Jesús Valencia
Internacionalista

Al coherente comité de CAF

Los detractores del BDS suelen argumentar que dicha campaña no le preocupa a Israel. La realidad dice lo contrario. Por un lado –y a instancia de los lobbies sionistas– muchos códigos penales están incorporando leyes punitivas contra el ejercicio del boicot. Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, son numerosas las personas que están siendo represaliadas por promoverlo.

La noticia saltó a la luz a finales de enero: el Comité de CAF había propuesto a la empresa que no optara al concurso para el equipamiento de una nueva línea en el tranvía de la Jerusalén Ocupada. La adjudicación supondría una importante carga de trabajo pero los trabajadores priorizaban otros valores: solidaridad internacionalista, conciencia ética y respeto a la legalidad internacional. Ligaban su exigencia a la iniciativa de Boicot, Desinversiones y Sanciones.

Los detractores del BDS suelen argumentar que dicha campaña no le preocupa a Israel. La realidad dice lo contrario. Por un lado –y a instancia de los lobbies sionistas– muchos códigos penales están incorporando leyes punitivas contra el ejercicio del boicot. Por otro lado, y como consecuencia de lo anterior, son numerosas las personas que están siendo represaliadas por promoverlo. Recojo algunos casos de este mismo año: A la incansable Ángela Davis, le retiraron el premio que le había concedido Instituto de Derechos Civiles de Birmingham. A Ángeles Maestro, conocida activista a favor de Palestina, la Audiencia Nacional le imputa un supuesto delito de «financiación de terrorismo». Ocho internacionalistas boicotearon el Festival Rototom de Benicassim cuando estaba prevista la actuación del sionista Matisyahu; cuatro años más tarde, corren el riesgo de ser encarcelados. Ronnie Barkan, Stavit Sinai y Majed Abusalama son tres jóvenes alemanas, judías e impulsoras del BDS: boicotearon en Berlín un festival de música cofinanciado por la embajada israelí. Así asumen ahora las consecuencias penales que se pueden derivar de ello: «Al igual que un blanco en la Sudáfrica discriminatoria, aquí nosotros tenemos dos opciones: o estar en contra o estar a favor del apartheid sionista».

La represión no ha ahogado al BDS; por el contrario, su incidencia es cada vez mayor. Como datos de este año, dos diputadas norteamericanas se han proclamado defensoras del BDS. El Parlamento irlandés ha prohibido la importación de productos elaborados en las tierras palestinas robadas para la producción colonial. Malasia vetó en enero la participación israelí en los mundiales de natación. El último partido del Maccabi en Gasteiz, confirmo el incremento de la conciencia internacionalista en las gradas; la afición basconista repudió sin descanso al sistema segregacionista que maquillan los macabeos.

Es probable que el Comité de Trabajadores de CAF haya tomado en cuenta el creciente rechazo mundial al sionismo. Pero hay un dato que a ellos les compromete todavía más: el acuerdo que diez sindicatos vascos suscribieron el 9 de julio de 2010: «Partiendo de la base de la unidad existente entre los sindicatos vascos en lo relativo al pueblo palestino, los abajo firmantes ELA, CCOO, LAB, UGT, ESK, STEE-EILAS, HIRU, EHNE, CGT, LSB-USO hacen pública su adhesión a la campaña del BDS».

Sin conocerse todavía el resultado final de la gestión, la OLP felicitó a los trabajadores de CAF. El internacionalismo vasco, también.

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