Era titular de prensa de un estudio de campo, indagando las causas de este retroceso social que hace que... «asociaciones y actividades de todo tipo están desapareciendo por la falta de interés de los jóvenes vascos en relevar a sus mayores. Su escala de valores es otra. Son más individualistas, más europeos»

Religión y tradición son dos de las tres rémoras de ese retroceso social, que a los nacidos en torno a mediados del siglo pasado, nos las incrustaron en el intelecto como un dogma de identidad, no sin cierta dosis represiva o como mínimo coactiva. Estas aún sintonías con la política espantaron a esa juventud.

Ante tanta incertidumbre, no tendrán claro el horizonte hacia el que quieren navegar, pero pocas dudas hacia donde no quieren ir como proyección de vida, ni que único modelo político conocido apoyar para resolver su incierto futuro.

Así, es labor de los adultos, empezar a soltar esos tres lastres, con lo que de liberación individual supondría, a la vez que agilidad social, al modo del vuelo ligero de una mariposa que atraería a esos jóvenes a participar con lo comunal

Un par de apuntes del cara y cruz juvenil en mi pueblo de acogida. Sería a primeros de abril cuando acudí en una plaza pública, al concierto de la banda municipal junto al grupo juvenil de música de Hernani... quedé impactado.

Viví la emoción, al sentir la profesionalidad, pedagogía y pasión cultural, tanto de quien pasó el relevo (maestro Sagarna) como de quienes tomaron su batuta (hermanos Pacheco). Disfruté de la frescura y universalidad de un repertorio clásico y folclórico remozados en su ritmo. También, de la gracia interpretativa de los solistas (txistularis, dulzaina, alboka, acordeón, txistu bajo, pandereta, guitarra, percusión flamenca, voz y canto), acompañados por otros intérpretes con instrumentos clásicos y algún veterano de la banda anterior. Un nuevo directorio, fusionando tradición, con estilo musical y estética propios. Lo clásico de antes estuvo muy bien; lo de hoy, sirve para recordarlo a otro ritmo y sabor

Hacia el final del atardecer, comenzaba otro «concierto» muy concertado y muy concentrado en Kaxko, dentro de un mix de ruido, insalubridad e incivismo. Tiene que ver con la tradición del desmadre, como consecuencia del consumo excesivo de alcohol y un dejar hacer por parte de la institución municipal que ahí si tuvo presencia. Miembros de una corporación con aparente frescura y presuntas ataduras a pesar del relevo, al mantener como los anteriores, la promoción de la asociación de hosteleros para la «cultura» del txotx, que poco tiene que ver con la tradición sidrera y mucho con la «religión» del consumo.

Aquí quería llegar, haciendo esta observación comparativa, en el sentido de que, en Euskadi las asociaciones de hostelería además de motivadas están institucionalmente incentivadas y mediáticamente promocionadas. Es lo que nos va quedando como cultura prevalente. Va siendo hora de meditarlo en alto.

Cuando aun en los días más crudos de este invierno, han dormido en la calle decenas de personas sin techo y no haber ni una sola vivienda social en Gros, con el voto en contra solo de Podemos, más casi un centenar de alegaciones de asociaciones y vecinos en contra, el ayuntamiento ha aprobado construir a pie de playa (24 millones y 5.500 metros cuadrados de dinero y suelo público) otro Basque Culinary Center II... ¡dinero público! Fomentar la turistificación y distinción de la elite gastronómica, en total sintonía entre asociaciones e instituciones (esta vez sí), pero siempre la de hosteleros, es la más clara demostración de que aquí tampoco hay relevo en la mentalidad clasista de la corporación (PNV) –más la tibieza calculada de EH Bildu– para establecer el orden del gasto público, priorizando lo que tiene que ver con el consumo de ocio... y el negocio.

Así cuando del artículo destaca: «Hay ayuntamientos que no saben qué hacer con los jóvenes porque no se apuntan a nada», añado: y los mayores tampoco.

¿Qué esperan con actitudes y prioridades como la del alcalde de Donostia, que nada más ser nombrado rescató la memoria olvidada de la Salve en honor al concordato iglesia/estado y la fiesta de matar toros (religión y tradición). ¿Qué esperar con actitudes como la del alcalde de Hernani multando con 3000 euros a los jóvenes de GKS por poner una txozna en sanjuanes sin tener autorización por haberla solicitado fuera de plazo, cuando repasando hechos comparados de la historia de su grupo político no alcanza a ser ni travesura juvenil? Si el 3 de enero solicitamos en el Registro, votar en un pleno o hacer análisis periódicos del agua que de Añarbe llega a nuestras casas, y de manantiales a fuentes públicas como las de Leoka y Elizatxo; si aún no hemos recibido ni el acuse de recibo, ante ese ninguneo por también haberse pasado del plazo razonable,¿cómo sancionarles? Agua y radiaciones (wi-fi escolar) son dos conductores de componentes invisibles y acción nocivos, que exigen análisis y mediciones por darse un gran consumo entre los niños. Y aquí hablamos de salud... no de ocio

Actitudes poco amables, tampoco odiables, pero si cerca de ello. Se atreven a tanto, porque su mayoría absoluta o componendas entre partidos, no necesita los votos de ciudadanos incómodos asimilables a antisistema. Olvidan que, los cambios de progreso real y revoluciones sociales de la historia han venido de estos, tomando como base de trabajo: educación, salud y espiritualidad (ESE).

Hasta aquí un relato, del que con matices coincidiríamos la mayoría informada. Tampoco dudo que todos quisiéramos disfrutar de una comunidad de progreso mas igualitaria en justicia social. Ese cambio de paradigma sería alcanzable, si esos ayuntamientos que hoy no saben qué hacer con los jóvenes, ni cómo motivar a esos adultos impotentes por falta de cauces participativos en las decisiones (no solo para la opinión), se abriesen a integrar propuestas de ciudadanos comprometidos, al asimilarlos en igualdad decisoria y presencial con el resto de la corporación: democracia directa y cultura comunal.

Parece utopía porque hoy de la mediocridad han conseguido hacer normalidad. ¿Estaríamos todos de acuerdo? ¿o ese «todos» son solo los gobernados, que a su vez somos los que pagamos los salarios de quienes nos cierran el paso a ciudadanos activos pero no participativos en órganos de decisión municipal?

Esa democracia directa la ejercían nuestros antepasados: batzarre eta auzolan bolondresean. Servicio voluntario a la comunidad; ya lo conocí en mi pueblo de nacimiento y con implicación vecinal. Democracia activa y participativa; sin caudillos que obligan al voto. Trabajo comunitario con compromiso de mínimos como: no negociación con partidos, no ingresos ni subvenciones públicas.

Este agonizante sistema de partidos-unidos, no da más de sí, en razón al colapso moral que supone haber olvidado-desviado la razón para estar ahí. Las elites corporativas: banca, iglesia, oligopolio farmacéutico, energético, Banco del Agua, globalistas, etc. ralentizan su ocaso vital... hasta que tomen el relevo.

Acabado el relato y puesta sobre la mesa la fórmula del nuevo paradigma para mayorías (excepto a quien no quiere renunciar al abuso de poder que le otorga el cargo político), falta conocer... reconocer el diagnóstico de lo que lo impide.

La dictadura piramidal en la estructura jerárquica de este sistema de partidos políticos, es innegable. Hasta hoy, todos sus miembros debían obediencia y disciplina de voto al dictado de su dirigente. Éste, hoy se la debe al gobierno; y este, (desde que España cede su soberanía climática a EEUU, a cambio del perdón de la deuda) a su vez, la cede a las élites del gobierno mundial, como pretenden a nivel sanitario con el mando único en la OMS y otros organismos controladores por zonas de bajas emisiones y ciudades de quince minutos, bajo el señuelo y paraguas-comodín de emergencia por el cambio climático.

Esta es la sociedad de «progreso» democrático que nos quieren reservar, con la colaboración de partidos políticos cercanos y que toda la vida hemos votado. Aún les amparan miles de votos, desde el militante ingenuo y voluntarioso, al fanático y hasta el voto automático de los más desidiosos... han tocado techo.

Con este ocaso político y un cada vez mayor despertar ciudadano, el próximo voto para esa izquierda traidora, será: «no se lo volveré a dar». Cuatro años pasan rápido y su caída dará mucho de sí... sin necesidad de empujarles.

Pero como en todo, la solución comienza desde el cimiento orgánico que es el ayuntamiento de cada cual. Siendo la institución más cercana al ciudadano y con elecciones municipales a la vuelta de la esquina, vemos nacer en Euskadi los primeros batzarres comprometidos a favor del comunal. Embriones cívico- colectivos, para arrancar en pequeños ayuntamientos de Euskadi. El resultado dirá que, sí mereció esforzarse para el cambio... que ya lo quisieran otros. Pero la Constitución española obliga, y no permite el Revocatorio, así como la de la «dictadura» bolivariana de Venezuela, permite a los dos años destituir al cargo.

Pero si lo anterior a los partidos no está, y lo de hoy no da más de si, ni motiva al 70%, como implícitamente reconoce el informe del 20 de abril, desarrollado entre UPV/EHU, la Universidad de Deusto y Mondragón Unibersitatea, procede buscar una fórmula mixta institucional/popular, en que los alcaldes se obliguen a tratar los temas que proponga el batzarre local. Llevado a un símil coloquial, actuaría como el gai jartzailea para los «debates» entre bertsolaris.

El hartazgo contranatura en la política de partidos, debería llevar a mas de un candidato a apostar por un Batzarre inclusivo para su pueblo; ofrecer mayor representatividad y naturalidad, lo cual le daría votos. También ganancia política a quien incluya como moción en el Parlamento vasco, en consonancia con la propuesta para la renovación política que una vez más anuncia el PNV.

Conseguirlo en un solo pueblo como levadura que aglutine otro futuro, sería un éxito. No un Batzarre rescatado del baúl de los arbasos ni del museo político de nuestros ancestros, sino el faro y referente comunal, nacido para crear un futuro ilusionante y autosuficiente... llevado a efecto por almas despiertas.