Elias Anton Murgiondo

EAJ-Fuerza Nueva

No se trata de vincular ideas o proyectos partidistas a proyecos históricos, ni a veleidades concurrentes ante el descenso a categoria regional, pero lo de Indar Berria suena a llamadas viejas cuando un tal Blas Piñar gritaba el unionismo y la patria indivisible. Ya sé que Ortuzar no es Piñar, ni que cuando insulta es porque está nervioso, pero habrá que reconocer que algo pasa en la casa jeltzale, pues Andoni sigue con la azada cavando alrededor y haciendo que el agujero donde se ha metido cada vez se haga más grande y les lleve a la pérdida de apoyos que pone en cuestión su gestión administrativa y la defensa de la tierra. La sustitución del triste y desvencijado Urkullu por el joven-viejo Pradales viene a corroborar el intento por remozar el edificio ideológico del «partido», utilizando los materiales de siempre: el acomodo estatutario triprovincial y la descalificación del soberanismo abertzale utilizando las lanzas y flechas que normalmente utiliza la inquisición metropolitana.

La celebración del Aberri Eguna ha dejado unas señales inequívocas de cuál es el proyecto para Euskal Herria a futuro; quien defiende la nación vasca no duda sobre el trabajo pendiente y la importancia de la reivindicación firme del derecho a ser libres e independientes, en una república vasca dentro de una Europa más democrática y justa, donde sus habitantes puedan desarrollar en libertad su cultura y su futuro, unificando ideas básicas y marginando planteamientos unionistas metropolitanos. Sin embargo, la lectura que puede extraerse de la reflexión jeltzale dista mucho de saludar las previsiones de crecimiento de EH Bildu, fuerza soberanista que está en las antipodas de quienes laboran por los pactos con los bloques antiindependencia que imponen el derecho de conquista sobre el democrático derecho de autodeterminación.

Tanto Ortuzar como Pradales se empeñan en descalificar a la izquierda abertzale, hablando de «agendas ocultas» y pasados tétricos que poco tienen que ver con el proyecto actual. Lo hacen tras comprobar los resultados mediáticos tras elecciones pasadas y previsiones cara a la llamada electoral para el Parlamento de la CAV; están nerviosos y no dudarán en descalificar a la primera fuerza municipal soberanista, ni tampoco lo harán a la hora de recibir los apoyos del unionismo para gobernar un tercio de la nación vasca por medio de un estatuto de autonomía obsoleto e incluso en el «café para todos».

Resulta difícil de entender que el principal enemigo del PNV sea EH Bildu, fuerza soberanista abertzale que defiende el derecho de la nación vasca a ser independiente y libre, sobre todo después de escuchar a Ortuzar que ellos también son abertzales e independentistas, en la Plaza Nueva, y ante una militancia fiel y comprometida con las proclamas firmes del Alderdi Eguna y el propio Aberri Eguna... Sin embargo, a la hora de buscar apoyos para gobernar prefieren al PSOE o al PP, olvidando el diálogo y la suma global de votos libertarios (70%), cosa que no ocurre en ningún otro territorio peninsular...

De lo que no hay duda es de la pérdida de apoyos al proyecto jeltzale y eso no lo asumen porque consideran que su forma de gobernar es exitosa y procedente, a pesar de la corrupción, de la imposición y de la privatización de lo público. El tiempo no pasa en balde y la gente se cansa de insultos y mentiras, de amiguismos y OPEs trucadas, de criminalizaciones gratuitas y falta de empatía a la hora de construir unidades de acción que conlleven un «estatus» mínimo de trabajo nacional. El chapoteo costumbrista supone una actividad de autodefensa donde los adeptos a «jaungoikua» se bañan con placer y no dudan en implicar a quienes le pisan los talones y amenazan con la «comodidad en España» aliándose con cualquiera que les ofrezca sus votos. La deriva del PNV le está castigando y su constante criminalización a EH Bildu le hace olvidar sus actos pasados: el día 6 de abril se conmemoró en Iruñea la muerte por una explosión de Alberto Asurmendi y Jokin Artajo, militantes de EGI que obedecían órdenes de Ajuriaguerra y Rezola (cúpula de la dirección jeltzale en el exilio), tras recibir en Donibane Lohitzun preparación técnica para el manejo de armas y explosivos. Con anterioridad participaron en la voladura de la Vuelta Ciclista a España en Urbasa. Esto ocurrió en 1969 y Ortuzar tiene la oportunidad de condenar el «terrorismo» que el PNV inició con la instrucción de decenas de jóvenes para el enfrentamiento armado. Son cosas de la historia que nos ponen en su sitio, sobre todo a los puros adeptos a los «banktzokis» que no dudan en insultar y falsear la historia con tal de controlar Bizkaia (cada vez menos) y los resortes de poder cedidos por España.

Pradales nos anuncia que va a arreglar Osakidetza, después de que Sagardui y Urkullu nos decían que estaba bien, que no tenía problemas y que todo funcionaba a la perfección. Así pasa con Erkoreka y la Ertzaintza... Josu Jon se revuelve, como Galán y como tantos otros, desde sus púlpitos y sus beneficios vergonzantes, defendiendo sus millonarios salarios y desatendiendo a los y las trabajadoras que producen la plusvalía que les hace ricos. Se le ve feliz con su eslogan a Pradales, y lo de Indar Berria-Fuerza Nueva que le acompaña produce una especie de repelús que esperemos no sea contagioso. Se requiere, como dice Arnaldo, sosiego y paciencia, diálogo y debate y, sobre todo, ilusión y trabajo.

¡Al tajo! Gora herria!

Euskal preso politiko eta iheslariak etxera!

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