
Las programaciones proponen y la meteorología dispone. Tras un preludio paradisiaco en la tarde-noche de Jamie Cullum en el Kursaal, las chaparradas se apuntaron a la fiesta desde la mañana de ayer. No hubo problema para la programación matutina, toda a cubierto. Con el francés Baptiste Trotignon, que inauguró los conciertos de piano del Museo San Telmo. La programación ‘JazzEñe’del Teatro Victoria Eugenia, con la doble sesión del combo de jazz aéreo J. Fox y el también cuarteto del bajista Juanfe Pérez. Y el 13º Txikijazz, que se estrenó en la plaza Tabakalera con Old Schol Funky Family.
La jornada fue despejando y la fiesta aguantó en paz. The Beach Boys presentaron en el Kursaal una banda festivalera de nueve miembros. La encabezan los octogenarios Mike Love y Bruce Johnston, supervivientes del grupo desde los años sesenta del pasado siglo. Y les acompañan el guitarra, cantante y director musical Brian Eichenberger, el también guitarra Christian Love (hijo de Mike), el tercer guitarrista John Wedemeyer, Tim Bonhomme a las teclas, Jon Bolton a la batería, el bajista Keith Hubacher y Randy Leago a los saxofones y flauta. Con el refuerzo del guitarrista, percusionista, estupendo vocalista y actor John Stamos.
Surferos de secano
Con dos sets diferenciados, generosamente repletos de más de treinta canciones, tejieron de entrada una gama de himnos surferos de sus primeros tiempos: ‘Surfin' Safari’, ‘Catch a Wave’, ‘Surfin' USA’, ‘Surfer Girl’ o el ‘Rockaway Beach’ de Ramones. A pesar del empalago surfista en los temas y en pantalla, sólo un miembro del grupo original (Dennis Wilson) cogió olas de verdad, y acabó ahogado en el mar. Las leyendas comerciales suelen tener a veces mucha fantasía.
Muy justo de voz pareció Mike Love, en un tono gastado y con desafines propios de la edad. Pero le quitaron peso su propio hijo y otros miembros del combo de gargantas más jóvenes. El macro grupo funcionó conjuntado y espectacular con sus angelicales melodías vocales y la parroquia, nada joven en su mayoría, disfrutó satisfecha, aunque le costó levantarse de las butacas.
Nostalgia envuelta en melodías soleadas que el mismísimo Bob Dylan dijo odiar desde el primer día que las escuchó. Siempre hay aguafiestas. Con algún momento más noble como la versión del ‘Cotton Fields’ del gran bluesman Lead Belly, canciones de coches antiguos, la calma baladística ‘In My Room’ o la muy festiva ’I Get Around’.
En la segunda mitad sonó material un poco más original en su composición y estructura y tras un recuerdo al brillante creador Brian, el conjunto ofreció su ramillete de arreglos vocales e instrumentales más brillante. Desde cumbres como ‘God Only Knows’, la más tópica‘California Girls’ y una correcta versión del ‘California Dreamin’ a la cumbre ‘Sloop John B’, ‘Wouldn't It Be Nice’ o la emblemática ‘Good Vibrations’ con plena participación a ocho voces. Como es habitual, cerraron con ‘Fun, Fun, Fun’, mensaje que podría ser su epitafio.
Cita social
El Jazz Band Ball, que inaugura cada verano el entorno de la Zurriola, es una de las citas sociales más especiales del año. Así que, contra viento y un cielo amenazador, la riada humana volvió a practicar su ritual de roce social y alegría estival. Disfrutó de los nueve coloristas japoneses Minyo Crusaders y su latinizado folclore min'yō. Mucho más reposada y hasta etérea estuvo la vocalista y flautista parisina, de origen sirio, Naïsam Jalal, con un quinteto escorado hacia la instrumentación hindú.
Para quienes prefirieron ver caer la agitada tarde desde la bahía, el DJ Makala (Mikel Unzurrunzaga Schmitz) y su colega vocalista Lidia Insausti, que forman Arima Soul, presentaron los cálidos ritmos funkeros de su novedad ‘Gaua’. Después, Makala pondría en acción su filosofía colectiva “Jazzatik” (portal Entzun.FM) en un mano a mano con el saxofonista alicantino Alex Haro.
Vendaval
Pero el apellido mayor del baile inaugural era Jamie Cullum, que en la víspera había ya entusiasmado a casi 2.000 almas en el interior del Kursaal. El nervioso pianista y su espléndida banda cautivaron a la masa playera con un set que presentó diferencias con su recital la víspera en el Kursaal. Tiraron menos de standards, la sesión fue menos compacta y Cullum no se extasió tanto en el baile.
Saltó la valla para mezclarse con el público en su habitual momento ‘Mankind’. Tentó la suerte con ‘Singin In the Rain’ aunque el horizonte acabó con tonos rosas. Pleno de actitud, ‘Coolum’ reconvirtió brillantemente el ‘Come Together’ beatle. Cumplió con el salto del piano en ‘When I Get Famous’.
Con la banda impecable, funkearon y junglearon con el ‘Sinnerman’ de Nina Simone y swingearon en plan jam con ‘You and Me Are Gone’. Agradecido y feliz, el pequeño gran intérprete de Essex desgranó en solitario al piano las íntimas ‘All At Sea’ y ‘What a Difference a Day Makes’. Genial
Al vendaval británico le sucedió el nervio sónico del guitarrista israelí Pete Roth Trio, con Mike Pratt al bajo y el veterano batería Bill Bruford, ex de grandes del rock sinfónico como King Crimson, Yes y Earthworks y Premio Jazzaldia de este año.
Más alegremente rítmico resulto el experimento Pianoforte, unión de cuatro pianos y otros tantos teclados a cargo de los franceses Baptiste Trotignon, Eric Legnini, Bojan Z y Pierre de Bethmann. Y la fiesta de medianoche la alegró la formación del octeto norteamericano The War and Treaty, del matrimonio de cantantes Tanya Trotter y Michael Trotter Jr., con un show de muchos matices tradicionales y pop.
En la repleta jornada de hoy, con casi veinte actos, estará en el Kursaal el guitarrista flamenco Yeray Cortés. La plaza Trinidad se estrenará con Five Elements, grupo del siempre notable saxo alto Steve Coleman. Más el barítono Kurt Elling, apoyado en lo que resta de los veteranos Yelowjackets, con una revisión vocal de los influyentes Weather Report. La euskaldun Anari y los ingleses británicos EXTC centran la oferta en el macro escenario de la playa Zurriola.

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