Josu Imanol Unanue Astoreka
Activista social

2014: año distinto, vicios parecidos

Cuando los deseos de cambio provienen de la gente que careció de escrúpulos para discriminar a otros, todo carece de sentido. Podremos engañarnos, pero lo que en el pasado año se hizo dará sentido a otra dinámica de abuso y saqueo a nuestros derechos mas básicos.

La ciudadanía se puede auto-engañar, pero espero que asumamos que somos los trabajadores, la mayoría de la ciudadanía que carece de lo básico, quienes hemos dado una amplia mayoría a la derecha, en las autonomías y en el Gobierno estatal, para que sigan haciendo lo que siempre hicieron, esquilmarnos y complicarnos un poco más la vida.

Curiosa contradicción de la clase más numerosa de la ciudadanía, que cada cuatro años aúpa a quienes posteriormente le quitan los derechos sociales mas básicos o incluso gestiona el dinero público como algo propio.

Y es que todo vale en las mentes clasistas que dirigen los gobiernos autonómicos y central, hasta el extremo de que la pasada semana se argumentaba sin ningún pudor el sobrecoste del TAV como algo sencillo y lógico. Es decir, la ciudadanía «vasca» debe entender y asumir que el coste del kilómetro de TAV es de 28 millones de euros en la Comunidad «vasca», mientras que en «Europa» es de 17 millones. Total, solo será un aumento del gasto de 5.430 millones de euros a 9.223 millones. Mientras, los proyectos sociales del mismo Gobierno suman más y más recortes, me imagino que igualmente lógicos y asumibles por la ciudadanía más necesitada. A eso le llaman gestión y progreso.

Porque mucho se habla de Madrid y del PP, pero ¿en qué se diferencian las políticas de derechas? En poco o en nada. Otra cuestión es asumirlo y ser conscientes de ello. Y pasa porque la ciudadanía parece tener más desconfianza por el robo cometido por uno que no tenga apellido euskaldun que por el cometido por otro de apellido mas autóctono, y no bromeo. Ahí tenemos el caso de Urdangarin y el sufrimiento y afección de buena parte de la gente de acá por ello.

De momento, estamos en un proceso de involución total de las ideas preocupante. Los derechos logrados durante años de lucha, por los mismos de siempre y con coste elevado, se van perdiendo día tras día en los despachos de la «fachenda» gobernante; perdón, de muchos gobernantes.

Incluso hablar de derecho al aborto nos retrotrae a la época del franquismo, cuando la gente pudiente iba a los países más desarrollados europeos a utilizar dicho derecho y las mujeres menos afortunadas de nuestro país incluso fallecían desangradas en sus casas. ¿O pensamos que los ricos no ejercerán dicho derecho como antaño? ¿Quién es el pardillo que cree que todos tenemos los mismos derechos?.

Y así, pasito a pasito vamos repitiendo la cantinela de que poco o nada ha cambiado, mientras la derecha, estatal, autonómica, regional o internacional, gobierna porque ellos, los de siempre, lo tienen bien claro: son la clase favorecida y agraciada del sistema, cuando no bendecida por Dios. Ese Dios que cada día veo más lejano de todo, que bendice a las familias formadas por un hombre y una mujer e hijos, me imagino que dos como mínimo, niño y niña, la eterna parejita. O sea, me he pasado media vida entendiendo que Mickey y Minney eran pareja a imitar, al igual que Roberto Alcázar y Pedrín, y ahora me dicen que no he logrado semejante reto, y es más, estoy condenado al infierno de no sé dónde, y que esa es la razón que moviliza a cientos de miles de enfermos homófonos de todo el mundo detrás de cruces y minaretes. ¿Alguien me puede explicar sin cabreos, por ejemplo, qué tipo de familia son Rouco y los hombres y mujeres de negro? Curiosamente también estos están apoyados por la derecha más rancia e intolerante.

El futuro, que no espera nos habla de los de siempre, que tendremos que seguir luchando y justificando nuestra razón de ser. Me veo en las manifas de siempre de por vida, pese a esas leyes que lo impiden, reivindicando el derecho a pensar, a ser yo, el control de los gastos, más derechos sociales, menos diferencias de clase, libertad, igualdad y menos castidad, que estoy harto de tanto mojigato, de que cada trago de alcohol se pierda en quejas por lo que está sucediendo y no en la protesta en la calle.

Lo dicho, de momento, la sociedad que tanto dice padecer penurias parece que opta por no movilizarse y esperar a que quienes diseñan nuestro futuro sigan gestionando nuestra vida como les plazca.

El derecho a decidir, algo tan básico y razonable, se puede argumentar o rebatir. Espero que lo de Igeldo no llegue a la dimensión de la guerra de Vietnam o la II Guerra Mundial, pero va en ese camino. No me meteré con el derecho a no reciclar o el derecho a contaminar que algunos reclaman con bolsitas en sus casas, como si la vida les fuera en ello, y espero que el tiempo, como mínimo, les haga sonrojar por falta de argumentos y razones. ¿En que sociedad vivimos? ¿Qué futuro nos espera a este paso irracional? ¿Volveremos a echar la basura por la ventana, que es lo mas cómodo, y a pagar para que lo recojan y envíen a otro lugar?

La vida empieza cuando sabemos que no acaba solo con nuestros intereses y que podemos y luchar por el cambio. Los cambios de la sociedad han costado hasta vidas; por ejemplo, en el tema nuclear. ¿Alguien se acuerda de Lemoiz y la teoría de las berzas de algún ilustre político?

Entramos en un nuevo año con los vicios de siempre y los deseos de que la paz política o social se logre de una vez, por todos.... aunque la verdad tal vez es que, aunque no se diga claramente, su logro incomode a algunos, a los mismos que argumentan su necesidad pero provocan situaciones que rozan lo ruin.

En fin, espero que como mínimo los de siempre sigamos a este lado de la barricada. El resto, que siga pensando que hay buenos gestores entre los que les niegan sus derechos, el pan y una vida de calidad y dignidad. Para ellos el cielo de las familias perfectas. Nosotros, a disfrutar de esta tierra y la de vida.

Recherche