Un doblete de Chimy Ávila permite a Osasuna continuar en puestos europeos a costa de un Celta que no levanta cabeza y, además, en un Balaídos que no suele ser un escenario muy propicio para los rojillos.

Ni siquiera el relevo en el banquillo de los locales ha impedido que la escuadra navarra siga estando de dulce, solvente en ambas áreas y sabiendo sufrir cuando ha apretado el adversario.

En todo caso, no ha saltado a Balaídos con la idea de solo contener, ni mucho menos. Desde el pitido inicial, la escuadra navarra, pese a la necesidad del rival, ha ido a la búsqueda de los tres puntos.

Y los ha comenzado a acariciar bien pronto. Un latizago de Chimy Ávila en el minuto 8 ha puesto por delante a los rojillos en el electrónico. El delantero argentino le ha golpeado duro y colocado con el empeine, resultando imposible para la estirada de Marchesín.

Con el 0-1, lógicamente los anfitriones han apretado de lo lindo. La ha tenido Galán, y muy clara, para empatar, pero su toque se ha marchado por encima del travesaño, apenas dos minutos después.

Con Cervi y el lateral pacente, el Celta ha inclinado prácticamente todo su juego de ataque por el costado derecho, lo que ha obligado a multiplicarse en tareas defensivas tanto a Rubén Peña como a Ávila.

Sin embargo, de ahí ha nacido la jugada del empate. El atacante argentino se ha ido muy bien por su carril y le ha puesto un balón en bandeja a un Iago Aspas que se ha desmarcado muy bien y ha rematado con la zurda a la misma cruceta, donde ha golpeado el esférico y ha entrado en las redes, cuando se cumplía el minuto 19.

Han sido los minutos de más agobio para un Osasuna que, sin embargo, no ha acusado el golpe y ha sabido reponerse casi de inmediato, adelantando de nuevo líneas y no despreciando la opción de tener el cuero.

De ese renacimiento ha partido la jugada con la que los pupilos de Arrasate han vuelto a coger la delantera en el luminoso en el 28. Un saque de banda desde la derecha ha finalizado en un cambio de dirección de Moi Gómez, el control de Barja y el centro de Manu Sánchez que un poderoso Chimy ha cabeceado picado, desde muy lejos, para batir de nuevo a Marchesín.

A diferencia de con el 0-1, los rojillos no han permitido más concesiones al Celta hasta el final de la primera mitad, una fase solo ensombrecida por un quisquilloso Figueroa Vázquez y su rapidez a la hora de mostrar amarillas.

Aún ha habido tiempo en el descuento de ese primer periodo para que Unai García, en una posición poco habitual para él, se sacase una volea que le ha creado no pocas complicaciones al guardameta celtiña.

Aitor, solvente bajo palos

El ritmo inicial del segundo periodo ha sido más sosegado, con Osasuna llevando el control del envite y solo permitiendo un disparo roscado y con la intención de buscar el poste de Aspas en el 52.

Una intentona que ha tenido cumplida respuesta por partida doble de un Budimir que continúa bastante lento en sus acciones, pero que sigue teniendo ese instinto de estar en el lugar adecuado en el momento justo.

Sin embargo, esta vez sin mucho acierto en sendos cabezazos. El primero, picado pero centrado, también en el 52, y tres más tarde, otro testarazo que se ha marchado por encima del larguero.

Poco a poco, Osasuna ha ido retrasando líneas y el Celta adueñándose del dominio, aunque con un juego bastante horizontal y, cuando se ha aproximado al área rojilla, la zaga navarra ha estado muy atenta y resolutiva en las marcas.

De hecho, han estado más cerca los visitantes de firmar el 1-3, con un buen empalme de Nacho Vidal, que ha salido lamiendo la base del poste. Ello no ha impedido que les entrase el miedo al empate, sobre todo cuando Figueroa Vázquez ha decretado penalti por una mano de David García en el 77, que el VAR posteriormente ha rectificado para alivio de la parroquia rojilla.

No obstante, ese trance ha espoleado a los celtiñas, que han apretado lo suyo en los minutos finales, apareciendo la figura de Aitor Fernández. El cancerbero de Arrasate ha estado pletórico bajo palos, sobre en el duelo que ha mantenido frente a Paciencia, quien ha dispuesto de dos disparos que ha detenido el portero rojillo, especialmente meritorio el segundo, ya en el minuto 89.

Los rojillos afrontarán como último duelo antes del parón mundialista todo un choque de kilates frente al Barcelona, con un colchón más que importante de 23 puntos y la moral por las nubes.

Arrasate: «Mucho sufrimiento»

A la conclusión, Arrasate ha reconocido que «sacamos adelante el partido con mucho sufrimiento. Creo que nos hemos puesto por delante con dos golazos del Chimy y, a partir de ahí, nos ha tocado sufrir».

Admitió que el rival le hizo daño a Osasuna «con esa variante del 3-3 que nos ha sacado mucho de sitio y nos ha costado ajustar», si bien «en el segundo tiempo lo estábamos haciendo mejor, pero al final, con el cansancio, nos han embotellado y tocó sufrir. Nos vamos encantados porque es un campo maldito para Osasuna y hoy con dos golazos y sufrimiento lo hemos sacado adelante», ha destacado.

Cuestionado por la clasificación de su equipo en LaLiga, ha dicho que para él lo más importante son «las buenas sensaciones» que están transmitiendo. «El equipo por momentos juega bien y por momentos sabe sufrir también. Estamos bien, pero queremos más», ha concluido.

Ficha técnica:

Celta: Marchesín; Mingueza, Aidoo, Unai Núñez, Javi Galán; Carles Pérez (Swedberg, min.56), Beltrán, Óscar Rodríguez, Cervi (Pablo Durán, min.86); Aspas y Larsen (Paciencia, min.56).

Osasuna: Aitor Fernández; Rubén Peña (Rubén García, min.82), Unai Unai García, David García, Manu Sánchez; Aimar Oroz (Moncayola, min.71), Torró, Moi Gómez; Chimy Ávila (Darko, min.82), Kike Barja (Nacho Vidal, min.62) y Budimir (Kike García, min.71).

Goles: 0-1 Chimy Ávila, min.7; 1-1 Iago Aspas, min.18; 1-2 Chimy Ávila, min.28

Árbitro: Figueroa Vázquez (colegio andaluz). Amonestó a Swedberg (min.65) por parte del Celta, y a Unai García (min.5), Chimy Ávila (min.15), Aimar Oroz (min.41) y Kike García (min.87) por parte de Osasuna.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la decimotercera jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Abanca Balaídos ante 14.209 espectadores.