que se valora la naturaleza en las decisiones políticas y económicas «es tanto un factor clave de la crisis mundial de la biodiversidad como una oportunidad vital para abordarla».

El mercado y la transparencia

En el resumen se incide en que «las decisiones económicas y políticas han priorizado predominantemente ciertos valores de la naturaleza, en particular los valores instrumentales de la naturaleza basados en el mercado, como los asociados con los alimentos producidos de forma intensiva».

Esos «valores de mercado no reflejan adecuadamente cómo los cambios en la naturaleza afectan la calidad de vida de las personas» y, además, la formulación de políticas «pasa por alto los muchos valores no comerciales asociados con las contribuciones de la naturaleza a las personas, como la regulación del clima y la identidad cultural».

«Con más de 50 métodos y enfoques de valoración, no faltan formas y herramientas para hacer visibles los valores de la naturaleza», subrayó Unai Pascual, quien ha copresidido la evaluación junto a Patricia Balvanera (México), Mike Christie (Reino Unido) y Brigitte Baptiste (Colombia).

Pero solo el 2% de los más de 1.000 estudios revisados consulta a las partes interesadas sobre los hallazgos de la valoración y solo el 1% involucra a las partes interesadas en cada paso del proceso de valoración de la naturaleza.

«Lo que escasea es el uso de métodos de valoración para abordar las asimetrías de poder entre las partes interesadas y para incorporar de manera transparente los diversos valores de la naturaleza en la formulación de políticas», añadió el investigador vasco.

«Vivir de, con, en y como naturaleza»

La ‘Evaluación de Valores’ se fundamenta en más de 13.000 referencias, incluidos artículos científicos y fuentes de información del conocimiento indígena y local.

También se basa directamente en la ‘Evaluación global de IPBES de 2019’, que «identificó el papel del crecimiento económico como un impulsor clave de la pérdida de la naturaleza, con un millón de especies de plantas y animales ahora en peligro de extinción».

Para ayudar a los formuladores de políticas a comprender mejor las diferentes formas en que las personas conciben y valoran la naturaleza, el informe proporciona «una tipología novedosa y completa de los valores de la naturaleza» que destaca «cómo las diferentes cosmovisiones y sistemas de conocimiento influyen en las formas en que las personas interactúan con la naturaleza y la valoran».

Para que esta tipología sea «útil para la toma de decisiones, los autores presentan cuatro perspectivas generales». Estas son: vivir de, con, en y como naturaleza.

‘Vivir de la naturaleza’ enfatiza la capacidad de la naturaleza para proporcionar recursos para sustentar los medios de vida, las necesidades y los deseos de las personas, como alimentos y bienes materiales.

‘Vivir con la naturaleza’ se centra en la vida «que no es humana», como el derecho intrínseco de los peces en un río a prosperar independientemente de las necesidades humanas.

‘Vivir en la naturaleza’ alude a la importancia de la naturaleza como escenario para el sentido de pertenencia e identidad de las personas.

Y ‘Vivir como la naturaleza’ supone observar el mundo natural como una parte física, mental y espiritual de uno mismo.

Una cantera de diatomita en Viragues (centro del Estado francés) operada por la multinacional Imerys, que busca expandir sus operaciones en un área rica en biodiversidad que incluye especies protegidas. (Thierry ZOCCOLAN | AFP)

Cuatro «puntos de influencia»

Los autores del informe de IPBES identifican cuatro «puntos de influencia» centrados en valores que pueden ayudar a crear «las condiciones para el cambio transformador necesario para futuros más sostenibles y justos»:

- Reconocer los valores diversos de la naturaleza.
- Incorporación de la valoración en la toma de decisiones.
- Reformar las políticas y regulaciones para internalizar los valores de la naturaleza.
- Cambiar las normas y objetivos sociales subyacentes para alinearlos con los objetivos de justicia y sostenibilidad global.

«Nuestro análisis muestra que varios de estos caminos pueden contribuir a lograr futuros justos y sostenibles», indicó el profesor Pascual, que explicó que «el informe presta especial atención a las vías futuras relacionadas con la ‘economía verde’, el ‘decrecimiento’, la ‘custodia de la tierra’ y la ‘protección de la naturaleza’. Si bien cada camino se sustenta en valores diferentes, comparten principios alineados con la sostenibilidad».

«Los caminos que surgen de diversas visiones del mundo y sistemas de conocimiento, por ejemplo aquellos asociados con vivir bien y otras filosofías del buen vivir, también pueden conducir hacia la sostenibilidad», declaró.

«Un momento extremadamente importante»

«La biodiversidad se está perdiendo y las contribuciones de la naturaleza a las personas se están degradando más rápido actualmente que en cualquier otro momento de la historia humana», señaló, por su parte, Ana María Hernández Salgar, presidenta de IPBES.

«Esto se debe en gran parte a que nuestro enfoque actual de las decisiones políticas y económicas no tiene suficientemente en cuenta la diversidad de los valores de la naturaleza», insistió.

También subrayó que la ‘Evaluación de Valores’ de IPBES se publica «en un momento extremadamente importante, justo antes del acuerdo, esperado para finales de este año, de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica sobre un nuevo marco global de biodiversidad para la próxima década».

Por ello, se presenta como una importante contribución tanto a ese proceso como «al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y al cambio de todas las decisiones hacia mejores resultados centrados en valores para las personas y el resto de la naturaleza».