
El esperpento en que ha convertido Emmanuel Macron la gobernabilidad en el Estado francés ha llegado a su punto culminante hasta ahora este viernes noche. Pocos días después de dimitir nada más nombrar gobierno, Sébastien Lecornu ha vuelto a ser designado por el presidente para seguir como primer ministro.
Entre medio ya había quedado claro que Lecornu no estaba totalmente ‘quemado’, puesto que había sido artífice de la ronda de contactos posterior a su dimisión.
Tras descartar Macron una vez más nombrar un jefe de gobierno de izquierdas, retoma la vía Lecornu. El fiel político macronista, de 39 años, había presentado su renuncia al considerar que «no se daban las condiciones» para seguir en el cargo, al que había llegado el pasado 9 de septiembre después de que François Bayrou perdiera una moción de confianza.
En su primera reacción, a través de las redes sociales, Lecornu ha dicho que acepta de nuevo el cargo «por deber» y con la intención de afrontar «todos los asuntos», una herramienta con la que buscará quizás atraer a la izquierda, que reclama revisar la reforma de las pensiones de 2023.
El presidente, por su parte, ha hecho saber que el Ejecutivo tendrá «carta blanca» para negociar con la oposición y conseguir la base suficiente para su supervivencia.
La segunda oportunidad a Lecornu pone fin a una semana trepidante, que comenzó el pasado domingo, cuando el primer ministro eligió a un Gobierno muy continuista, que generó rencillas internas.
Con esta jugada se confirma que Macron mantiene intacto su guion, que pasa primero por no dar poder a la izquierda, a medio plazo tampoco convocar elecciones legislativa, y en última instancia seguir en la Presidencia de la República a toda costa.
El PS, de nuevo apartado
En la ronda de conversaciones previa a esta nueva designación de Lecornu, los líderes de la izquierda habían mostrado su profundo descontento porque el primer ministro no será nadie de su especia, como reclaman desde la victoria electoral del Nuevo Frente Popular en los comicios de julio de 2024.
El primer secretario del PS, Olivier Faure, se ha quejado por la tarde de que Macron no les ha dado «ninguna respuesta clara» en los puntos que le han pedido, como una renuncia a la aprobación de leyes por decreto o a la suspensión de la reforma de las pensiones, y ha advertido de la posible censura del primer ministro que pueda nombrar.
«Como no hemos obtenido ninguna garantía, no descartamos votar una moción de censura», ha señalado después de explicar que, aunque se sienten «perfectamente legíitimados» en la izquierda para reclamar un primer ministro, Macron no ha accedido a esa idea.
En una línea similar, la líder ecologista Marine Tondelier ha apuntado que, a la vista de lo que han escuchado en reunión, para el presidente «nombrar a un primer ministro ecologista o de izquierdas no es su opción».
Tondelier advirtió de que «esto va a terminar muy mal» y de que «si (Macron) vuelve a nombrar a alguien de su mayoría, esto terminará como las veces anteriores». Es decir, con una moción de censura contra el Gobierno.
En el encuentro también participaron los principales responsables del macronismo, los antiguos primeros ministros Édouard Philippe y Gabriel Attal, y los líderes del partido de la derecha tradicional Los Republicanos, Bruno Retailleau y Laurent Wauquiez.
Ninguno de ellos hizo declaraciones a su salida de la cita del Elíseo a la que no habían sido invitados los dos grandes partidos de la Asamblea Nacional, la ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen y la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
Esos dos partidos de los extremos del arco parlamentario exigen elecciones anticipadas y lo que de verdad quieren es que Macron se vaya aunque hay diferencias entre ellos, ya que Mélenchon lo exige abiertamente e incluso ha intentado la destitución.
«Otra bofetada», «una burla», «una broma pesada»,...
La presidenta de La Francia Insumisa (LFI) en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, ha instado a todos los parlamentarios de la izquierda a firmar una moción de censura contra Lecornu y otra contra Macron.
«Nunca un presidente ha gobernado tanto desde la indignación y la ira. Lecornu, quien dimitió el lunes, ha sido reelegido por Macron este viernes. Macron pospone miserablemente lo inevitable: su salida»", ha indicado en un mensaje en X.
«Otra bofetada a los franceses por parte de un hombre irresponsable, ebrio de poder. Francia y su pueblo están humillados», a escrito en X el diputado de LFI Manuel Bompard.
Por su parte, el presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, ha subrayado que el anuncio es una «broma, una vergüenza democrática y una humillación para los franceses». «Censuraremos de forma inmediata a este equipo, cuya única razón de ser es el miedo a la disolución (de la Asamblea), es decir, al pueblo», ha sentenciado.
Otra de las que ha reaccionado ha sido la secretaria general del partido progresista Los Ecologistas, Marine Tondelier, con un simple «increíble» en redes sociales, mientras que el líder del ultraderechista Unión de las Derechas por la República, Eric Ciotti, ha instado a censurar al nuevo primer ministro.
De igual forma, el vicepresidente del conservador Los Republicanos, Julien Aubert, ha señalado que es «una auténtica burla». «Reelegir al mismo primer ministro después de semejante espectáculo es una provocación», ha sentenciado.
Asimismo, el secretario general del Partido Comunista, Fabien Roussel, ha tachado de «inaceptable» la elección. «Este presidente vive completamente al margen del pueblo», ha resaltado, agregando que es fundamental pasar nuevamente por las urnas.

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