Contra el Girona disfruté de un partido muy bonito, había ganado el Athletic, y cuando iba para casa estaba muy triste. Ni en momentos muy malos, que los hemos tenido, sentí tan apagado San Mamés. Me dio pena.

Cuando al Valladolid le cayeron siete, pensaba en ese hincha de Albacete, con más años que yo, al que sus nietos, valencianos, le habían traído a San Mamés donde vivió su mayor ilusión. Vio cómo era el campo, como jugaba y ganaba su equipo, cómo le trató la gente..., pero no pudo ver el ambiente de San Mamés. ¿Se merecía eso?

¿Por qué se ha llegado hasta aquí?

No conozco los detalles concretos de todas las tensiones que se han vivido entre aficionados y Junta Directiva, en relación con la grada de animación. Conozco lo que se ha hecho público con mayor o menor filtro por medios de comunicación. Lo que me han contado algunos aficionados sobre lo que estaba pasando. Y las opiniones de personas que sienten el Athletic.

Para empezar, no me extraña que haya aficionados, socios, que han tenido que sufrir denuncias, sanciones, multas... sobre todo procedentes de la Ertzaintza. De eso sé un poco, de lo fácil que es cargar las tintas en un sentido concreto, desgastar a los sancionados teniendo que recurrir a procesos judiciales o administrativos que cuestan tiempo y dinero, para que en muchos casos se archiven los procedimientos o se anulen las sanciones.

Quienes han trufado a la Ertzaintza de extremistas de derecha, que no participan de nuestra sociedad y no cesan de generar tensiones innecesarias, que piensen lo que han hecho y lo que siguen haciendo. Ya casi les explotó en las manos con el Tour. Y parecen que no han aprendido.

Pero estas tensiones procedentes también de La Liga, que se aplican a unos más y a otros menos, ¿justifican lo que está pasando con la grada de animación?

En un libro que yo recomiendo a todos titulado "Allegro ma non troppo", de Carlo M. Cipolla, se describe cómo hay muchas personas en el mundo que hacen las cosas de tal manera, que se perjudican a sí mismos y perjudican a los demás.

¿A quien beneficia que los aficionados y aficionadas, jóvenes y no tan jóvenes, que forman parte de la grada de animación, dejen de animar al equipo de sus amores? ¿Quién se está riendo del escenario que se ha creado en San Mamés?

El pueblo vasco lo formamos tres (3) millones de personas, de ocho mil millones (8.000.000.000) que hay en el mundo. Para seguir existiendo como hasta ahora, habrá que hacer bien muchas cosas, sufrir otras, y además saber vivir el presente, disfrutar de la vida que nos ha tocado.

A San Mamés asisten cuarenta y ocho mil personas (48.000), y la Herri Harmaila la forman cuatrocientos (400). El uno por ciento (1%). Y aunque sean el doble.

De verdad, ¿el único camino para superar las tensiones y hechos que han afectado a miembros de vuestro grupo y a otros aficionados, consiste en dejar de animar al equipo? ¿No se pueden canalizar otras actuaciones que permitan salir de esta situación? No creo que la mayoría de la grada de animación esté disfrutando de partidos sin poder animar a su equipo

Y es esto no acabo de entender bien cómo está actuando la Junta Directiva del Club. Insisto en que quizás me falten datos, pero tengo la impresión de que sus sesudos y trabajados comunicados son más elaboración de un concienzudo equipo, que de una conexión cercana con la diferente forma de actuar de unos y otros. Por las diferencias que sean, que las hay. Pero no se puede llegar a esto. Y menos aún se puede retrasar una solución.

Si algo ha significado el Athletic en nuestra comunidad ha sido ser un elemento transversal. No preguntamos la opción política de quienes apoyan a nuestro equipo, ni sus medios económicos, ni las diferentes formas de ver la vida. Cada uno tiene sus ideas políticas, sociales, religiosas o no. Puede que nos separen muchas formas de vivir la vida, pero hemos acordado compartir una emoción, una ilusión, y no vamos a parar, porque es parte de nuestras vidas.

Hemos sabido a lo largo de más de cien años decantar una forma de vivir el futbol, de componer nuestras plantillas masculina y femenina, con un consenso sobre valores que nos han acercado a tantas y tantos aficionados de fuera de Euskal Herria. Porque hemos transmitido que lo importante es tener unos principios y vivirlos. Que no basta con ganar a cualquier precio. ¿Cómo nos estarán mirando hoy?

Hemos sabido mantenernos en el primer nivel, competir con plantillas hechas sólo con dinero y, aún a día de hoy, seguir siendo uno de los equipos del mundo de primer nivel, uno de los que más títulos tiene. Y eso no es lo más importante. Tenemos una ilusión, disfrutamos de lo que tenemos de tal manera, que somos únicos en el mundo. NI mejores ni peores. Pero únicos.

Oí decir a un periodista que la travesía de la gabarra era «la madre de todas las celebraciones», por muchos millones de personas que se junten en otros sitios. Y nosotros, mientras tanto, dejando de animar al equipo, oyendo pitos en el campo, unos contra otros, como protesta contra la falta de animación. ¿No tenemos otro camino para salir de esta situación?

La ilusión que se generó el año pasado con la copa, lo que se transmitió a tantas niñas y niños, el buen hacer de nuestro equipo en Europa, ¿nos lo vamos a cargar? No puedo entender, ni admitir, que seamos incapaces de dar salida a esta situación.

Para quitar hierro a lo que he escrito, aporto una letra cuya música nos suena y que nos puede ayudar a bajar la tensión:

El Athletic tiene un color especial/ El Athletic tiene un color diferente/ Un rojo y blanco precioso/ Que vuelve loca a su gente/ A cantar, en casa y en San Mamés./ Hasta la próxima gabarra. Todos juntos.


Podéis enviarnos vuestros artículos o cartas vía email a la dirección iritzia@gara.net en formato Word u otro formato editable. En el escrito deberán constar el nombre, dos apellidos y DNI de la persona firmante. Los artículos y cartas se publicarán con el nombre y los apellidos de la persona firmante. Si firma en nombre de un colectivo, constará bajo su nombre y apellidos. NAIZ no se hace cargo de las opiniones publicadas en la sección de opinión.