Xabier Pérez Herrero

Mi opinión... sobre incineraciones, basuras y pintadas varias

No sólo no aportan, sino que emborronan el escenario de lucha hasta desviar el debate a un terreno donde incineradores y adheridos no sólo se defienden perfectamente, sino que pasan al contraataque.

Medios de comunicación, tertulianos, algunos partidos, instituciones y demás, vienen dedicándose casi a tiempo completo al incidente de las pintadas y esparcimiento de basura supuestamente realizado por Ernai en algunas sedes del PNV. Actos, por otro lado, nada nuevos ni originales en la tradicional casuística de luchas ecologistas. De hecho, es un clásico en determinadas acciones puntuales de Greenpeace y otros grupos de carácter ecologista. Hasta ahí, «normalidad»... dentro de la anormalidad de salirse ocasionalmente de las protestas al uso para llamar la atención de forma más, digamos que estentórea.

Sobran por lo tanto sobreactuaciones o respuestas políticas impostadas, exagerando la acción hasta el paroxismo, e intentando convertirla en poco menos que un atentado terrorista. Y no, todos y todas sabemos que no ha sido así, incluidos los que interesadamente se rasgan las vestiduras al respecto.

Hasta aquí mi valoración del acto en cuestión en su vertiente puramente material.

Otra cosa es si este tipo de acciones reivindicativas aportan algo al movimiento anti-incineración y, en general, a cualquier otro tipo de movimiento de masas basado en la concienciación y la movilización multitudinaria de amplio espectro social. Mi opinión es que no sólo no aportan, sino que emborronan el escenario de lucha hasta desviar el debate a un terreno donde incineradores y adheridos no sólo se defienden perfectamente, sino que pasan al contraataque aprovechando cínicamente la sensibilidad existente en amplias capas de nuestra sociedad respecto a la, afortunadamente superada, etapa violenta de nuestra reciente historia.

No se trata, entiendaseme, de aborrecer de este tipo de acciones puntuales (las he apoyado en el caso de Greenpeace y otros), sino de que en el aquí y ahora de Euskal Herria restan más que suman y en definitiva, fortalecen al enemigo. No hay más que ver para ello el impecable rechazo de GuraSOS, o el desasosiego dialéctico en que se está moviendo la izquierda abertzale al respecto.

Hay masa social suficiente, tanto a nivel de movimiento anti-incineración, como el puramente político de rechazo al acuerdo PNV-PP, como para no dejar al albur de determinadas ocurrencias juveniles la respuesta. Otra cosa sería que no se quiera activar esa necesaria respuesta civil, organizada y masiva en el caso del acuerdo PP-PNV y esté optando por «borroka moldeak» de vieja factura y conocidos efectos perversos. Espero y confío que no sea así y que lo acontecido sea una boutade juvenil, producto de una mezcla de frustración y cabreo.

Para finalizar: los «buenos» éramos, somos y seremos los que defendemos el derecho a la salud y el medioambiente, íntimamente relacionados, como es el caso, con la no incineración de residuos. Pero errores los justos, que mientras nosotros los pagamos muy caros, los medios de comunicación en manos del enemigo hacen que a ellos los suyos les salgan casi gratis.

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