Eva Perez Gamboa
Alumna del euskaltegi IKA Sahats

En pos de la cohesión, euskera sin coste añadido

Varias son las razones por las que creo que el Gobierno de Navarra, así como la Comunidad Autónoma Vasca deberían encabezar el movimiento de instituciones que hace posible que sus habitantes tengan la oportunidad de aprender su idioma sin tener que pagar por ello nuevamente.

Sin duda alguna, la gratuidad en educación ha sido un asunto ampliamente debatido tanto entre la ciudadanía y los medios de comunicación, como entre políticos e instituciones. El tema que me lleva a escribir este artículo está directamente relacionado con el derecho de los ciudadanos a un sistema educativo gratuito como garante de la igualdad de oportunidades que todos merecemos en un país actual, moderno y sensible con la prosperidad social y económica. Por todos es conocido que existe una relación directa entre el nivel de educación y el nivel de desarrollo de un país y sus habitantes. Desgraciadamente, a día de hoy, no podemos decir que nuestro país garantice ni el desarrollo, ni la prosperidad de sus habitantes facilitándoles una educación de calidad y gratuita desde la infancia hasta la etapa adulta. Es más, parece que se trate de una utopía.

Sin embargo, veo un rayo de luz, un atisbo de esperanza, en este pedregoso camino de la gratuidad en educación. Tal como he señalado antes, la educación en general va de la mano del desarrollo de una sociedad, pero, además, la enseñanza de idiomas en particular, puede ejercer de elemento integrador, y es en este campo en el que veo la mencionada esperanza, ya que se vislumbra la posibilidad de facilitar el aprender euskara a toda la ciudadanía de manera totalmente gratuita, haciéndose cargo de dicho coste la administración.

Varias son las razones por las que creo que el Gobierno de Navarra, así como la Comunidad Autónoma Vasca deberían encabezar el movimiento de instituciones que hace posible que sus habitantes tengan la oportunidad de aprender su idioma sin tener que pagar por ello nuevamente. Digo nuevamente, porque, desde mi punto de vista, el titular a aparecer en la prensa no debería ser «aprender euskera gratis», sino hacer un uso razonable de los impuestos para que no tengamos que volver a pagar por un derecho que ya debería estar pagado. Digamos no al copago en educación, por favor. Más aún en la coyuntura de crisis severa que está azotando al país. En mi opinión, tanto Navarra, como la Comunidad Autónoma Vasca deberían ser los motores de dicho proceso por dos simples razones: una, porque tienen la posibilidad y el potencial para hacerlo, y dos, porque pueden y deben apostar por ser un referente y un ejemplo para otros gobiernos, más teniendo la peculiaridad de contar con dos lenguas oficiales.

Por otra parte, creo que la gratuidad del aprendizaje del euskera lograría que el idioma de muchos de nosotros se convirtiera, por un lado, en un elemento integrador, como ya he señalado, que fomentaría una mejor convivencia entre los habitantes al formar parte del día a día de los ciudadanos. Por otro lado, lograría que el euskera tuviera ese apoyo que viene siendo reclamado por parte de los colectivos culturales y euskaltzales desde hace décadas. No podemos obviar las dificultades a las que se ha enfrentado, y se sigue enfrentando el euskera y sus hablantes en su propia tierra desde hace décadas, por lo que considero que es de vital importancia y de justicia social darle prioridad al euskera. Por ser un idioma propio de la comunidad, por ser minoritario y necesitar todo tipo de atención y mimo entre otras muchas razones.

Por lo anteriormente expuesto, solicito a las autoridades competentes que destinen la partida presupuestaria que corresponda a ofertar a toda la ciudadanía la opción de estudiar euskara sin coste añadido alguno. En ningún momento, los gobernantes deben perder de vista que tanto el euskera como el castellano son idiomas de Navarra. En definitiva, se trata de una ampliación de derechos sin ninguna merma de los mismos para nadie.

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