Mariona Borrull
DONOSTIA

Jaione Camborda, primera mujer vasca en conseguir la Concha de Oro

La donostiarra marca una fecha histórica para el cine vasco. Se ha coronado en una Sección Oficial marcada por la presencia de la animación, la escasez de estrellas en la alfombra roja y la celebración de los referentes de proximidad. “Kalak” y “Puan”, otras grandes triunfadoras.

Jaione Camborda celebra la preciada Concha de Oro ante el público del Kursaal.
Jaione Camborda celebra la preciada Concha de Oro ante el público del Kursaal. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

 La pasada noche ha sido triplemente histórica. “O corno” era la primera película gallega en Sección Oficial y la cineasta, donostiarra, la primera mujer vasca de la historia en conseguir el premio a la Mejor Película. Han pasado cincuenta años desde que Víctor Erice, primer vasco en recibir un premio Donostia, se alzara con la Concha por “El espíritu de la colmena” en 1973. La victoria no pudo ser más redonda.

Camborda compartió el premio con sus «compañeras de producción», Andrea Vázquez (Miramemira) y María Zamora (Elástica): «No es fácil financiar un proyecto de autor». La directora y productora (con Esnatu Zinema), nacida en Donostia pero afincada en Santiago de Compostela, resaltó lo «especial» que es recibir la Concha «en esta ciudad que me vio a crecer», a su pareja por «cuidar de nuestros hijos cuando tenía que ir a rodar». Les «admiro y son referentes», dijo del Jurado Oficial presidido por Claire Denis y formado por los directores Christian Petzold y Cristina Gallego, las actrices Fan Bingbing y Vicky Luengo, la fotógrafa Brigitte Lacombe y el productor Robert Lantos.

La donostiarra dedicó también el premio «a las que abrieron camino y nos iluminaron a través del cine y las artes». Describió el cine como un crisol de «muchos géneros, idiomas y sensibilidades desde las que percibir el mundo», «una torre de Babel», y reivindicó la importancia de la diversidad. Camborda concluyó su discurso dedicando el premio «a las cineastas que están por venir y que serán referentes para las siguientes».

Jaione Camborda continúa con la tradición ininterrumpida de debuts y segundas obras en hacerse con la Concha. El año pasado fue “Los reyes del mundo” de Laura Mora, el anterior había sido “Blue Moon” de Alina Grigore, antes por “Beginning” de Dea Kulumbegashvili, por “Pacificado” de Paxton Winters…

“KALAK”, OTRAS TRIUNFADORAS

La gala, guionizada por Bob Pop y presentada por Eva Hache y Loreto Mauleón, dio doble galardón a “Kalak”, de la sueca Isabella Eklöf. Fueron el Premio Especial del Jurado y Mejor Fotografía para Nadim Carlsen, colaboradora de Elköf desde que sus proyectos universitarios.

La porteña “Puan”, de María Alché y Benjamín Naishtat, recibió el premio a Mejor Guion y el ex-aequo a Mejor Interpretación Protagonista para Marcelo Subiotto. El tándem de directores porteños agradecieron el reconocimiento a la ciudad de Donostia, pues «en ningún otro lugar en el mundo nos dan tanto amor», y leyeron en nombre de Subiotto, que se encontraba rodando otra película, una preciosa dedicatoria a su personaje, «un Buster Keaton con pinceladas chejovianas».

«Queremos dedicar [el premio] a las y los docentes que nos enseñaron a escribir y a pensar, en la educación pública argentina». La intervención del dúo de directores de “Puan” fue completamente en la línea reivindicativa de los premiados argentinos en las secciones paralelas, que volcaron sus discursos de agradecimiento a protestar contra las privatizaciones del gobierno de Alberto Fernández, que calificaron amargamente de «neoliberal».

El otro ex-aequo a Mejor Interpretación Protagonista fue para Tatsuya Fuji, por “Great Absence”, de Kei Chika-Ura, en la que interpreta a un hombre con demencia. Fuji, mítico rostro de “El imperio de los sentidos”, recogió el premio con elegancia y chispa, repitiendo arigato (“gracias” en japonés) muchas, muchas veces.

La Mejor Interpretación de Reparto fue para Hovik Keuchkerian, por “Un amor”. El actor nacido en Beirut rompe con la ristra de criaturas que han copado las categorías interpretativas los dos últimos años, una de las tendencias más discutidas en los galardones del festival. Añadió: «No sé lo que es el cine, pero sí sé qué es un equipo. Sin el equipo no habría ‘alemán’ [su personaje en la adaptación de la novela de Sara Mesa]». Luego, el actor definió a la directora Isabel Coixet como «un cacho de entrenador al que mirar».

La Mejor Dirección recayó en las directoras jóvenes taiwanesas Peng Tzu-Hui y Wang Ping-Wen -esta última, muy risueña y emocionada-, por “Journey in Spring”. «El premio lo tendremos una semana cada una», bromeó Peng.

Por otra parte, “El sueño de la sultana” se hizo con el Premio Irizar del Cine Vasco, que Isabel Herguera compartió con todas las mujeres que la han acompañado a lo largo de su vida. Y, finalmente, el Premio del Público fue para La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona, que dará la dotación económica del galardón a Biblioteca Nuestros Hijos, una fundación benéfica cultural.

SUPERADA LA TORMENTA

Se habrán fijado en que a día de hoy el Premio Donostia a Javier Bardem no ha sido aún entregado. Su galardón honorífico fue anunciado en mayo, pero al anunciarse la huelga de actores en Hollywood el actor prefirió posponer la recogida a 2024. El octogenario Hayao Miyazaki, Premio Donostia y director de la película inaugural (“El chico y la garza”), agradeció el galardón de manera telemática.

Quien sí acudió a la cita, leída como una vuelta a casa después de su rifirrafe con el Festival de Cannes, fue Víctor Erice, que presentaba “Cerrar los ojos” con una rueda de prensa de alto calibre cinéfilo, aunque apuntó renegar de la “leyenda épica” que se ha creado alrededor de su persona, esquiva ante los medios y poco prolífica, aunque muy celebrada. También el guipuzcoano Paco Sagarzazu, en sus propias palabras, «actor, comediante o cómico de la legua», recogió esta semana el Premio Zinemira, dedicado a Karmelo Moreno y Felipe Alberdi, comprometidos de por vida con el arte, la cultura y la sociedad vasca.

Por lo demás, a pesar de la presencia de estrellas europeas como Juliette Binoche, Mads Mikkelsen, François Cluzet o Dominic West, y en la tónica de festivales como Venecia o Toronto, la huelga de actores ha hecho mella sobre una alfombra roja especialmente tranquila. Sí ha visitado la ciudad Jessica Chastain (con Memory), una de las pocas actrices en ampararse bajo los acuerdos internos que el sindicato ha abierto para la promoción de proyectos independientes. Conocido ya el acuerdo entre sindicato y estudios en Hollywood, este Zinemaldia será recordado como la última gran ola de una dura tormenta.