Txus Pérez Artuch

Alcalde: ¿cosecha o siega?

Para el ya exalcalde: eskerrik asko por estos cuatro años de aire fresco en la ciudad después de décadas de monotonía, cerrazón y limitación política.

Como una Piazza di San Pietro en miniatura, los centenares de personas congregadas en la Plaza del Ayuntamiento de Iruñea el sábado pasado esperaban si el bastón de mando del habemus alcalde salía de color rojo «Navarrra» Maya, verde esperanza Asirón o marrón taciturno-incoherente Esporrín. Con los únicos votos de su unión, el recuento pintó colorado. Pitos, abucheos, aplausos, cánticos variados. ¡Felicidades!

Para el ya exalcalde: eskerrik asko por estos cuatro años de aire fresco en la ciudad después de décadas de monotonía, cerrazón y limitación política. Gracias por haberlo intentado a pesar de que ha habido errores y aspectos a mejorar, como no puede ser de otra manera, suponiendo además lo complicado que debe ser encontrarse un pastel canucido de puertas adentro del zaguán. Gracias también por abrir las puertas del consistorio, pero sobre todo, el corazón desde el primer día, por haber luchado por limpiar y adoptar el compromiso institucional ante la grave imagen divulgada de los sanfermines en el caso aberrante de la violación de 2016 (por cierto, ¿siguen en casa, verdad?). Por haber aportado a la ciudad tu amor por la historia, porque Iruñea ha recuperado parte de su identidad anulada, por haber intentado dar espacio a todos los que lo han querido, por haber rechazado las violencias de todo tipo y haber dado pasos hacia una convivencia más sana y más tolerante entre la ciudadanía, por apostar por la educación, la cultura y la amabilización, por tu saber estar, por haber sido cercano a la calle, por haber intentado hasta el último segundo continuar otros cuatro años más con el ciclo iniciado en 2015 sobrellevando dedos acusadores desde la oposición irritada, vetos de diálogo y el eterno fantasma sombrío que le clavan al partido al que representas. Insisto que a pesar de las equivocaciones y el por mejorar, mila esker.

Maya recupera la sonrisa tras cuatro años de acritud, resquemor e incesante acusación ante la no aceptación de un pacto a cuatro que le arrebató el sillón. Llega dispuesto a euskera, al modelo educativo en inglés, a crear empleo y a incrementar la libertad, la igualdad, la prosperidad y la convivencia según su programa electoral. También a deshacer. Ya conoce el puesto.

Esporrín, incoherente y traicionándose, una vez más, ante su propio discurso progresista salió por la puerta de atrás del consistorio para enfilar apresurada (cual Riau-riau 1972), la calle Ansoleaga con la protección de la porra y el grito de «todos fuera» del policía de paisano que la escoltaba.

Llega uztaila, mes de la cosecha. En Iruñea ¿quizá será época de siega?

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