
El reparto de «ayuda» de la denominada Fundación Humanitaria para Gaza, organización estadounidense creada con el respaldo de Israel para distribuir «ayuda humanitaria» se ha convertido en un caos en el que miles de palestinos desesperados han acudido a zonas militarizadas en el sur de la Franja y ha sido suspendido.
El Ejército israelí ha designado dos puntos de entrega en Tal al Sultan y en el corredor de Mora, en la zona de Rafah, en el sur del enclave. La agencia QNN ha divulgado imágenes de medios israelíes tomadas con drones donde se observa cómo los palestinos ha sido enjaulados en rutas valladas, hacinados mientras esperaban recibir su paquete de ayuda limitado en calorías.
Miles de personas hambrientas han colapsado la zona, lo que ha provocado que las fuerzas mercenarias estadounidenses encargadas de la seguridad hayan huido entre disparos. El control de los accesos está en manos de la firma de seguridad estadounidense Safe Research Solutions (SRS), que ya ha llevado controles de movimientos entre el norte y sur del enclave durante el último alto el fuego.
Medios palestinos han indicado que helicópteros israelíes también han disparado para dispersar a la multitud.
En los vídeos del asalto a la zona, compartidos también por la cadena pública israelí Kan, se escuchan disparos, aunque no está claro si provienen del Ejército israelí o de los mercenarios de EEUU.
El Ejército de Israel ha admitido que ha lanzado «disparos de advertencia en la zona fuera del complejo» para dispersar a las multitudes, pero ha negado que haya abierto fuego desde helicópteros.
El Gobierno gazatí ha denunciado que lo ocurrido «es una prueba concluyente del fracaso de la ocupación a la hora de gestionar la situación humanitaria que creó deliberadamente mediante sus políticas de hambruna, asedio y bombardeos».
El reparto se habían encargado a tres agencias identificadas como IHRC, Rahma y Multifaith Alliance, estas dos últimas estadounidenses.
La denominada Fundación Humanitaria para Gaza ha asegurado que la distribución se ha reanudado tras el incidente y que ha repartido «8.000 cajas de comida. Cada una alimenta a 5,5 personas durante 3,5 días, un total de 462.000 comidas».
Registrada en Ginebra en febrero, la GHF no tiene oficinas ni representantes conocidos en la ciudad, sede de organizaciones humanitarias internacionales. Surge cuando Israel decide cortar toda la ayuda y vetar las acciones de las organizaciones independientes y de la propia ONU.
Militarizada, politizada y formada por exmilitares y exespías, según algunas ONG, tampoco se conocen sus fuentes de financiación.
Control militar del hambre
La ONU y distintas ONG que operan en Gaza se han negado rotundamente a participar en este sistema promovido por Israel que constituye una militarización de la ayuda humanitaria y una forma de control del hambre como herramienta del objetivo de la expulsión de la población palestina.
El reparto se produce en puntos fuertemente militarizados y supone un grave riesgo para la población exhausta, que tiene que caminar decenas de kilómetros por zonas convertidas en campos de batalla y poner en peligro su vida en el camino y en el mismo lugar de distribución.
La agencia QNN ha señalado además que el director del Observatorio Euromediterráneo de Derechos Humanos: Rami Abdu, ha denunciado que una empresa estadounidense-israelí y el Ejército de ocupación israelí han robado los suministros de la organización Rahma Worldwide para distribuirlos en sus propias operaciones dentro de las instalaciones valladas.
El bloqueo israelí a la entrada de cualquier suministro básico en Gaza durante tres meses ha llevado a una población de 2,4 millones de personas al borde del hambre y decenas de personas han muerto ya por malnutrición.
El fracaso de la operación de ayuda promovido por EEUU para intentar acallar las críticas ya se adelantaba con la dimisión del propio director de la fundación creada para llevarla a cabo, Jake Woods, este lunes. Woods reconocía que el plan de la organización no respeta los principios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia.
«Trampas de muerte»
El Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP) ha advertido que los centros de distribución de ayuda establecidos por EEUU e Israel en la Franja de Gaza representan «trampas de muerte colectivas», y ha advertido a los ciudadanos que no se acerquen a ellos.
Según el FPLP, estos puntos están siendo utilizados para arrestar a la gente además de como herramientas de desplazamiento.

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