Sylvan Adams, el socio de Netanyahu que sostiene al Israel-Premier Tech
El equipo Israel-Premier Tech ha crecido mucho en una década. Y hay una clara razón para ello: su fundador, Sylvan Adams. Un multimillonario canadiense-israelí habituado a lavar la imagen pública del Estado judío mediante el deporte. Y relacionado en numerosos proyectos con Benjamin Netanyahu.

En la intersección de la política, los negocios y el deporte, la relación entre Sylvan Adams, empresario multimillonario canadiense-israelí y Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, es un claro ejemplo de cómo el poder de la diplomacia deportiva puede ser utilizado para influir en la imagen pública de un país. El sportwashing. Una de las iniciativas más destacadas en este contexto es la creación, apoyo y auge del equipo ciclista Israel Start-Up Nation, que ahora compite bajo el nombre de Israel- Premier Tech y que ha jugado un papel importante en el blanqueo de la imagen de Israel a nivel internacional.
Las protestas por su presencia en la Vuelta que se está disputando estos días, tuvieron su punto álgido en la etapa de este miércoles, cuando una serie de ciudadanos cortaron la carretera al equipo, aprovechando que se trataba de una contrarreloj por equipos y que solo afectaría al cuadro israelí.
Lidón Soriano, activista propalestina, explicó a ‘Público’ que, a diferencia de las protestas disgregadas que tuvieron lugar durante la Vuelta de 2020, 2021 y 2022, este año han «coordinado el 90% de las acciones que tendrán lugar a lo largo de la Vuelta con otros movimientos propalestinos del Estado español e Italia». Los resultados han comenzado a verse.
Pero volvamos a la figura de Sylvan Adams, un magnate con profundas conexiones tanto en el mundo empresarial como en el deportivo, que emigró a Israel en 2016. Acumuló muchas ganancias en los negocios inmobiliarios, pero ha sido en el ámbito del deporte donde Adams ha adquirido notoriedad internacional.
También es presidente del Consejo Judío Mundial y aunque nunca ha realizado declaraciones públicas en relación con la ofensiva sobre Gaza, sí que ha manifestado su apoyo a la idea de un Estado judío en Palestina, así como identificarse con el sionismo.
En 2015, Adams decidió fundar el equipo de ciclismo profesional Israel Cycling Academy (que más tarde se renombró Israel Start-Up Nation y ahora Israel-Premier Tech). Adams no solo financió el equipo, sino que lo mueve por el planeta como una vitrina para el país, particularmente en el mundo del ciclismo. También logró llevar la salida del Giro a Israel en 2018. O fichar al cuatro veces ganador del Tour Chris Froome y otros grandes nombres a base de talonario que no se entendían desde una perspectiva estrictamente deportiva. Y fuera del deporte de las ruedas, llevar Eurovision a Tel Aviv en 2019, financiando la actuación de Madonna durante la final.
Por su parte, Benjamin Netanyahu es un firme defensor de las iniciativas que ayudan a mejorar la imagen de Israel en el exterior. Adams y Netanyahu han coincidido en numerosas ocasiones en eventos deportivos, y el magnate ha expresado públicamente su apoyo a las políticas del primer ministro, particularmente aquellas que buscan fortalecer la posición de Israel en el mundo. Netanyahu, a su vez, ha visto en acciones como el equipo ciclista una forma de proyectar una imagen más positiva de su país a través del deporte.
Proyecta una imagen positiva del Estado de Israel
Y es que el equipo no es solo una escuadra deportiva, sino un instrumento de la diplomacia deportiva. El equipo, presente en las mejores carreras del mundo, se ha convertido en un embajador del país en el ámbito deportivo, llevando consigo una narrativa de innovación, éxito y modernidad que contrasta con las noticias que llegan cada día desde los enclaves palestinos.
A través de este equipo, Adams y Netanyahu buscan promover una visión de Israel como un país avanzado y progresista, centrado en la tecnología, la innovación y el deporte.
El concepto de «blanqueo de la imagen» o «sportswashing» no es exclusivo de Israel. Se refiere al uso de eventos deportivos o la promoción de atletas para mejorar la reputación de un país en el escenario internacional, especialmente cuando dicho país tiene un historial controvertido en áreas como derechos humanos, conflicto armado o políticas represivas.
La relación entre Sylvan Adams y Benjamin Netanyahu ha dado lugar a uno de los proyectos de «sportswashing» más visibles de los últimos años. Aunque la escuadra ha alcanzado un importante nivel deportivo, las implicaciones políticas de este proyecto son innegables. A través del ciclismo, Israel busca cambiar la narrativa en torno a su país y proyectarse como una nación dinámica, moderna y abierta al mundo.
Sin embargo, también abren la puerta a protestas propalestinas, cada vez con mayor frecuencia y de mayor notoriedad ante la presencia de equipos israelís en las pruebas deportivas. Todo apunta a que en los próximos días habrá más ejemplos.

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