Las kurdas desafían al nuevo poder en Siria: «No volveremos atrás»
La nula presencia de mujeres en los ministerios del Ejecutivo de transición sirio y las declaraciones patriarcales de algunos de sus miembros han puesto en alerta a las mujeres en Rojava. Rohlat Afrin, comandante de la YPJ, advierte de que no aceptarán una mentalidad «conservadora».

«Preferí unirme a esta revolución antes que casarme», recuerda Rohlat Afrin mientras repasa su trayectoria vital hasta convertirse en la comandante de las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ). Una declaración de intenciones de la máxima responsable del ala femenina de la milicia kurda en Siria que contrasta con el mensaje que recientemente lanzó Obeida Arnaout, portavoz de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), en una entrevista con la televisión libanesa Al-Jadeed: «La mujer es un elemento importante y honrado de la sociedad, pero sus tareas deberían estar en consonancia con los roles que puede desempeñar. Por ejemplo, si decimos que una mujer se hace responsable del Ministerio de Defensa, ¿esto se ajusta a su naturaleza biológica y psicológica? No hay ninguna duda de que no».
Palabras del vocero de la milicia yihadista que ahora gobierna en Damasco que desataron protestas en la capital siria, así como en las principales ciudades de Kurdistán Oeste (Rojava, en kurdo), y que han puesto en alerta a las mujeres de esta región que libran una doble lucha por el reconocimiento de sus derechos y los de su tierra. «Al frente de los ministerios del Gobierno de transición sirio no hay ninguna mujer. Tenemos miedo de pasar a un segundo plano y ser marginadas», señala a GARA Afrin desde una base militar a las afueras de Hasakah.
HTS e ISIS, «misma mentalidad»
Ante esta coyuntura nada halagüeña para los derechos de las mujeres en Siria, la comandante de las YPJ advierte de que no aceptarán una mentalidad «conservadora» y de que continuarán luchando para «avanzar en las libertades» de las mujeres. En la misma línea se pronuncia desde Raqqa la copresidenta de Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria (Aadnes), Avin Suwaid: «Como mujer kurda, tengo sueños, esperanzas y ambiciones para la nueva Siria. Esto no se soluciona con enseñar dos horas de kurdo en la escuela».
Según Suwaid, una línea roja en la futura Constitución es «el reconocimiento de la diversidad siria». Una diversidad que para la copresidenta del autogobierno también implica «la libertad de las mujeres para elegir el uso del velo». En este sentido, el portavoz de HTS aseguró que no obligarán a las «mujeres cristianas o de ninguna otra secta» a llevar al hiyab, pero remarcó que será un «comité constitucional» el que «especifique» qué «roles pueden ejercer» las mujeres en la sociedad siria.

Unas intenciones que ofrecen muchas sombras teniendo en cuenta el currículum de algunos miembros del Ejecutivo de transición sirio. Sin ir más lejos, el pasado sábado salieron a la luz dos vídeos grabados en la provincia de Idlib en 2015, en los que se observa al actual ministro de Justicia interino de Siria, Shadi al-Waisi, sentenciando y supervisando como juez la aplicación de la pena de muerte a dos mujeres acusadas de adulterio y prostitución en virtud de la sharia que imponía el Frente al-Nusra –la antigua marca de HTS– en las regiones bajo su control.
«La ideología que comparten el Estado Islámico (ISIS) y HTS cree que las mujeres simplemente deben cuidar de los hijos y realizar las tareas del hogar. Esa mentalidad siempre ha estado muy extendida en la región y, precisamente, las YPJ se crearon en 2013 para combatirla», apunta Afrin, recordando el papel que jugó la milicia que comanda en la derrota del califato.
«Hemos pagado un precio muy alto para conseguir este sistema que reconoce los derechos de las mujeres y vamos a seguir luchando para protegerlos, no volveremos atrás», advierte la miliciana, para evitar que el país acabe «como Afganistán», donde las mujeres están sistemáticamente excluidas de la vida pública.
La amenaza del Ejército Nacional Sirio
Mientras la batalla ideológica entre la Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria y el Gobierno de transición sirio se libra, por el momento, en los despachos y a golpe de declaración, la lucha entre las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) –a las que pertenecen las YPJ– y el Ejército Nacional Sirio (ENS) apoyado por Turquía tiene lugar en el campo de batalla. En relación a los recientes actos vejatorios y torturas hacia milicianas kurdas caídas prisioneras en las inmediaciones de Manbij, Afrin indica que «la venganza es la respuesta más adecuada ante ese tipo de acciones contra las mujeres».
La comandante de las YPJ denuncia que «Turquía, un sistema donde predomina una mentalidad islamista y capitalista, está tratando de torpedear la revolución y los movimientos de defensa de las mujeres». La militar subraya que, si el Gobierno de transición sirio aplica las políticas turcas en lo que a la mujer se refiere, en Siria tendrán que «hacer frente al mismo sistema opresor vigente en el Estado turco».
Rohlat Afrin concluye que la revolución de las mujeres en Rojava es lenta, pero está consiguiendo traspasar barreras étnicas y culturales. «La cantidad de mujeres árabes que se alistan a las YPJ es todavía pequeña, pero crece día a día. Las mujeres kurdas conocemos nuestra historia e incluso hemos cogido las armas junto a nuestros maridos, esto marca la diferencia con respecto a muchas mujeres árabes sometidas al conservadurismo del islam», añade.
La comandante considera fundamental que las mujeres de Kurdistán y Oriente Próximo se conozcan más a sí mismas y se protejan: «Tienen que tomar conciencia de sus propios derechos, de la lengua y cultura propias, y deben luchar para defenderlos».

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