Periodista, especializado en información cultural / Kazetaria, kulturan espezializatua
Entrevue
María Hesse
Ilustradora

«Con mi trabajo busco defender una conciencia social y política»

Nacida en 1982, se dio a conocer con ‘Frida Kahlo. Una biografía’ (2016). Ha ilustrado otras biografías, como la de David Bowie o Marilyn Monroe, y ha escrito novelas gráficas con un claro sesgo feminista como ‘El placer’ o ‘Malas mujeres’. Presenta su versión ilustrada de ‘El diario de Anne Frank’.

La ilustradora María Hesse.
La ilustradora María Hesse. (J. DANAE | FOKU)

Su carrera ha sido meteórica. Hace poco, la revista ‘Taschen’ incluía a María Hesse entre ‘Los 100 mejores ilustradores del mundo’. Ella se resiste a conferir a su trabajo únicamente un valor estético y confiesa que sus dibujos encierran su propia visión del mundo. Lo que ha hecho para ‘El diario de Anne Frank’ confiere una singularidad y una complejidad al personaje que trascienden su valor testimonial.

No sé si esta obra se parte de un encargo o de un empeño personal. En todo caso, ¿cuál fue el mayor desafío de ilustrar un clásico como ‘El diario de Anne Frank’?

Fue una sugerencia de mi editora, con la que llevo trabajando mucho tiempo y que, como tal, tiende a afinar mucho con los proyectos que me ofrece. A mí me pareció buena idea y más aún después de releerlo. Yo había leído ‘El diario de Anne Frank’ siendo una adolescente y, volviendo sobre él ahora, he descubierto muchas cosas que me parecen fascinantes. Dicho lo cual, yo no me tomo este tipo de propuestas como un reto sino como un regalo, todos los que aspiramos a ser ilustradores soñamos con poder hacer algo así.

«El ser humano es bastante estúpido y tiende a olvidar el pasado y a pensar que la Historia no se va a volver a repetir, cuando lo cierto es que se repite constantemente»

¿Hasta qué punto en sus dibujos hay una voluntad por conectar pasado y presente? Se lo pregunto porque, en su labor como ilustradora, se percibe un empeño por mostrar que no estamos a salvo de reincidir en ciertos escenarios indeseables.

A mí me parece importante y oportuno que, a través de los dibujos, podamos revivir este tipo de historias, porque el ser humano es bastante estúpido y tiende a olvidar el pasado y a pensar que la Historia no se va a volver a repetir, cuando lo cierto es que la Historia se repite constantemente. Además, con este libro ocurre una cosa y es que el paso del tiempo ha hecho que percibamos a Anne Frank y a su familia como si se tratasen de personajes de ficción. Por eso, cuando ilustré el libro me propuse que, más allá de las circunstancias históricas, se percibiera el lado humano de Anne Frank. Ella no era solo una joven judía, sino una adolescente que hizo su tránsito a la edad adulta encerrada en un piso y soñando con ser libre.

Usted saltó a la fama al ilustrar la biografía de Frida Kahlo y no sé hasta qué punto sus ilustraciones para «El diario de Anne Frank» están vinculadas a sus anteriores trabajos.

Supongo que en todos mis trabajos está mi manera de mirar el mundo y mi deseo de reflejar la parte más emocional de los personajes y de las historias. En el caso de ‘El diario de Anne Frank’, lo que he intentado es trascender la literalidad del texto e intentar reflejar los sentimientos de la protagonista y, sobre todo, su carácter rebelde, porque ella era muy rebelde.

Esa cualidad, en todo caso, también vincula a Anne Frank con personajes como David Bowie o Marilyn, que no dejan de ser iconos de rebeldía, aunque sea en una faceta más frívola, y cuyas biografías también ha ilustrado usted.

Bueno, yo lo que busco es trabajar sobre personajes que me remuevan y que, de alguna manera, conecten conmigo. Por ejemplo, yo soy muy fan de Bowie pero, más allá de su música, mientras preparaba aquel libro nunca llegué a conectar realmente con su personalidad, por eso al final me limité a ilustrarlo y deseché la idea de escribirlo, como sí he hecho en otros casos. Aquella experiencia me hizo reflexionar porque, al final, y en la medida de mis posibilidades, con mi trabajo siempre busco defender una conciencia social y política. Me parece importante y eso mi editora lo sabe. Por eso, cuando me sugiere ilustrar clásicos, como en este caso, me conduce hacia textos como ‘Madame Bovary’ o ‘Mujercitas’, que ella sabe que pueden conectar con esa conciencia.

(J. DANAE | FOKU)

¿Solo ilustra libros sobre figuras que la inspiran? ¿Necesita reconocerse en esas figuras o podría asumir otro tipo de encargos?

Los libros que he escrito, además de ilustrarlos, los propongo yo, pero luego, como ya te he comentado, también suelo trabajar sobre sugerencias que me hacen mis editores a partir de un diálogo que siempre ha sido muy fluido y, también, a partir de la confianza que les inspira mi trabajo. Porque mi trayectoria está ahí y ellos saben qué tipo de encargo me puede motivar más, dónde puedo dar lo mejor de mí.

Atendiendo a esa trayectoria que comenta, en sus obras hay una perspectiva de género muy marcada, como si buscara romper con el modo en que tradicionalmente se ha representado a ciertas mujeres. Aquí, por ejemplo, hay una visión de Anne Frank más compleja, menos condescendiente que la que nos han transmitido por otros medios…

Es que esas visiones que han tendido a infantilizar al personaje yo creo que no le hacen justicia, porque Anne Frank era super moderna. Ella, por ejemplo, habla de la menstruación, de los cambios que está experimentando su cuerpo durante la adolescencia, habla bastante de sexo, analiza el modo en que los adultos bajan la voz al hablar del tema y en algún momento llega incluso a cuestionar la masculinidad de Peter, su compañero adolescente, aduciendo que tendría que perder el miedo a expresar sus sentimientos… Yo no recordaba a esa Anne Frank de la primera vez que leí su ‘Diario’. Por eso me interesaba poner en valor esa faceta del personaje, porque además rompe con el estereotipo…

A eso me refería, a que históricamente nos han acercado al personaje exclusivamente como víctima del holocausto, pero usted, con sus dibujos, enfatiza su condición de mujer.

Exacto. Es que no solo hay una Anne Frank, hay muchas, es un personaje infinito, de una gran complejidad. Ella habla mucho sobre el contexto de la guerra y sobre su encierro, pero también reflexiona bastante sobre la vida… ¡es muy filósofa! Y, por otra parte, dista de ser esa niña inocente que siempre nos han querido hacer ver. Ella ya no está en ese punto, se trata de una adolescente que ha dejado atrás la infancia y, como tal, tiene esa necesidad que tienen todos los adolescentes de ‘matar’ a su padre y a su madre para encontrar su propio camino. Cuando entra con su familia a la casa donde permanecen escondidos, ella está al inicio de ese camino y lo que quiere es estar sola consigo misma, pero las circunstancias hacen que no pueda tener ninguna intimidad.  Es decir, hay un drama cotidiano que se desarrolla en el contexto de una situación excepcional, como es la guerra.

«Percibimos a Anne Frank y a su familia como si se tratasen de personajes de ficción. Por eso, cuando ilustré el libro me propuse que se percibiera su lado humano»

¿Difiere mucho su trabajo cuando ilustra un texto previamente escrito de cuando usted asume la autoría plena de una obra, como en sus novelas gráficas?

Son procesos diferentes aunque, en ambos casos, intento transitar un camino parecido. Al final se trata de expresar un universo, ya sea solo con dibujos o con palabras e imágenes. Cuando asumo también la escritura lo hago movida por una inquietud y una intención, mientras que cuando solo ilustro, como en este caso, parto de una inquietud que no es la mía, pero la intención permanece ahí.

A la hora de elaborar sus propias novelas, estos trabajos como ilustradora ¿la llegan a inspirar o separa ambas facetas?

Por supuesto que me inspiran. Entre otras cosas porque, cuando decido escribir una obra como ‘Placer’ o ‘Malas mujeres’ yo necesito leer mucho, documentarme mucho y, al final, lecturas como las de ‘El diario de Anne Frank’ permanecen dentro de ti y llegan a influirte. De cada libro que hago saco un aprendizaje y también una evolución, o eso espero.

¿Cree que los ilustradores tienen consideración de autores? ¿Ha mejorado la percepción del mundo editorial sobre su trabajo en este aspecto?

Yo creo que sí, a la vista está. Cada vez se venden más novelas ilustradas. Yo creo que para muchos lectores y para muchos editores, la ilustración ha dejado de ser un simple adorno o algo puramente estético y se percibe como un elemento narrativo.