En 2011 se llenaron las plazas y calles de todo el país –también la Plaza del Castillo en Pamplona– al grito de «¡Democracia real ya!» y, hoy, siete años más tarde, el grito que nos surge es «¡Cambio real ya!», porque la ciudadanía castigada por la crisis sigue esperando...

Se acaba el ciclo que empezó con aquella esperanzadora rebelión ciudadana y comienza otro, quizá menos épico y más complejo, de asentamiento del impulso del 15M, que recoge y representa de manera más clara Podemos y que en Navarra también comparten otras formaciones como Izquierda Unida, Batzarre y Equo.

Las elecciones municipales en mayo de 2019, siguiendo la senda abierta por el 15M, constituyen una oportunidad de reafirmar la apuesta por el cambio real, que estas formaciones junto a agrupaciones ciudadanas como Aranzadi iniciaron con ilusión en 2015. Pero para conseguirlo, Pamplona necesita que esta nueva legislatura sea liderada por una candidatura de confluencia que comparta y desarrolle el proyecto municipalista que heredamos del 15M, aquel que empieza por lo más cercano y desde un mayor enfoque social.

Ese proyecto municipalista que significa feminismo transversal y empoderador, stop a la gentrificación y al turismo masivo, movilidad sostenible del transporte público, la bici y el peatón, vivienda para todas, centros comunitarios y huertos urbanos en cada barrio, escuelas infantiles para todos los bolsillos, democracia participativa en todos los ámbitos o más cultura y más accesible, y que ha de tener a las personas –especialmente aquellas vecinas y vecinos en peor situación– en el centro de su modelo de ciudad, de sus trabajos y desvelos.

Para garantizar que este proyecto municipalista se lleve a cabo en Pamplona todas aquellas formaciones que nos sentimos herederas del 15M, los activistas sociales y la ciudadanía que piensa que se puede hacer política de otra manera estamos llamados a hacer una apuesta decidida por la confluencia, en la cual las diferencias de cultura política no sean un obstáculo insalvable sino motivo de enriquecimiento de un proyecto común, en el cual poder aportar nuestras experiencias y trayectorias diversas. Para ello tenemos que recorrer un camino, que a menudo no es fácil, pero en el cual debemos insistir una y otra vez, las veces que haga falta... Nosotras vamos a poner todo de nuestra parte, ya que creemos que no podemos desaprovechar esta oportunidad que se presenta en el momento actual, y que puede tardar en volver a ofrecerse.

En nuestras manos se halla la responsabilidad de que no vuelva el régimen ni la derecha de siempre a gobernar la ciudad, pero también de que no nos conformemos solo con esto, y que podamos trabajar para que el cambio empiece a dar sus mejores frutos. Y la ciudadanía que despertó el 15M no entendería que no halláramos el camino para hacerlo posible.

Del 15M al cambio real ya en Pamplona: sí, se puede, al menos debemos intentarlo... La oportunidad de nuevo en mayo de 2019 sigue siendo municipalista y una confluencia lo más amplia posible es el camino.