Soy Arantxa Ugartetxea Arrieta, tía de Jokin Ibarra Ugartetxea, y quiero decirles que esperaba ver este programa con cierta curiosidad, después de haber experimentado la entrevista que nos hicieron a Jokin y a mí en la que nos sentimos bien.

Visto lo visto, tengo que decir que estoy bastante defraudada porque concretamente no me gustó esa insistencia del interlocutor sobre la madre biológica, con preguntas que no vienen al caso y solo aportan morbo y sensacionalismo: si Jokin saluda o si no saluda a la madre biológica, si conoce a los posibles sobrinos... Yo personalmente le corté a Iñaki Elorza cuando me entrevistó este afán por resaltar la vulnerabilidad de la madre biológica, porque consideré que no venía a cuento tratarlo de esa manera y menos conmigo. Yo puedo afirmar que en la relación con ella no hubo ni hay morbo sino sinceridad y real encuentro.

De Jokin sé que habló muchísimo más y me pregunto por qué ha sido silenciado en mucho de lo que él quería expresar, es decir, su punto de vista. No me vale la excusa del tiempo porque fue excesivamente corto lo que salió comparado con el resto de lo que salió en el programa. No me parece justo. A pesar de todo gracias a la tranquilidad y, sobre todo, la naturalidad con la que él se expresa ha despertado sensibilidad y cercanía social. Su testimonio ha quedado claro: es necesario saber la verdad de lo que ocurrió y de lo que está ocurriendo.

Tampoco me gustó ni me pareció ni justa ni razonable la actitud mostrada por los contertulios en 360º con las dos mujeres. Ellas hablaron correcta y sinceramente pero daba la impresión de que nadie se inmutaba ante los horrores expresados por ellas, ¿qué pasa? o ¿nunca pasa nada? ¿Cuál o mejor dicho de quién es aquí el punto de vista que se toma en cuenta?

Ratifico mi acompañamiento testimonial con este anexo sobre la búsqueda de la verdad que como familiar muy cercano me incumbe:

Tenía Jokin 23 años cuando una asistente social de la diputación le negó la posibilidad de saber su origen biológico en nombre de la ley.

Sufridor de tácticas inapropiadas por las administraciones del poder civil y religioso, pienso que algunas, consciente o inconscientemente perversas, siempre desajustadas a la realidad del momento presente y por supuesto injustas.

No tengo palabras adecuadas para describir el comportamiento de la Iglesia en su reparto de certificados del bautismo en los que figuran como supuestos padres biológicos José y María promoviendo así la mejor manera de que el evangelio vaya haciendo aguas mientras permanece atrincherada en sus archivos de manera hermética como si fuera la única autoridad competente de la conciencia humana.

La realidad del adoptado es compleja, la conforman sensibilidades que pertenecen a realidades diferentes: madre biológica, padre biológico, madres y padres adoptantes... confluyendo todas ellas de forma brusca y anárquica en una sola persona.

Continúa esta realidad problemática necesitada de un sincero debate familiar, institucional, social y político mucho más importante de lo que nos creemos.

Mientras... el silencio cómplice y la cínica sonrisa del maléfico fantasma del poder civil y religioso, camina por nuestras calles con total impunidad.

Situaciones como esta, en definitiva una experiencia concreta como la que escuchamos deberían servir para seguir «haciendo sociedad» de otra manera, experiencia rica precisamente por sus innatas contrariedades y por lo mismo totalmente innovadoras.

La memoria viva de los adoptados y las adoptadas no existe para no servir de nada, todo lo contrario, se convierte en un punto de partida al dejar de considerarla un simple y raquítico recurso de llegada.

Al hilo de esta memoria viva quiero decir que no considero justas las lecturas que han llegado a nuestras manos sobre la casa cuna de Fraisoro y la investigación llevada a cabo sobre la misma. Desde SOS bebés robados Euskadi hemos respondido con generosidad profesional a estas lecturas por medio de un trabajo exhaustivo ( en junio de 2014 se entregó al Diputación Foral de Gipuzkoa un estudio realizado por la presidenta de la Asociación Alumbra y con aportaciones de SOS bebés robados Euskadi y avalado por el presidente de Coordinadora X24.) y hasta el día de hoy no hemos obtenido ningún tipo de respuesta.

En este recorrido entrañable con mi sobrino yo también siento y sufro ese miedo inducido por los que manejan el poder civil y religioso que lo envuelve todo y se extiende a todas las partes implicadas, merecedoras todas ellas de la verdad.

Las instituciones del poder civil y religioso actual quieren proteger más el pasado que les incumbe como cómplices del mismo que son que el presente real, quieren protegerse a sí mismas por lo que hubo, hay y pueda haber.

Los adoptados y adoptadas por lo general en lo que yo conozco, de manera inconsciente, han incorporado en sus vidas silencios raíz porque entre todos y todas les hemos encaminado a ello hasta hacerles sentir culpables, si no lo respetan, de pérdidas afectivas de las que no son responsables... Es la muy bien estudiada y planificada pedagogía del miedo con su cínica cara amable.

Yo quiero decirles que son admirables en su condición de adoptados y adoptadas, se han convertido en auténticas posibilidades de las verdades que esta sociedad, la nuestra, necesita saber. Su debilidad aparente no es real son muy potentes. En nombre de una gran parte de nuestra sociedad aprovecho esta oportunidad para reconocerles como lo más puro en medio de una inmensa vulnerabilidad manipulada por intereses de todo tipo. Su palabra es importante porque sobre todo esto además de no haber escuchado la primera de muchos y muchas tenemos todavía un largo recorrido hasta llegar a pronunciar la última si es que existe.

Conforme a lo acordado seguimos esperando las grabaciones.