Barakaldo, o cómo hacer pedorretas a la ciudadanía
La gran mentira de la participación ciudadana. «La ciudadanía es muy escéptica y está muy quemada de pasadas y fallidas experiencias en las que se la invitó a participar, a opinar, a implicarse… y luego recibió una sonora pedorreta en las mismas narices. Ahora no va a serle fácil arrancarla del televisor y de la basura rosa. Harán falta muchas campañas y, sobre todo, muchos buenos ejemplos por parte de las instituciones para convencerles de la sinceridad de sus intenciones» Fernando de la Riva.
Hablaba Fernando de la Riva de lo quemada que está la ciudadanía de recibir pedorretas, y lo hacía hablando de participación ciudadana.
Eso es lo que vamos a sentir muchas barakaldesas y barakaldeses después de ver para qué van a servir sus aportaciones en el proceso participativo que nuestro Alcalde, Alfonso García, ha puesto en marcha en noviembre de este mismo año.
Después de que todos los partidos y coaliciones que presentamos candidatura a las elecciones municipales 2011 planteáramos la participación ciudadana en la construcción de nuestro pueblo, como piedra angular de nuestros respectivos programas electorales, después de que a lo largo de esta legislatura desde EH Bildu le reclamáramos la necesidad de abrir vías a la participación en multitud de ocasiones, nos sorprende impulsando un proceso de participación ciudadana para elaborar los presupuestos de 2014.
Ni más ni menos que 8 gloriosos días en los que presentar propuestas, de manera presencial o por correo electrónico o twitter, sin pasar por la necesaria etapa de formación e información. Porque dígame Señor García ¿Cómo se enfrenta una vecina o vecino de nuestro municipio a trabajar sobre un presupuesto municipal de 100 millones de euros sin haber recibido unos mínimos de formación e información? Creo que hemos dado con la clave del asunto.
En la misma nota de prensa en la que usted nos presentaba su novedosa propuesta advertía de lo difícil que iba a ser incluir las aportaciones de la ciudadanía por no ser competencia municipal o porque lo que pida un vecino puede no ser del agrado de una vecina. ¿En serio piensa que nos vamos a creer que su proceso participativo va a tener reflejo en los presupuestos de 2014? No, no nos lo creemos. Porque lo que intenta con esta puesta en escena es cerrar las bocas de las ciudadanas y ciudadanos que reclaman participación, de la de verdad.
Quizás lo primero que debería saber la ciudadanía es que hay una cantidad importante del presupuesto municipal que está comprometida. Es el dinero que se invierte en hacer que el Ayuntamiento y el pueblo funcionen (personal, mantenimiento de edificios y dependencias municipales, iluminación, gas, agua, limpieza viaria,…) y que es una pequeña parte, la dedicada a inversiones, en la que la ciudadanía podría intervenir en caso de que su proceso participativo fuese en serio. Ya hemos llenado de contenido la primera jornada de formación.
Cualquier proceso de esta envergadura requiere de una serie de etapas, imprescindibles para que llegue a buen puerto. Señor alcalde, su proceso participativo carece de las etapas que deberían constituir el cronograma para unos presupuestos participativos: Etapa de propuestas, de creación de equipos, de consenso de lo presentado, de aprobación de lo consensuado, de realización de lo aceptado y de evaluación de lo realizado.
Porque un proceso participativo no se cierra cuando se termina el plazo de presentación de propuestas, sino después de la evaluación global de todo el proceso.
Esto que usted ha impulsado, Señor alcalde, es la pedorreta que quema a la ciudadanía de la que hablaba yo al inicio de este artículo. Porque ha creado falsas expectativas en las personas que se hayan creído que su voluntad era facilitar la participación y tener en cuenta las aportaciones de la ciudadanía.
Pero es que hasta en eso ha fallado. No existe por su parte, Señor alcalde, voluntad política de considerar la opinión de la ciudadanía.
Yo no tengo la fórmula magistral de la participación, no existe. Pero existen herramientas para ayudar en esta labor.
¿Habrá valorado nuestro Alcalde todas las ventajas que aportan unos presupuestos participativos? Activar a la ciudadanía, lograr mayor transparencia, mejorar la relación ciudadanía – administración,… No son buenos sólo para la institución, también lo son para las vecinas y vecinos, porque rompen con el modelo de democracia representativa que caracteriza al gobierno de Barakaldo. Y si la participación la ceñimos a la idea de aportación de iniciativas, o como un espacio de consulta, flaco favor le hacemos a la participación.
Hemos de romper la barrera entre las instituciones y la ciudadanía, estableciendo mecanismos que faciliten la intervención ciudadana en la construcción de nuestro pueblo. Y es precisamente en el Ayuntamiento, como institución más cercana, quien debe facilitar la integración vecinal en la actividad política
Lo dicho Señor Alcalde, que cuando quiera poner en marcha un proceso participativo para la elaboración de los presupuestos municipales empiece por creer en ello.