
La nueva tasa mínima para los Estados con los que Estados Unidos mantiene una balanza comercial negativa ha quedado fijada en el 15 %, y en el caso de aquellos con los que presenta un saldo positivo será del 10 %. Al resto se le aplicará un gravamen del 30%.
Así lo establece una orden ejecutiva publicada por la Casa Blanca pocas horas antes de que se cumpliese el plazo establecido para la negociación de aranceles.
En dicha negociación se ha establecido la aplicación de un arancel del 15% para la mayoría de productos de la UE y de Corea del Sur. En el caso del Reino Unido, será del 10%.
En todo caso, el acero y el aluminio europeos siguen afectados de momento por unos gravámenes del 50 %, a falta de negociar unas cuotas con tarifas más bajas. Al respecto, el canciller alemán, Friedrich Merz, manifestó que «ahora se trata de negociar los detalles (del acuerdo), por así decirlo, la 'letra pequeña'. No se hizo el pasado fin de semana y ahora debe recuperarse».
Y hay países que han acordado rebajas importantes en comparación con el gravamen anunciado el pasado 2 de abril, bautizado como el ‘Día de la Liberación’ por el presidente, Donald Trump. Camboya pasará del 49 al 19%, Lesoto del 50 al 15% y Vietnam del 46 al 20%.
En contraste, hay tres países que no solo no han acordado una rebaja, sino que se les han aumentado los aranceles: la República Democrática de Congo, Guinea Ecuatorial y Suiza. En este último caso, el arancel será del 39%. La tasa será mayor en el caso de Siria (41 %), Laos (40 %) y Birmania (40 %).
Castigo a Canadá y Brasil
No todos los aranceles, sin embargo, respondieron a razones estrictamente comerciales.
A la par que la Casa Blanca publicó el reajuste arancelario, también anunció que gravaría con un 35% los productos canadienses, pero en este caso porque sostuvo que el país vecino «no ha cooperado para frenar el flujo constante de fentanilo y otras drogas ilícitas».
El primer ministro de Canadá, Mark Carney, desmontó la justificación dada por la Administración de Trump al afirmar que solo un 1 % del fentanilo que llega a Estados Unidos proviene de Canadá y que su Gobierno «está trabajando intensamente» para reducir ese volumen.
El máximo mandatario canadiense refrendó que sigue comprometido con el mantenimiento del T-MEC –tratado de libre comercio de América del Norte del que forman parte Canadá, Estados Unidos y México–, abogando por continuar con las negociaciones comerciales entre los dos gigantes.

En todo caso, dejó claro que «el Gobierno de Canadá está totalmente centrado en lo que podemos controlar: construir un Canadá fuerte y una economía canadiense unificada. Los propios canadienses seremos nuestros mejores clientes, creando más empleos bien remunerados en casa, mientras fortalecemos y diversificamos nuestras relaciones comerciales en todo el mundo».
A Brasil, además del arancel «universal» del 10%, se le ha impuesto otro adicional del 40%, en represalia por el juicio al que está sometido allí el expresidente Jair Bolsonaro, aliado político de Trump.
En el caso de México, Trump habló este jueves con su homóloga mexicana, Claudia Sheinbaum, y tras esa conversación anunció una nueva prórroga de 90 días en la aplicación de la mayoría de aranceles para México.
«Trump está restaurando la soberanía económica de Estados Unidos al reducir nuestra dependencia de países extranjeros, impulsando la inversión en Estados Unidos por un valor de billones de dólares y creando cientos de miles de empleos bien remunerados para el pueblo estadounidense, con Estados Unidos finalmente priorizando el comercio», dijo en una rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
¿Qué sucede con China?
Washington y Pekín llegaron a un acuerdo temporal por el cual EEUU rebajó del 145 al 30% sus aranceles, mientras que China redujo del 125 al 10% los impuestos sobre bienes estadounidenses. También eliminaron restricciones al intercambio comercial de bienes clave como las tierras raras y los semiconductores.
Ambos países se encuentran en medio de negociaciones para llegar a un pacto definitivo antes de que expire esta pausa el próximo 12 de agosto, un plazo que podría ser extendido para propiciar el éxito de unas conversaciones que «marchan bien», según adelantó Trump esta semana sin ofrecer detalles claros sobre avances en el diálogo.
Además de estos aranceles globales, se mantiene vigentes los que Trump estableció en su momento al aluminio y al acero, que ascienden al 50%, y ratificó que varios productos fabricados con cobre recibirán idéntico gravamen a partir de la entrada en vigor de los nuevos gravámenes, con excepciones como los cátodos exportados por países como Chile.
Tipos de interés y bolsas
Por otro lado, el magnate neoyorkino mantuvo el tono agresivo en su pulso con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. «Jerome 'Tardón' Powell, un testarudo IDIOTA, debe bajar sustancialmente las tasas de interés, ¡YA! ¡SI SIGUE NEGÁNDOSE, LA JUNTA DEBERÍA TOMAR EL CONTROL Y HACER LO QUE TODO EL MUNDO SABE QUE TIENE QUE HACER!», escribió Trump en su red Truth Social.
Minutos después, el republicano insistió en que Powell «es un desastre» y reiteró que la Reserva Federal debe bajar las tasas. «¡BAJEN LA TASA! La buena noticia es que los aranceles están trayendo miles de millones de dólares a Estados Unidos», sacó pecho.
No le dieron, sin embargo, la razón las bolsas mundiales. Wall Street abrió en rojo –trece minutos después del toque de campana, el Dow Jones de Industriales bajó un 1,34 %–, precisamente como consecuencia de los vaivenes arancelarios marcados por el mandatario estadounidense, una reacción volátil que también sufrieron los diferentes parqués europeos y asiáticos.

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