Maddi Txintxurreta
Aktualitateko erredaktorea / redactora de actualidad

Blanco y en leche, botella

El PNV ha «aupado» a la primera línea política a Eider Mendoza, Elixabete Etxanobe y Beatriz Artolazabal, entre otras mujeres. Así que ya estaría; lo dijo Ortuzar: en el partido jeltzale, la igualdad de género va a ser «prueba superada» tras los comicios del 28 de mayo.

Andoni Ortuzar, junto a Elixabete Etxanobe, durante un acto de precampaña en Bilbo.
Andoni Ortuzar, junto a Elixabete Etxanobe, durante un acto de precampaña en Bilbo. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

El techo de cristal del PNV está decorado a todo color con post-it motivacionales: «¡Mujeres al poder!» Y parece ser efectivo, pues, según Andoni Ortuzar, el techo de cristal del partido jeltzale se resquebraja. El PNV, dijo, ha hecho mucho para «saldar la asignatura pendiente» que tenían como partido y la igualdad de género va a ser «prueba superada» tras estas próximas elecciones, porque están Eider Mendoza, Elixabete Etxanobe y Beatriz Artolazabal que aspiran a liderar las diputaciones de Gipuzkoa y Bizkaia y el Ayuntamiento de Gasteiz. El partido lo ha conseguido: «Había que aupar a las mujeres a la primera línea de responsabilidad y así lo hemos hecho». Al parecer, los méritos de Mendoza, Etxanobe y Artolazabal no han tenido nada que ver. El PNV las ha aupado. ¡Aupa el PNV!

Una cosa es el techo, otra, el suelo del PNV, un lodazal donde habitan las mujeres cuidadoras, trabajadoras, migrantes. Allí viven las mujeres de la compañía Jaizkibel, a las que el PNV, con mayoría absoluta en Hondarribia, arropa con plásticos negros. Están las trabajadoras de las residencias de Gipuzkoa y Bizkaia, que con cientos de días de huelga han reclamado a Lakua y diputaciones mejoras para salir del barrizal y estos, en lugar de «auparlas», les han chocado la mano para gritar, de nuevo: «¡Mujeres al poder!»

Pero obviando nimios detalles, Ortuzar prometió que las instituciones vascas estarán «en manos femeninas» y, por tanto, según la lógica del partido, presentar candidaturas de mujeres convierte al PNV en garante de la igualdad de género. Una lógica sin fisuras, un axioma; blanco y en leche, botella: ha nacido el PNV feminista. ¿«Femenista»? ¡Aupa el PNV!