Este lunes pasado, en una entrevista en Onda Cero, Pedro Sánchez reconoció que el PSN había dado a UPN la Alcaldía de Iruñea (y, por extensión, las de Eguesibar, Barañain y Lizarra). Merece la pena recordar sus palabras: «No deja de ser curioso que ahora parezca que el señor Feijóo se convierte en un hombre de Estado (...) cuando en realidad no ha hecho más que lo que hizo el señor Valls hace cuatro años, que es evitar que hubiera un alcalde independentista, y también como ha hecho el Partido Socialista, por ejemplo en Pamplona, no dando la alcaldía a Bildu y sí dándosela en este caso a la fuerza conservadora de UPN». No oiremos a Elma Sáiz o a María Chivite hablar tan claro, pero como bien sabemos en esta tierra, Ferraz manda y el PSN, que es «el PSOE en Navarra», acata.

Miremos adelante. El 23 de julio tenemos elecciones generales. La campaña empieza el día 7 a las 00.00 y, teniendo en cuenta lo subida que está la derecha española, no me sorprendería que estos sanfermines viviéramos provocaciones con el objetivo de sacar votos en las generales. ¿Vendrá Abascal a buscar la imagen de héroe en territorio hostil? ¿Invitará Adanero a Feijóo al lanzamiento del txupinazo? ¿Coartará Ibarrola la libertad de expresión en el cohete haciendo uso de la violencia? Por otro lado, ¿tendremos la procesión en paz? El Casco Viejo está lleno de cámaras y, si hay provocaciones, habrá medios fachas cubriéndolas. Cualquier cosa que pueda pasar será utilizada por las derechas para fortalecer sus posiciones y debilitar las del resto de cara a las elecciones del 23J. No dejemos que nos utilicen.

Tras los sanfermines y las elecciones, llegará el pleno de investidura de la Presidencia del Gobierno de Nafarroa. EH Bildu tendrá en su mano sumir a la derecha en una nueva crisis condenándola a otros cuatro años de oposición. Tal vez, con Feijóo como presidente del Gobierno del Estado de la mano de Vox.

Tal vez me equivoque y tengamos unos sanfermines tranquilos. Ojalá. Pero, por si acaso, mucha cabeza fría. Hay que ser más listos que ellos y darles donde más les duele.