
La evolución de gases de efecto invernadero en el Estado español ha sufrido en 2024 un aumento que contrasta con el descenso del año anterior, según constata el informe elaborado por Basque Centre for Climate Change (BC3) y el Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (OTEA).
El aumento no es muy elevado, del 0,9%, pero rompe con la bajada del 6,3% registrada en 2023 (-6,3%). La subida sería de unos 2,3 millones de toneladas de CO2 equivalente.
Mirando con una perspectiva temporal más amplia, con la subida de este año las emisiones se situarían en 3,2% por debajo de los niveles de 1990. Puede parecer un avance, pero se antoja insuficiente, teniendo en cuenta que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) prevé que el descenso de las emisiones en 2030 respecto a 1990 sea del 32%. Quedan, por tanto, solo seis años para alcanzar este objetivo, para lo que sería necesario que se encadenaran descensos del 5,6% de media anual.

Se presenta complicado, ya que en los últimos años no se tienen esos parámetros. Así, aunque en 2023 se produjo un descenso del 6,3%, en 2022 hubo un aumento del 2% y en 2021 un incremento del 6,6%.
En lo que se refiere a la evolución en 2024, el informe señala que la generación eléctrica ha disminuido considerablemente sus emisiones con respecto al año pasado, exceptuando el último trimestre, en el que se han producido un aumento. Las emisiones generadas por el uso final del gas natural han aumento respecto al año pasado, pero sin alcanzar los niveles de 2021. Las emisiones procedentes de los derivados del petróleo siguen sin mostrar una tendencia descendente.
Sube el consumo de productos petrolíferos
El informe de BC3 y OTEA señala que «el consumo de productos petrolíferos es el principal factor por el que las emisiones no se están reduciendo al ritmo deseado». Tras un ligero descenso en 2023, entre enero y octubre de este año, el consumo de productos petrolíferos aumento un 5%.
«Si se mantiene esta tasa de crecimiento hasta el final de año, el consumo de productos petrolíferos en 2024 superaría al de 2019. Es decir, a pesar de la pandemia del covid-19 y la crisis energética de 2022 que disparó los precios, en los últimos cinco años no se habría reducido el consumo de productos petrolíferos», constata el informe.
El aumento del consumo de los productos petrolíferos ha sido generalizado, tanto en industria como en transporte. El informe pone el acento en la subida del consumo de queroseno, vinculado al transporte aéreo, que ha aumentado un 12% en el último año.
Evolución positiva del sector eléctrico
El sector eléctrico, en cambio, ha tenido una evolución positiva, según el informe. La generación eléctrica no ha variado respecto al año pasado, pero las emisiones se han reducido gracias al mayor peso de las energías renovables. La solar fotovoltaica ha aumentado (un 18%) y ha sido un buen año para la generación hidráulica, que ha aumentado un 50% respecto al año pasado.
De este modo, las energías renovables suponen ya el 56% de la generación eléctrica, mientras que los ciclos combinados en un 30% y el carbón es «ya casi marginal».
Sin embargo, el informe alerta de que la capacidad instalada de tecnología eólica «está yendo mucho más despacio de lo esperado», ya que no ha aumentado respecto al año anterior. En cualquier caso, la eólica sigue siendo la primera fuente de generación eléctrica.
Entre los puntos negros, el informe señala también que la electrificación de la economía no avanza.

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