Koldo Landaluze
Especialista en cine y series de televisión
CRíTICA DE ‘KARPETA URDINAK’ (ZINEMIRA)

Silencio roto

Euskal Herria, 2022. 113'. Director: Ander Iriarte. Guion: Olatz Retegi, Jorge Gil , Ander Iriarte. Montaje: Amaia Merino, Laurent Dufreche, Ander Iriarte. Sonido: Unai Gimenez, Iñigo Etxarri. Música: Paula Olaz.

‘Karpeta urdinak’.
‘Karpeta urdinak’. (GASTIBELTZA FILMAK)

El documental arranca con un diálogo doméstico entre padre e hijo. Uno es Joxe Iriarte ‘Bikila’ y el más joven se llama Ander. El segundo es quien se ha colocado detrás de la cámara y el otro es quien, con gesto serio pero tono afable, rememora mediante unos esbozos el recuerdo de algo que siempre ha estado presente en ese hogar, un demonio silente que tal vez no pudo haberse revelado, pero que siempre les acompaña, la tortura.

Ander Iriarte ha revelado a través de ‘Karpeta urdinak’ los entresijos y resultados que se obtuvieron del informe sobre la tortura –primero de carácter oficial– que realizó el Instituo Vasco de Criminología a petición del Gobierno de Lakua. Dicho estudio concluyó en 2017 y confirmó más de 4.000 casos desde 1960.

A lo largo del metraje, asistimos a los diferentes encuentros en los que los encargados de realizar este estudio liderado por Paco Etxeberria recogen el testimonio de quienes denunciaron haber sido objeto de torturas.

En dichos encuentros no hay momentos para la emoción o el dolor, se recogen las palabras casi de manera funcionarial de quienes rememoran un pasado y quienes son encargados de que sacar a relucir un pasaje silenciado y que vuelve a poner en entredicho el discurso único que, salvo en contadas ocasiones, se utiliza para describir en formato de ficción o documental lo que ocurrió en Euskal Herria pero obviando lo que acontecía en sus cuarteles.

Cuando Ander Iriarte pregunta a su padre, de manera directa, si fue torturado, se establece un nuevo silencio que es roto por una reveladora mirada.