El fútbol vasco dominó la Liga a principios de los ochenta del pasado siglo. Eran tiempos convulsos en Euskal Herria por la situación política, la reconversión industrial y el paro. La Real alzó los títulos en 1981 y 1982 y el Athletic le sucedió en las dos temporadas siguientes.

El 1 de mayo se cumplen 40 años desde la Liga ganada en Las Palmas. Un día de infarto. El Athletic llegó en segundo lugar a la última jornada. Necesitaba una victoria ante un rival que luchaba por no descender y la derrota del Real Madrid. El conjunto blanco había liderado el campeonato, pero se la jugaba en Mestalla. El Athletic empezó perdiendo su encuentro con un gol en propia puerta de Miguel de Andrés. El tanto sirvió para hacer reaccionar a los rojiblancos que voltearon el marcador con goles de Dani y Sarabia antes del descanso. En el segundo tiempo redondearon la goleada con tantos de Sarabia, Urtubi y Argote (1-5).

Con el partido concluido en las Islas Canarias, hubo que esperar a la finalización del duelo del Real Madrid escuchando la radio en el terreno de juego. No había cámaras y retransmisiones simultánes. El Valencia dirigido por un antiguo león como Koldo Agirre certificó el triunfo y su salvación (1-0).

«Chavales, no sabéis lo que habéis hecho», cuentan que les dijo ‘Piru’ Gainza a los jugadores tras conquistar la Liga. La alegría se desbordó y el Athletic celebró el título surcando la ría en una gabarra. Todo el pueblo se echó a la calle para recibir a un equipo que volvía a ganar una Liga después de 27 años. Fue un acontecimiento histórico que vistió de colores rojiblancos un Bilbo gris. Al año siguiente se repitieron las escenas al conseguir otra Liga y la Copa. Una tradición que no se ha vuelto a repetir.

Esa época marcó de por vida a Iñigo Crespo. Nacido en Basauri hace 50 años, ha residido en Burgos durante mucho tiempo y participó en la creación de la peña El Txistu. Periodista y, sobre todo, apasionado del Athletic es autor del libro ‘Únicos en el mundo’ sobre el conjunto rojiblanco. En la presentación realizada en Bilbo a finales del año pasado surgió la idea del homenaje a un equipo que le pone «la piel de gallina» cada vez que se acuerda. Conoció a Patxi Salinas, uno de los componentes de aquella plantilla, y se le ocurrió que había que hacer un reconocimiento a ese Athletic campeón para que las nuevas generaciones conozcan a esas «leyendas». Lo comentó en su peña y se lanzaron a organizar una gala que se celebrará este jueves por la tarde en el palacio Euskalduna.

La entrada es gratuita, pero el aforo de 600 personas está completo. Han buscado patrocinios para cubrir los 15.000 euros en gastos y han invitado a representantes institucionales. Asistirá toda la plantilla que participó en los títulos. Faltarán Fernando Tirapu, fallecido en 2018, y el mítico ‘Piru’ Gainza que ejerció de ayudante del cuerpo técnico. Tampoco estará el masajista Natxo Biritxinaga que murió en 2012, el utillero José Antonio Narváez y el que fuera presidente Pedro Aurtenetxe. Por su parte, el Athletic les rendirá tributo en los polegómenos del partido de Liga ante el Betis en San Mamés del próximo 4 de mayo.

El carácter de Clemente

La figura clave en la construcción y desarrollo de aquel conjunto fue Javier Clemente. Se hizo cargo del primer equipo tras su paso por el Bilbao Athletic la temporada anterior. El rubio de Barakaldo ha relatado en multitud de ocasiones que convenció a la directiva que era el idóneo para el cargo diciendo que veía a un equipo campeón.

Crespo rememora que Clemente se echaba la presión encima y conseguía que los jugadores se liberaran. Sabía cómo jugar en San Mamés y firmaron un montón de goleadas. Era un equipo que emocionaba y levantaba pasiones. Para Crespo destacaban también por ser «una piña», dentro y fuera del campo. Clemente edificó un conjunto muy fuerte en labores defensivas, con mucha garra, pero no exento de talento en la delantera.

El once habitual fue el compuesto por Zubizarreta en la portería, Urkiaga en el lateral derecho y Liceranzu y Goikoetxea en el eje de la defensa. En el lateral izquierdo Núñez y De la Fuente se repartían los minutos, dependiendo también de las bajas en defensa. En el centro del campo eran fijos Urtubi y Miguel de Andrés, acompañados en la mayoría de ocasiones por Gallego. Sin embargo, Miguel Sola también participaba con asiduidad. La delantera estuvo compuesta en la primera temporada por Argote, Sarabia y Dani. El capitán fue el máximo goleador en la primera liga con 18 tantos. Sarabia hizo 16, Noriega 8, Urtubi 7, Argote 5... Los centrales y centrocampistas también marcaron de manera habitual. Fue el equipo que más goles logró con mucha diferencia. Consiguió 71 a su favor y tan solo encajó 36. El Barcelona, segundo en la clasificación anotadora se quedó en 60. Para que luego se diga que los equipos de Clemente eran defensivos.

Dani se perdió gran parte de la segunda temporada, pero el Athletic logró reeditar el título con otro final de campeonato para el recuerdo. Desplazó a miles de seguidores en la penúltima jornada a Mestalla para acabar ganando en el descuento con un tanto de Noriega (1-2). En la última jornada se impondrían a la Real en San Mamés con dos goles a balón parado de Liceranzu (2-1). Esa campaña hizo siete tantos. Sarabia y Noriega llevaron la batuta ofensiva del equipo junto con Argote y también se incorporó un joven como Endika Guarrotxena, que el año anterior no pudo participar al tener que hacer el servicio militar. El de Uribe Kosta dejó su impronta para el recuerdo al marcar el gol que sirvió para alzar la última Copa en 1984. Fue ante el Barcelona de Maradona, con 60.000 seguidores desplazados a Madrid. El encuentro concluyó con aquella batalla campal iniciada por el astro argentino.

Al inicio de esa temporada Goikoetxea recibió una fuerte sanción por lesionar a Maradona y en la Copa de Europa el Athletic cayó eliminado frente al Liverpool de Michael Robinson. Los ingleses acabarían ganando el título ese año.

El curso siguiente el Athletic acabó en el tercer puesto y caería en la final de Copa contra el Atlético del ariete mexicano Hugo Sánchez. El equipo campeón se descompuso cuando estalló la polémica entre Clemente y Sarabia, que acabó con la destitución del técnico a comienzos de 1986. Ese verano Zubizarreta y Julio Salinas también dejaron el conjunto rojiblanco.