Iñaki Uriarte
Arquitecto

Danborrada profanada

Un año más Donostia y Azpeitia vivirán la noche de víspera conmemorativa de su santo patrón, San Sebastián, con una arraigada celebración. Danborrada que tiene un componente muy representativo en dos aspectos: el musical, con marchas y polcas, y el escenográfico. Como muchas festividades tiene un contenido artístico de representación el que inicialmente más se memoriza donde concurren una gran cantidad y variedad de hermosos uniformes y vestimentas que aportan colorido junto con diversos instrumentos y utensilios creando una melodía tradicional muy característica y arraigada.

Konstituzio Plaza y Nagusia Plaza respectivamente recobran así una de sus funciones principales, congregar a la población entorno a la fiesta, donde el urbanismo enmarcado de excelente arquitectura aporta un encuadre bellísimo. Como tal constituye una extraordinaria escenografía en la que la posición del escenario, el orden de colocación, composición de bandos y las jerarquías y repertorio musical poseen y aportan además de un sentido antropológico una indudable estética.

El acto tiene también un componente de transmisión, especialmente por televisión, que posibilita su disfrute desde otros lugares centrándose la conmemoración en la representación de la plaza. Las diversas formas de contemplación, tomas de televisión o desde las balconadas permiten apreciar perspectivas que no se ven desde el nivel del suelo de la plaza y es aquí donde se pone de manifiesto una alteración que desde hace ya demasiados años incomprensiblemente se admite y produce irritación por su inoportunidad y torpeza.

Se trata de los locutores, fotógrafos, cámaras y otros individuos al servicio de la noticia que entrometiéndose absurdamente en la plataforma-escenario de la actuación rompen el orden establecido, destrozan toda la composición, con sus movimientos, instrumentos de emisión, cableado, ropas de coloridos estridentes, incordiando a los intérpretes, en ocasiones incluso aparecen ellos mismos en las imágenes creando un absoluto desconcierto y no aportan absolutamente nada. Existen otras variadas formas más respetuosas de grabación y numerosos precedentes.

Debe recordarse y emular que en la conocida retransmisión del Neujarskonzert (Concierto de Año Nuevo) de Wien las tomas de primeros planos de la orquesta se realizan con cámaras camufladas incluso entre los integrantes revestidas con una funda forrada con el mismo tejido que la chaqueta de los músicos, por lo que pasan totalmente desapercibidas.

Hace ya también muchos años que esta provocación formal debería haber sido prohibida. A nadie se le ocurriría entrometerse en medio de un concierto, una ópera, una procesión religiosa o en un desfile de cualquier tipo para grabar o hacer una entrevista en una pausa. Por todo ello es necesario que el propio director, responsable máximo de la actuación, si posee una elemental autoestima del sentido plástico de la fiesta, controle todos los detalles de lo que sucede en ese espacio escénico del que es responsable total para que la interpretación se realice con absoluto rigor y calidad formal, suprimiendo radicalmente tan absurda profanación prohibiendo la presencia de estos distorsionadores. Lo mismo que algunos integrantes bebiendo y fumando que ofrecen una imagen frívola y contraproducente. Y si el director es insensible o no le importa que asuma el reto la concejala de Cultura o el propio alcalde no se puede ser dignamente Capital de la Cultura Europea 2016 con esta penosa realidad.

Por dignidad cultural y etnográfica no puede admitirse más esta incomprensible degradación. Ninguna municipalidad, asociación y sociedad elementalmente sensible con sus conmemoraciones puede admitir esta reiterada agresión formal. Debe exigirse que se respete por fin y para siempre la imprescindible integridad absoluta del aspecto representativo de Danborrada ya que no es un festejo hecho solo para la televisión. Es inconcebible, una vez más, la escasa sensibilidad escénica de ETB.

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