Ariane Kamio
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Entrevue
José Luis Rebordinos
Director de Zinemaldia

«El de este año es un festival con más películas de combate que nunca»

A pocas horas para que arranque la 73ª edición de Zinemaldia, José Luis Rebordinos se prepara para nueve días de incesante trabajo y una agenda apretadísima. Con toda la programación ya presentada, repasamos junto al director del certamen las claves de lo que se verá este año en Donostia.

José Luis Rebordinos, director de Zinemaldia.
José Luis Rebordinos, director de Zinemaldia. (Maialen Andres | FOKU)

Zinemaldia arranca hoy una nueva edición muy marcada por la actualidad internacional. El genocidio de Gaza, el auge de los movimientos de extrema derecha y películas de un claro corte social marcan la cartelera que mostrará este año el certamen donostiarra. También lo hará la amplia presencia del cine vasco en esta edición en general, y en la Sección Oficial en particular, donde regresan los Moriarti a competición con la película en euskara ‘Maspalomas’, en una pugna por la Concha de Oro a la que aspira también la vizcaina Alauda Ruiz de Azúa con ‘Los domingos’. Esta noche se estrena la alfombra roja para Esther García, quien recibirá el primer Premio Donostia, y a la que tomará el relevo la actriz Jennifer Lawrence el próximo viernes. Tomen asiento, apaguen sus teléfonos móviles, que esto empieza ya.

Cuéntenos cómo se presenta la edición de este año.

Yo creo que se presenta parecida a los últimos años. Tenemos un esquema de festival que funciona. Se trata de jugar con la variedad, que haya también calidad pero, sobre todo, que haya variedad. Me acuerdo que Diego Galán decía hace muchos años que cada espectador tenía que encontrar su película. Es un festival muy variado, muy heterogéneo, precisamente para eso, para llegar a públicos muy diferentes.

Habla de los espectadores, el punto diferenciador de este certamen.

Creo que ahí nos parecemos mucho a Berlín. En nuestro caso, el año pasado hubo 178.000 espectadores en nueve días, una locura. Seremos uno de los festivales en los que más se cuenta con el público y es una de nuestras características. Incluso hay algunos productores a los que les gusta venir a San Sebastián porque quieren ver la reacción del público con su película antes de que la puedan estrenar.

¿Qué es lo que destacaría de la programación de este año?

Yo destacaría la gran cantidad de películas diferentes. Y luego el cine refleja lo que está pasando en el mundo, entonces, digamos que es un festival con más películas de combate que nunca, porque el mundo está muy mal. Hay películas sobre muchos temas diferentes, incluso un thriller como ‘Los tigres’ es una película que está haciendo una lectura social de la pobreza y de los excluidos. Pero también está la película sobre Palestina (‘The Voice of Hind Rajab’), la cual ha creado tanta conmoción en Venecia; tenemos una película china (‘Her Heart Beats in its Cage’) de una mujer que mata a su marido que la maltrata; tenemos la película de Lucrecia Martel (‘Nuestra tierra’) sobre un líder indígena asesinado por los terratenientes... Probablemente hay una línea de cine social, que siempre la hay en San Sebastián, pero quizá este año sea más fuerte que en otras ocasiones.

Alguien me decía, ‘¿cuál es la línea del festival?’, y yo creo que la línea del festival es no tener línea, o es tener todas las líneas e intentar mostrar dentro de nuestras posibilidades todas las formas y tendencias que existen ahora mismo en el mundo audiovisual.

La presencia del cine vasco en la Sección Oficial es muy notoria este año.

Nosotros no hacemos cuotas de ningún tipo, ni de género, ni de países, lo que pasa es que vivimos un momento del cine español en general y del cine vasco en particular que es brutal. Llevábamos unos años que nos costaba más encontrar películas en euskara, había cine vasco potente, pero este año tenemos películas grandes. Estamos hablando de ‘Karmele’, estamos hablando de una serie como ‘Zeru ahoak’, que para mí es la serie más potente que ha hecho ETB hasta ahora, está ‘Maspalomas’ y está ‘Aro berria’ (New Directors). Es decir, son películas que tienen ya un cierto empaque de producción y son en euskara.

Y eso es una buena noticia, porque hace no tantos años era impensable aspirar a tener una película en euskara de una producción importante en Sección Oficial, y parece que el cine vasco está viviendo un momento muy dulce.

Este año, durante la presentación oficial, se dio lectura a un manifiesto en contra del genocidio en Gaza, ha mencionado también películas de corte social y político... ¿Cree que esta puede ser la edición más combativa de los últimos años?

Probablemente lo va a ser. Zinemaldia tiene cada vez más repercusión y respeto para aquellos que quieren que se oiga su voz usen como altavoz aquellos lugares donde pueden tener más repercusión, siempre que se haga desde el respeto. Supongo que el día que se proyecte la película palestina, se va a convertir en un gran clamor contra el genocidio que está llevando a cabo el Gobierno de Netanyahu.

Nosotros nunca nos hemos opuesto a los movimientos sociales en el festival, siempre hemos pedido respeto a las personas que vienen, que muchas veces no conocen lo que está pasando, respeto a las películas, y por supuesto, que debate. Nosotros ya abrimos una sección dedicada al pensamiento y al debate porque pensamos es importante crear espacios para pensar y debatir. Siempre hemos dicho que aquí es bienvenido todo el mundo, desde el más conservador hasta el más progresista, con una condición, que respete la opinión de los demás. Por eso, movimientos de extrema derecha, como puede ser Vox, no es bienvenido, porque apoya el fascismo, porque muchos de sus miembros apoyan el régimen franquista. Es decir, no puede ser bienvenido en una democracia. No podemos retroceder un paso en las condenas de las dictaduras. Un festival tiene que reflejar lo que el cine refleja. Es verdad que, en estos momentos con un mundo tan convulso como el que tenemos, hay bastante más cine sobre los problemas serios que tenemos, y el festival lo tiene que reflejar.

Antes ha mencionado algunas mujeres cineastas, los premios Donostia de este año son para dos mujeres... ¿Cómo ve la evolución de la mujer en el mundo del cine?

Nosotros no somos partidarios de cuotas en el festival, pero lo que tenemos que conseguir es que haya películas de hombres y mujeres al mismo nivel. Lo que sí intentamos es ver todo lo que han hecho las mujeres, es un seguimiento loco para intentar encontrar propuestas y creo que estamos en el buen camino.

Pero hay un tema que nos preocupa a los directores de festivales. Yo el año que viene ya lo dejo y llego tarde pero hay un debate necesario y es cómo hacer para que aquellos que no tienen dinero, aquellos invisibles puedan hacer una película sobre ellos mismos. Vamos a ofrecer una película sobre la Cañada Real, ‘Ciudad sin sueño’, que me parece maravillosa, pero lo ideal sería que la Cañada Real hiciera cine sobre su realidad. ¿Cómo podemos llegar ahí?

Última pregunta. ¿Cuál cree es la impronta que está dejando en el festival?

Yo hablaría de la impronta que está dejando el equipo en estos catorce años. Yo soy el portavoz, pero trabajo con un equipo muy grande. Somos cuarenta trabajadores en todo el año. Yo creo una de las cosas que más han marcado el festival en los últimos años sería la apuesta por la Industria. Este era un festival que prácticamente no tenía Industria y llegamos a la conclusión hace quince años de que, o apostábamos por la Industria, o nos íbamos al garete.

Antes había mucho dinero en el mundo del cine y la gente venía pasar unos días a San Sebastián. Eso se ha acabado. El que viene a San Sebastián viene a trabajar o a sacar un beneficio, y hay muy pocos que se pueden permitir pasar unos días aquí. Incluso las grandes multinacionales ya no mandan a la gente a los festivales como antes, los mandan si tienen películas, si tienen interés, si pueden comprar, si pueden vender... Esa apuesta por la Industria con la creación del foro de coproducción Europa-América Latina y la apuesta por el encuentro de inversores nos ha cambiado el festival. Cuando llegamos hace 15 años al festival, no llegaban a los 600 acreditados de Industria, y este año tenemos 2.300, y hay movimiento industrial en el festival.

El segundo tema importante, que lo ha diseñado, pensado y ejecutado mucho más que yo una de las subdirectoras, Maialen Beloki, es todo el tema del festival en todo el año. La llegada de la escuela de cine Elías Querejeta, Ikusmira Berriak, Noka, las proyecciones... todo eso supone un cambio. Ya no somos un festival de nueve días, somos un festival de todo el año.

¿Qué más? Creo que la apuesta por el cine español en general y el cine vasco en particular también ha sido muy fuerte. Hemos ido con los tiempos, hemos ido todos juntos. Pueden ser tres líneas claras en las que hemos cambiado y somos más fuerte en este momento. Nos queda como asignatura pendiente aumentar la presencia de la prensa internacional. No estamos mal, tenemos mil y pico periodistas, quinientos y pico medios, que está bien, pero con el festival que somos ya, habría que intentar contar con más prensa internacional.