Pablo A. Martin (Aritz)

Cómo interpretar los datos del CIS

Es interesante comprobar las reacciones de los contertulios de los programas de la EiTB referentes a la situación política actual. Esta semana se han publicado dos sondeos de opinión o encuestas electorales con vistas a las generales del 26J, y a las autonómicas del otoño.

Bien es cierto que ambas son muy diferentes, como diverso es el voto y opción de la ciudadanía en función de que sean más o menos próximos los organismos a los que se opta. Lo que más llama la atención es el análisis que se hace. Partamos de los datos: para las generales se prevé que el PP obtenga una horquilla de entre 118 y 121 escaños (actualmente 123); a Unidos Podemos (con las confluencias) un máximo de 92 (69+2 en diciembre); el PSOE entre 78 y 80 (90 actualmente); y Ciudadanos 38-39 (40 en la actualidad).

El análisis puede ser muy amplio y contener diferentes variables: 1) Ciudadanos negó como Judas que iba a pactar con el PSOE y con el PP, pero al final rubricó con el primero, y buscó la del segundo; ahora puede hacer lo mismo; 2) el PP busca como primera opción obtener un gobierno en solitario, pero las cuentas no dan (118-121 de 375); 3) el PP busca, en segundo lugar, una coalición, a la alemana, con el PSOE (118-121+78-80= 196-201); los números dan, pero supondría, con C´s y Unidos Podemos tan fuertes, que el PSOE perdiera al menos 1/3 del electorado para un largo periodo; 4) como siguiente opción estaría la formación de la Gran Coalición de salvación Nacional contra Comunistas, Extremistas e Independentistas, con C´s+PSOE+PP, ofreciendo mayor pluralidad al gobierno (sumarían cerca de 240 escaños de 375); pero como única alternativa sólo quedaría Unidos Podemos y el Independentismo, no se solucionaría el tema territorial (el independentismo se dispararía), ni los problemas sociales al tomar la deriva más derechista (el PSOE perdería, al menos 1/3 de sus votantes de manera casi definitiva).

Si el PSOE tiende la mano a Unidos Podemos deberá respetar los tratados y acuerdos que éstos tienen con la periferia (salvo que quieran poner en peligro cerca de ½ del voto conseguido a través de organizaciones de izquierda y/o independentistas como Més, As Mareas, etc.).

Si Unidos Podemos traiciona ese electorado puede darse por finiquitado (como le pasó al PCE). Defender el derecho a decidir le permite agrupar votos pero, una vez conseguido que tal derecho sea asumido como algo normal, traicionarlo por firmar un pacto con el PSOE puede restarle más de lo que logró (Si A tiene 10 y B 5; A+B=15 más o menos; pero si, tras convencer a parte de A que B tiene razón se opera A-B, habrá parte de A que vaya a B, con lo que B consigue 5+, y A 10-).

Así pues las tornas han cambiado. Si en la primera vuelta Sánchez exigía a Iglesias que, para investirle Presidente, debería rechazar el Referéndum en Catalunya, algo que Unidos Podemos no podía hacer, salvo que se suicidara electoralmente al perder al menos 1/3 de los sufragios conseguidos. Ahora, si los resultados de la encuesta se materializan, la situación varía enormemente: en primer lugar, porque la presidencia le correspondería a UP y la vicepresidencia al PSOE; en segundo lugar, porque, al no poder ceder en la cuestión territorial UP, le tocaría ceder al PSOE admitiendo las Consultas; en tercer lugar, porque aún precisarían de fuerzas asociadas al derecho a decidir en su sentido débil (PNV) o fuerte (ERC, EHB, CDC). En éste caso, el PSOE perdería al menos 1/3 de sus votantes contrarios a tal derecho.

Si, por el contrario, el PSOE opta por no votar al candidato de UP, será el propio PSOE el responsable si Rajoy vuelve a ser investido presidente (antes jugaban con echarle la culpa a Podemos; ahora no podrían). En cualquiera de los casos el PSOE perderá, al menos, 1/3 de los votos que obtenga, pasando a ser un partido de menor relevancia.
¿A qué perspectivas se enfrenta C´s? Si algo queda claro en la encuesta del CIS es que tanto C´s como el PSOE pierden fuelle. C´s seguramente perderá peso a favor del PP por el miedo a UP (si no sabe jugar sus bazas), aunque puede lograr concitar más votos provenientes del PP por nuevos casos de corrupción, por voto útil proveniente del PSOE contra UP y PP, o a partir de la abstención.

Por último, las fuerzas nacionalistas verán mermadas sus fuerzas al tratarse de elecciones generales y, sobre todo, al estar polarizadas entre el PP y UP. Numerosos votantes de la izquierda radical e independentista optará por UP como mal menor; y otro tanto ocurrirá entre los nacionalistas de centro derecha a favor del PP como oposición a UP. Mantener posiciones puede considerarse como un triunfo para unas Generales. Otra cosa será en las autonómicas, donde los Parlamentos podrían realizar declaraciones unilaterales de independencia (y subirán ERC, CUP, Més, EHB, etc.).

Aún no ha comenzado la campaña electoral, y las posiciones se encuentran cada vez más enfrentadas. Dilucidar las políticas de alianzas va a ser fundamental para determinar el sentido del voto (un gran número de indecisos hoy en día). UP lo ha dejado claro: necesitad del PSOE y no rehuyen a los nacionalistas e independentistas; C´s también lo ha expresado: no al pacto con nacionalistas ni independentistas, ni con UP; el PP afirma sus preferencias por la Gran Coalición; y el PSOE, bailando con unas y con otras, sigue perdiendo apoyos mientras define su proyecto territorial (fundamental en la actualidad) y, si un día se permite guiñar un ojo a la derecha (C´s o PP), y al siguiente a la izquierda (UP) acabará con calabazas por ambos lados a favor de otras formaciones o la abstención. La falta de toma de postura marcará su nuevo suelo electoral, cada vez más insignificante en el panorama estatal, y residual en las periferias.

Mientras tanto, EHB no ha comprendido aún los cambios iniciados en la forma y fondo de lo que está sucediendo. Cuando comprenda su envergadura y se reestructure o logre su refundación, conseguirá concurrir a las elecciones de otoño (autonómicas, las que han de ser su verdadero referente) con grandes perspectivas para acceder al gobierno de la CAV e iniciar la conquista de la independencia, siempre y cuando, a su vez, presente programas reales, realizables y centrados en políticas de gobierno (ertzantza, política económica, social, educativa, etc.).

Al PNV sólo le queda intentar mantener una posición de bisagra en el Estado, mientras sigue bajando en votos elección tras elección.

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