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Aperribay reconoce que no manifestarán su desaprobación a jugar contra el Maccabi israelí

El presidente de la Real dice que el club trabajará en favor de la paz, pero que no le compete decidir quién participa en las competiciones de fútbol porque «nosotros no somos árbitros». Mensajes en redes le han acusado de «ponerse de perfil» ante el genocidio en Gaza.

Jokin Aperribay, en una comparecencia anterior.
Jokin Aperribay, en una comparecencia anterior. (Andoni CANELLADA | FOKU)

La Real Sociedad ha viajado este miércoles a Belgrado para enfrentarse este jueves al Maccabi de Tel Aviv en la Europa League. Más allá del vital encuentro europeo para los donostiarras, el partido llega con un telón de fondo muy grave: el ataque indiscriminado de Israel contra Gaza y Líbano.

Esta misma semana un grupo de aficionados realistas ha demandado al club y a los jugadores tener algún gesto en solidaridad con el pueblo palestino y de queja por jugar ante un equipo hebreo. Es por ello que el presidente de la Real, Jokin Aperribay, ha hecho de portavoz este miércoles y sostiene que solo acuden a jugar un partido de fútbol, que a ellos no les compete dedicir quién debe participar, sino a organismos europeos y gobiernos, y que lo que desean es que cesen las hostilidades y llegue ya la paz a Oriente Medio.

Aperribay ha dejado ver que la Real, ni el club ni sus jugadores, realizarán los gestos que un sector de la afición les reclama: «No es un tema de libertad individual, vamos a jugar un partido de fútbol a Belgrado. No somos árbitros de la competición. Nos gustaría que el fútbol sirviera para unir pueblos, personas y sentimientos y trabajar en pro de la paz», ha indicado, a pie de avión. Apela el empresario debarra a que estos partidos se enmarquen «en la esperanza de conseguir la paz», aparte de la seguridad en los estadios, y entiende que «desde el fútbol podemos trabajar para tener un futuro mejor».

No obstante, ha querido trasladar ese sentimiento «a las víctimas de Israel del 7 de octubre de 2023», día en el que ha recordado que «murió un guipuzcoano, Iván Illarramendi, y su mujer». La proclama que quería lanzar el presidente era clara: «Queremos la paz, se tiene que acabar esta guerra y los secuestrados tienen que volver a su país». Dice, además, que eso se logra «con dinamismo» y nunca con inmovilismo.

A juicio del presidente de la Real, «que nosotros unamos al Maccabi con una guerra puede ser injusto» y espera una relación cordial con los directivos del club israelí, pese a las esperadas medidas de seguridad: «Nos pide la UEFA que tengamos una actitud normal. Esto tiene más que ver con las personas que con los países. Espero que traten a la Real con absoluta normalidad».

Críticas en redes sociales

La posición marcada por Aperribay ha generado críticas en redes sociales, desde aficionados que le acusan de «ponerse de perfil» ante el genocidio hasta otros que recuerdan sus responsabilidades en la empresa familiar Sapa, dedicada entre otras cosas a la fabricación de armamento.