Cecilio Rodrigo, «Kaekus»

«Einfach toll»

En Bilbao hay una plaza que se llama Plaza del Sagrado Corazón de Jesús. En París hay una plaza que se llama La Place de la Bataille de Stalingrad. En Berlín hay una avenida que se llama Spanische Allee.

Este año se cumplen ochenta años de la batalla de Stalingrado. En algunas ciudades del mundo se siguen conmemorando aquellos días.

En otras muchas ciudades del mundo no se habla nada de ello.

Algunos historiadores hablan de la batalla de Stalingrado, otros, en cambio, del sitio o asedio de Stalingrado.

Los nazis iniciaron el sitio de la ciudad el 17 de julio de 1942. Bombardearon la ciudad con el sistema que previamente habían ensayado aquí, en los bombardeos de Gernika, Durango, Otxandiano. A saber: una primera oleada de aviones lanzó bombas explosivas o rompedoras para abrir brechas en tejados y cubiertas de viviendas, instalaciones industriales, depósitos de agua y algunas vías de acceso. Hicieron una salvedad: dos fábricas de armas que había en Gernika y que le interesaban al franquismo. Una segunda oleada descargó bombas incendiarias sobre los ya desprotegidos edificios que, rotos sus tejados y sustentados con vigas de madera, fueron fácil pasto de las llamas. Una tercera oleada de aviones ligeros ametralló a la población civil cuando huía de sus casas en llamas buscando algún refugio.

El centro de operaciones de la Legión Cóndor estaba en Vitoria-Gasteiz. Las autoridades ofrecían en un hotel exclusivo para la élite de la tropa alemana los servicios de un tropel de selectas prostitutas sometidas previamente a rigurosos exámenes para evitar que aquellos «patriotas» se vieran afectados por alguna infección o enfermedad venérea. El coronel jefe de la Legión Cóndor que dirigía la operación en su diario de guerra, mecanografiado por él mismo, describe cómo arrasaron Gernika. Termina su pormenorizada descripción con las siguientes palabras: «einfach toll», = «sencillamente maravilloso». El jefe de la Legión Condor, el entonces coronel Wolfram von Richthofen, fue condecorado con la Cruz Española con espadas y brillantes. Una condecoración que era una cruz, el símbolo del cristianismo. Si te has fijado en la grafía, ves que la primera letra del sustantivo va escrita con una C mayúscula: «Cruz». También la primera letra del adjetivo es una mayúscula: la E de «Española». ¿Cómo, por qué, para qué, quién, cuándo, con qué fin, se eligió la cruz para dar forma a una condecoración? ¿Era para decorar el pecho de algún criminal?  Podríamos susurrarle una pregunta a Wolfram von Richthofen: «¿Qué murmuras cuando, después de arrasar e incendiar Guernica te cuelgan del pecho su mejor condecoración, ¿dices de nuevo: ‘Einfach toll!’?».  Wolfram von Richthofen era de familia noble, de «exquisita cultura», hablaba español con fluidez y vocabulario preciso...

Familia onekoa, ezta?

No se habla de Stalingrado. Se han hecho muchas películas del desembarco de Normandía. Se habla hoy muy poco del Holocausto, de la decena de campos de exterminio: contabilizado hay seis millones de judíos –sin contabilizar queda un número indeterminado de republicanos españoles, exiliados, detenidos y entregados por la Francia colaboracionista–.

Apenas se habla ya del "Guernica", el cuadro de Picasso, y menos aún de Gernika.

¿El cuadro de Picasso no debería estar en Gernika y no en Madrid?

Picassoren koadroa Madriletik Gernikara?!

En Stalingrado murieron más de dos millones de personas entre soldados de ambos bandos y civiles rusos. Murieron por heridas de guerra, por hambre, por enfermedades no tratadas, por el frío. Historiadores hay que relatan novecientos casos de antropofagia o canibalismo.

Ocurrió hace ahora 80 años.

Stalingrado, 2 de febrero de 1943.

Friedrich Paulus, desobedeciendo las órdenes de Hitler, se rindió con su 6.º Ejército.  ¿Fue Friedrich Paulus un desertor, un traidor, un cobarde, un hombre honrado al no obedecer la voz del Führer? La voz, aquella voz que había que obedecer porque era «la voz del Ser» –Martin Heidegger dixit–. ¿Cuántos soldados alemanes salvaron su vida gracias a Friedrich Paulus? ¿Cuántos soldados y civiles rusos sobrevivieron gracias al paso de Friedrich Paulus? ¿Fue un militar prudente y sensato? ¿Era más sensato Adolf Hitler?

¿Hay algún militar sensato?

¿Hay alguna persona sensata por ahí, por ahí al lado, en ese rellano, en esa plaza, en ese parque, en esa calle?.

La derrota en Stalingrado fue el punto de inflexión en la Segunda Guerra Mundial. Sin Stalingrado, sin la debacle de los nazis en Stalingrado, hoy seguirían nuestros «amadísimos líderes»: los Duce, Führer, los caudillos de muchos estados europeos paseándose bajo el santo palio, sin Stalingrado habría hoy en el centro de la Plaza Mayor de cada pueblo una estatua ecuestre, etcétera.

Una vez roto el asedio de Stalingrado, y tras la rendición del sexto ejército alemán al mando del general Friedrich Paulus, los ejércitos rusos pudieron seguir avanzando hacia Berlín...

Los americanos, temerosos ante el avance rojo y ante la fuerza y el enorme prestigio que en muchas naciones tenía la resistencia, decidieron intervenir para impedir en Europa la posible hegemonía del socialismo marxista.

El desembarco de Normandía tuvo lugar catorce meses después de la derrota en Stalingrado: el 6 de junio de 1944.

El 7 de mayo de 1945 el general alemán Alfred Jodl firma su rendición en la ciudad francesa de Reims. El jefe de Estado Eisenhower y un general soviético firman en nombre de los Aliados. En el documento se establece que todas las fuerzas armadas alemanas dejarán de luchar el 8 de mayo de 1945 a las 23:01 horas.

Varios meses después, Harry S. Truman, el 6 y 9 de agosto de 1945, ordena lanzar las bombas atómicas: Little Boy en Hirohima y Fat Man en Nagasaki.

Hay quien lo cuenta con asepsia olímpica, así: «Sobre Hiroshima y Nagasaki fueron soltadas las primeras bombas atómicas...».  

Alrededor de 100.000 personas, chicos, chicas, ancianos, ancianas, niños, niñas, conductoras de tranvía, quiosqueras... murieron ese mismo día. Muchos más las siguientes semanas y algunos pocos supervivientes han vivido sufriendo durante largos años enfermedades originadas por la radiación de las dos bombas nucleares: Little Boy y Fat Man.

¡Perdón! ¿Ha pedido alguien perdón?

La decisión de Harry S. Truman evitó muchas muertes, dicen hoy algunos historiadores. Otros, en cambio, defienden que tras la rendición alemana, Japón, viéndose aislada y atacada simultáneamente por Rusia y Estados Unidos habría capitulado en breve tiempo, entienden que el lanzamiento de las primeras bombas atómicas fue un mensaje al mundo entero: «ahora, aquí, el señorito del cortijo soy yo».

Con el bombardeo de Gernika se «puso de moda» la guerra a distancia, la guerra sin campo de batalla entre militares. Guerra a distancia: aviones, obuses, bombas, proyectiles, drones, botones...

Aprietan el botón. Muere la población civil.

Tiene su gracia eso que dices: «se puso de moda».

A Gernika la siguieron Stalingrado, Dresde, Hiroshima, Nagasaki, Vietnam, Camboya, Yugoslavia (limpieza étnica), Irak (esas famosas armas de destrucción masiva que nadie ha encontrado), Siria, Libia, Yemen, Kurdistán, Ucrania, etc.

En Bilbao hay una plaza que se llama Plaza del Sagrado Corazón de Jesús. En París hay una plaza que se llama La Place de la Bataille de Stalingrad. En Berlin una calle se llama: Spanische Allee.

Carmela Negrete publica "El ‘Guernica’ o la punta del iceberg" en "CTXT" el 11-04-2023. Recomendable su lectura. Aquí unos pocos renglones: «‘España construyó una democracia sin memoria de la Guerra Civil y el franquismo’, recuerda el historiador Muñoz Sánchez. ‘Por eso no reclamó nunca responsabilidades a Alemania, nunca animó siquiera a Bonn y luego a Berlín a impulsar iniciativas conjuntas como una simple exposición sobre el desgraciado pasado común de sus fascismos’. Precisamente es eso lo que ocurre en el caso de la avenida de Berlín dedicada hasta hoy mismo a la criminal Legión Cóndor, la llamada Spanische Allee. El historiador explica que en junio de 1939, ‘miles de soldados de la Legión Cóndor recién llegados de España desfilaron bajo la Puerta de Brandenburgo y por el bulevar Unter den Linden ante el Führer’... La fiesta, que exaltaba el apoyo alemán a la derrota del ‘bolchevismo’ fue glorificada por el Ayuntamiento de Berlín renombrando la calle como Spanische Allee (‘avenida Española’)».

(20.000 militares alemanes participaron con las huestes de Franco en la guerra civil española. Entre sus heroicidades: el bombardeo e incendio de Gernika, La espantá de Málaga, etc.).

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