Marcel Pena
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

De Gaza a Colombia, el hambre resurge como arma de guerra

El Consejo de Seguridad de la ONU prohibió en 2018 el uso del hambre como arma de guerra, con la histórica resolución 2417. A pesar de ello, hoy día podemos encontrar casos de hambruna en contextos bélicos en todo el mundo, como demuestran los casos de Gaza y Colombia.

Intervención de Karlos Pérez Alonso de Armiño sobre el caso de Gaza.
Intervención de Karlos Pérez Alonso de Armiño sobre el caso de Gaza. (Omar Al-Qataa | AFP)

La declaración oficial de hambruna en Gaza por parte de la ONU ha puesto encima de la mesa el uso del hambre como arma de guerra. La privación de alimentos, mediante el requisamiento de suministros o la destrucción de cultivos, siempre ha sido una constante en los conflictos bélicos y, aunque se tratara de una medida fatal e irreversible, hasta hace relativamente pocos años había pasado inadvertida. De hecho, el Consejo de Seguridad de la ONU prohibió en la resolución 2417 de 2018 el uso del hambre como arma de guerra.

Sobre ello versó el inicio del curso de verano de UIK ‘Gaza y Colombia: El hambre como arma de guerra, la seguridad alimentaria como camino hacia la paz’, que comenzó el pasado lunes 8 de septiembre en Donostia. Tras la inauguración institucional, el profesor de Relaciones Internacionales de la EHU Karlos Pérez Alonso de Armiño trató el conflicto en Oriente Próximo en la conferencia ‘El uso del hambre como arma de guerra. El caso de Gaza’, mientras que el investigador y analista de Acción Contra el Hambre Mateo Echeverry se centró en un ejemplo suramericano con la charla ‘La seguridad alimentaria como vehículo de construcción de paz desde el triple nexo. El caso de Colombia’.

Según Pérez, encargado de abrir la parte académica de la jornada, en las últimas décadas se ha producido un aumento del uso del hambre como arma de guerra, tras la disminución producida justo después de la II Guerra Mundial y, en especial, tras la Guerra Fría. En este sentido, ha recordado que en 2017 la ONU aprobó una declaración alertando del riesgo de hambrunas en el noroeste de Nigeria, Sudán del Sur, Somalia y Yemen. Todos ellos, inmersos en conflictos armados prolongados.

La resolución 2417 del Consejo de Seguridad de la ONU establecía que el hambre entre civiles no podía ser usada como arma de guerra e instaba a los estados a investigar posibles casos. Fue la primera vez que se reconocía a nivel global esta práctica, lo que propició un aumento del interés y de las iniciativas sociales frente a las hambrunas en conflictos bélicos. Prueba de ello es la coalición de «países amigos» de dicha resolución o el grupo de ONG internacionales conformado para dar respuesta a este asunto. Sin embargo, Pérez cree que se trata de «una resolución débil», pues «las posibles sanciones que puede dar lugar no están precisadas» en el texto.

En este contexto de creciente interés y limitados avances teóricos y legales en lo relativo a la erradicación del hambre en el marco de conflictos armados, llegamos al 7 de octubre de 2023, con el ataque de Hamas en territorio israelí, que para el profesor universitario dio paso a «políticas y tácticas abiertamente de hambruna y de exterminio, aunque con algunos alivios puntuales». Para hacer esta afirmación, se basó en algunas declaraciones previas hechas por altos cargos del Gobierno de Israel, como el primer ministro, Benjamin Netanyahu, quien expresó que «todos los lugares donde Hamas se organiza y desde donde opera en esta ciudad malvada los convertiremos en ciudades en ruinas».

Precisamente este punto, las declaraciones de dirigentes, son una de las condiciones necesarias para calificar una agresión bélica como «genocidio», junto a «un patrón de conducta sistemático y planificado, con amplitud de tácticas para generar hambre deliberadamente» y «difusión de evidencias durante meses», destacó Pérez.

Fruto de esta situación, los precios de alimentos básicos como el arroz o las lentejas se ha multiplicado, convirtiéndose en inaccesibles para muchas familias. Así, la ONU declaró el pasado mes de agosto la hambruna en Gaza, siendo también «la primera vez que se declara fuera de África». El objetivo de usar deliberadamente el hambre como arma de guerra por parte del ejército israelí, dijo, es «destruir la sociedad palestina».

«Es su desvertebración, es la quiebra del orden social, los lazos de solidaridad, las normas, el tejido comunitario… Mediante prácticas de deshumanización, de humillación; promoviendo el caos, el pillaje y el enfrentamiento por la comida; en la comisión, por parte de las familias, de actos humillantes y violentos para poder sobrevivir… Todo ello es la destrucción de la comunidad de la sociedad palestina», advirtió.

En cuanto a los «alivios puntuales», el profesor universitario se refería a la distribución de ayuda humanitaria, «una práctica cosmética que ha ayudado a aliviar la presión internacional sobre Israel». Esta ayuda, de la que la mayor parte «cae en el mar o en zonas militarizadas», se concentra en el centro y el sur de la Franja de Gaza, lo que favorece el desplazamiento de la población hacia el sector meridional, en la frontera con Egipto.

El «triple nexo»

En otro orden de cosas, el analista Mateo Echeverry, que intervino de forma telemática, habló sobre el papel de la seguridad alimentaria en la consolidación del proceso de paz en Colombia, donde el 25% de la población (aproximadamente 13 millones de personas) sufre de inseguridad alimentaria «moderada y severa». En su exposición, Echeverry destacó la interacción que existe entre los conflictos armados y los episodios de hambruna, por lo que hizo especial hincapié en el «triple nexo» que puede relajar la problemática en los territorios afectados, como el título de su conferencia indicaba.

Dicho «triple nexo» incluye los esfuerzos humanitarios, de desarrollo y, finalmente, de consolidación de la paz, con el fin de promover la seguridad alimentaria. Para ello, indicó, se requiere colaboración entre todos los actores, lo que aumenta la dificultad de lograr un enfoque único en esta misión.