Juan Karlos Izagirre
Alcalde de Donostia/ San Sebastián y Presidente de la Fundación Donostia 2016

2016. ¿Una historia de abrazos? ¡Claro que sí!

A estas alturas resulta difícil mencionar 2016 sin que se despierten recelos o enciendan las alarmas. Sin embargo, esto que hoy escribo, y lo hago desde lo más íntimo, está cargado de optimismo y esperanza.

El 28 de junio hará tres años que fuimos elegidos para ser capital cultural europea en 2016. Vivimos escenas que a día de hoy nos pueden parecer surrealistas, abrazos sorprendentes y alegría desbordante. No era para menos, la oportunidad que se abría para esta ciudad y para todo el país era única.

Recuerdo perfectamente la defensa que hicimos, desde la oficina del 2016, ante el tribunal europeo y, como representante de la ciudad, hice yo mismo, acompañado del entonces reciente exalcalde Odon Elorza, que se sumó a la invitación que le hice para compartir esta defensa.

Tampoco olvido todo lo vivido desde entonces, con muchos momentos buenos y muchos malos. Y como no quiero que esto resulte un artículo en negativo, tan sólo mencionaré que me ha tocado recibir muchas críticas, muchas de ellas infundadas. Con esto no quiero decir que como máximo responsable del proyecto no merezca crítica, en absoluto. Y soy el primero en hacerla, siempre fundada en lo racional.

Que a nadie le quepa la menor duda de que estoy totalmente convencido de lo que este proyecto supondrá para nuestra cultura, ciudad y economía, y sobre todo, estoy totalmente convencido de que este proyecto servirá para mejorar la convivencia, construir la paz y hacer ciudad entre diferentes. Porque aquí no sobra nadie. No sobra nadie ni en el proyecto ni en este pueblo.

Que haya gente que no compartiera este proyecto y se haya acercado a él no sólo no es malo, sino que es precisamente el gran objetivo. Y que haya gente que se esté distanciando es lo que entre todos y todas deberíamos evitar.

Es hora de volver a ilusionar, como se hizo en la época de la candidatura, y si es posible, llegando a más sectores, claro que sí. Es hora de dar a conocer qué es el 2016, de visualizar lo que se esconde detrás del bello discurso. Es hora de salir a la calle. Y es hora de dejar al margen viejas rencillas, recelos políticos, desconfianzas infundadas, rencores no superados, y mirar hacia adelante con optimismo y esperanza. Hay que tomar decisiones importantes, sí, pero la más importante es la implicación e ilusión de los y las donostiarras.

Por mi parte pongo, además del trabajo diario, toda mi buena voluntad para recuperar esas imágenes de hace tres años, ampliándolas incluso. Creo que este tercer aniversario puede ser una buena oportunidad para que quienes tuvieron un protagonismo especial en la gestación de este proyecto vuelvan a la primera plana.
Hago un llamamiento especial al exalcalde para que aporte y participe de este proyecto que, siendo de todos y todas, hay que reconocerle que es también suyo, cómo no, pues fue quien lo impulsó.

Dejemos los discursos oscuros y llenos de sentimientos negativos a un lado. Apostemos por esos nuevos abrazos que nos lleven a un escenario mucho más positivo. El día 28 celebraremos el tercer aniversario de la elección. Espero encontrarme allí con todos y todas quienes habéis creído en el 2016, quienes creéis en él. Entiendo también a quien muestra escepticismo, por supuesto. Motivos seguro que no le faltan. Para ellos y ellas, para quienes dudan, estas últimas líneas.

Por encima de todo lo leído y oído, por encima de discursos en contra de las capitales culturales europeas, 2016 es una gran oportunidad, y será un éxito o no lo será, en tanto en cuanto nos impliquemos todos y todas. Es una herramienta para trabajar en el ámbito de la cultura, sí, pero también en el social, en el económico, en la convivencia y construcción de la paz, en la defensa de las lenguas y culturas minoritarias, en la reivindicación de una Europa de las culturas y de los pueblos, del diálogo como fórmula para reconciliar, del respeto del entorno natural, de la diversidad cultural como riqueza de los pueblos, de la defensa de todos los derechos humanos para todas las personas… y será todo esto si así lo queremos. Está en nuestras manos.

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