Antsoain: PSN, UPN, dimisiones y villavesas
«A Patxi Goñi le avala una trayectoria personal de compromiso político y social que no deja lugar a ninguna duda. Ni UPN ni Antonio Gila tienen la categoría política y moral de poder ponerla en cuestión.»
Hay momentos en la vida personal y política en los que el silencio puede ser la postura más recomendable a mantener si no se quiere caer en la trampa de las contradicciones propias. No lo han debido pensar así en UPN y en el PSN de Antsoain cuando intentan aprovechar el conflicto de las villavesas y las implicaciones personales de Patxi Goñi en el mismo para arremeter políticamente contra el concejal de Aralar. En el caso de los regionalistas pidiendo públicamente su dimisión, en el caso del alcalde de Antsoain, Antonio Gila, diciendo que debe dimitir como edil. Ambos cometen un grave error de carroñerismo político al tratar de sacar partido de una situación personal que se permiten juzgar en público para su propio beneficio, también político.
En primer lugar, si hablamos de sabotajes, digamos que UPN lleva saboteando las condiciones de bienestar de la población navarra durante toda la legislatura a través de todos los recortes que todas y todos conocemos de sobra, sin que hayan mostrado jamás el más mínimo gesto de arrepentimiento y mucho menos pedido perdón por ello. ¿Cuántos años lleva saboteando UPN el derecho de las mujeres a la interrupción voluntaria del embarazo en la sanidad pública navarra? ¿Cuántos manteniendo en la alegalidad a Euskalerria Irratia a pesar de las sucesivas resoluciones judiciales en su contra? ¿Cuántos sin resolver la captación de ETB a pesar de la reso- lución mayoritaria del parlamento? ¿Cuántas decisiones mayoritarias del parlamento viene saboteando dejándolas sin aplica- ción alguna desde su gobierno en minoría? ¿Cuántas decisiones conjuntas con el PP en el parlamento español en la línea de recortes de derechos y libertades? ¿Está legitimado UPN para pedir la dimisión del Sr. Goñi, plenamente comprometido con la actividad municipal antsoaindarra, cuando su portavoz en el Ayuntamiento de Antsoain no ha asistido a la práctica totalidad de las juntas de portavoces celebradas en 2013, a casi ninguna comisión y ha faltado a seis de los doce plenos celebrados, es decir la mitad de los plenos del año, sin dejar de cobrar por ello todas las percepciones económicas previstas?
Con un mínimo de coherencia y de dignidad política ante sus propias actuaciones, infinitamente más graves y cuestionables ética, política y democráticamente hablando, UPN no solo callaría sino que su presidenta hace tiempo que tendría que haberse marchado, hubiera convocado elecciones y, en el grave caso de Antsoain, exigiría a su por- tavoz en el ayuntamiento su dimisión inmediata por la estafa política continuada a sus votantes y a la ciudadanía de nuestro pueblo que suponen la dejación de sus funciones como representante electo de su partido.
Por otro lado están las declaraciones de Antonio Gila, alcalde de Antsoain por el PSN, que también aprovecha la ocasión para dar lección magistral de comportamiento y decirnos que él hubiera dimitido en las circunstancias del Sr. Goñi. ¿Y por qué no ha presentado la dimisión el Sr. Gila por ser el responsable directo de una gestión nefasta que ha llevado a Antsoain a tener que poner en marcha un plan de saneamiento urgente de las cuentas tras dejar las arcas municipales en unos números rojos de 479.000 euros? No son las actuaciones de Patxi Goñi en su ámbito laboral las que perjudican a la ciudadanía de Antsoain. Lo que le perjudica gravemente es la incapacidad, la inacción y la nefasta gestión de un alcalde y un equipo de gobierno que han dilapidado durante seis ejercicios consecutivos un remanente positivo en las cuentas de Antsoain de casi 2.800.000 euros, hasta dejar nuestra economía en la penosa situación actual de déficit y de necesidad de un plan de saneamiento urgente. Eso es lo realmente grave. Es muy fácil aprovecharse de situaciones perso- nales de otros, enmarcadas en contextos tan duros y complejos como una huelga indefinida por la defensa de tus derechos y condiciones laborales, para llevarlo al terreno de los intereses políticos propios. Antonio Gila demuestra una enorme cobardía política y personal cuando, lejos de asumir sus propias responsabilidades, pretende dar lecciones públicas sobre comportamientos que no le corresponde a él juzgar.
En cualquier caso, a Patxi Goñi le avala una trayectoria personal de compromiso político y social que no deja lugar a ninguna duda. Ni UPN ni Antonio Gila tienen la categoría política y moral de poder ponerla en cuestión. Quienes son incapaces de reconocer sus propios errores e incapacidades no tienen legitimidad alguna para juzgar o dar lecciones morales a aquellos que si tienen la capacidad y la virtud de exponerse públicamente y reconocer sus actos con todas las consecuencias.