No es cierto, o al menos no es del todo cierto, lo que aseguran los dirigentes del PNV de que en el partido no te presentas para los cargos internos, sino que te presentan. Es evidente que con su carta a la militancia, lo que hace Andoni Ortuzar es presentarse a un cuarto mandato, lo que entre otras cosas obligará al levantarle la incompatibilidad para estar tanto tiempo en ese cargo.

Es más, lo que Andoni Ortuzar ha hecho prolongando tanto la comunicación de su decisión es una especie de campaña electoral. Ahora todo el mundo sabe que Ortuzar no tendrá ningún candidato o candidata alternativo porque no hay condiciones para ello y que, por lo tanto, volverá a ser elegido.

No es cierto que su continuidad esté en manos de la afiliación, porque todo va a ser un mero refrendo sin condiciones mínimas que cumplir y en el que probablemente nunca se sepa cuántos militantes han dado su voto.

Los críticos se siguen quejando de que todavía no se han hecho públicas las actas de la elección de las direcciones territoriales y sostienen que en Bizkaia apenas participó el 15% de los jeltzales con derecho a voto.

Diga lo que diga, Andoni Ortuzar se presenta él, lo apoya Sabin Etxea y ahora todo el aparato se pondrá a su disposición. La ecuación del 50% ha tenido su solución lógica.