Aitziber Larrea

Cuando aprobar en ejercicios democráticos supone suspender en derechos

¡Ya era hora! Seguro que todas hemos sentido alguna vez ganas de ser consultadas en algún tema concreto: modelo educativo, independencia, modelo de estado, urbanismo, modelo festivo… Las ciudadanas tenemos derecho a que nuestra voz sea escuchada, a debatir y decidir sobre el modelo de sociedad que queremos construir.

Por supuesto que nos alegramos de ver cómo se van expandiendo los ejercicios de consultas a lo ancho y largo de Euskal Herria, ya que es una muestra de que el cambio es posible y además es un paso indiscutible en el proceso de empoderamiento de la ciudadanía.

Sin embargo, lo que debería ser un motivo de celebración crea sentimientos contrapuestos cuando una consulta choca de frente con el respeto de los derechos. Es imposible apagar la rabia cuando son los derechos los que se llevan a consulta. ¿Cómo es posible que se haga una consulta sobre si las mujeres podemos o no bailar en Luzaide? ¡Increíble pero cierto! No, no, no… las cosas no son así. El hecho de que hasta ahora a las mujeres se nos haya prohibido participar en actos culturales ha sido una clara conculcación de derechos y darle vuelta a esa situación no se puede tapar con la máscara de un «ejercicio democrático». Las mujeres tenemos derechos y punto. Tenemos derecho a bailar donde queramos y cómo queramos. ¿Acaso debemos consultar también si las mujeres tenemos derecho a abortar? ¿O si tenemos derecho a ser dueñas de nuestro propio cuerpo? ¿O si tenemos derecho a hacer con nuestras vidas lo que nos dé la gana? La garantía de derechos no se puede llevar a consulta.

Parece que el modelo social instaurado por el capitalismo y el patriarcado nos ha vuelto locas y muchas veces se genera la sensación de que existe una lucha por ver quién iza más alto la bandera de la democracia. En algunos temas es preciso actuar con valentía y darle la vuelta a la situación y para hacer esto las consultas no siempre pueden ser la herramienta. Cuando existen ideas confrontadas, en muchas ocasiones es necesario analizar la raíz de dichas ideas. Si no, tendremos que consultar también si en Tutera se abren líneas de modelo D, o si tenemos derecho a una vivienda, o si tenemos derecho a tener un trabajo digno, o si tenemos derecho a ser libres, o si las presas vascas tienen derecho a vivir en sus pueblos… Durante muchos años diversos movimientos populares han trabajado noche y día en defensa de los derechos y esas luchas son las que han hecho posibles los cambios en nuestro pueblo. Las ideas de unas y de otras no pueden estar por encima de garantizar derechos.

Por lo tanto tendremos que seguir luchando. Pero no lucharemos para que los derechos sean llevados a consulta, lucharemos para que esos derechos sean garantizados y respetados. Y en esta línea no podemos olvidar las movilizaciones que en defensa de diferentes derechos se desarrollarán los próximos días: la cita “feministok prest” en Gasteiz, euskaraz bizi eguna en Baiona, la movilización bajo el lema “en el camino de la amnistía, presas y exiliadas a casa” en Bilbo… Porque los derechos no se consultan, se obtienen.

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