Atajenol-Lasterbidol”. He aquí la nueva campaña de la corporación donostiarra y su concejala de movilidad, Pilar Arana. Nos previene de lo importante que es «aliviar la congestión» del centro de Donostia y adquirir hábitos saludables cómo venir a pie, bicicleta y hacer un uso más racional de los medios de transporte públicos.

Lo que no dice la concejala de movilidad del EAJ-PNV es que esta invitación a hacer del centro de Donostia una suerte de Donostia Central voluntario es que la invitación está cursada para la ciudadanía donostiarra de los barrios periféricos y para ciudadanas del resto de la provincia.

Nada se dice sin embargo de las miles de plazas en los numerosos parking subterráneos construidos en Donostia Central (Concha, San Bartolomé, Okendo, Boulevard, Atotxa, Plaza Cataluña, Kursaal…), que atendiendo a la lógica mercantilista que nos tienen malacostumbrados desde la corporación municipal, están proyectados para llenarlos de coches, muchos coches, miles de coches. Visiten la página web de turismo del Ayuntamiento de Donostia (https://www.sansebastianturismoa.eus/es/venir/como-moverse) y verán cómo se invita al visitante a aparcar en el mismo centro de Donostia.

Así que compartiendo la necesidad de cambiar de hábitos de movilidad y hacer de nuestras ciudades, ciudades ecológicamente sostenibles creo que estamos ante la enésima tomadura de pelo de aquellos que entienden la ciudad, «Donostia Central», como un espacio mercantil reservado a visitantes foráneos, donde les vamos a poner alfombra roja en forma de calles fácilmente transitables hasta el centro. Un paso más en la privatización de nuestra ciudad y la exclusión de las vecinas y vecinos del resto.

Propongo al equipo de gobierno y a los grupos de la oposición proyectar otros usos acordes con la nueva política de «coches cero» y ciudad sostenible. ¿Qué podríamos hacer con esas miles de plazas de parking subterráneo? Se me ocurre la primera idea: Habilitar espacios para aparcar motos y bicicletas, ya que el espacio habilitado en Donostia Central es muy limitado y la guardia municipal no tiene empacho en poner cientos de multas a los ciudadanos y ciudadanas donostiarras que haciendo caso a la concejala de movilidad, y al sentido común, se acercan en moto y bicicleta y no consiguen plaza habilitada para aparcarlas.