Ane Rotaetxe, Idoia Irastorza, Nerea Olaziregi*

Eskerrik asko, Txantxiku

Txantxiku lo ha hecho con sentido común, buen hacer, cuidado colectivo, y sobre todo con criterio propio, algo que brilla tanto por su ausencia últimamente, en este y en tantos otros espacios

En este verano raruno que vivimos, decidir que nuestros hijos e hijas vayan a udalekus es algo parecido a ser una madre totalmente irresponsable. Y digo madre porque si algo ocurriera seríamos nosotras las que no lo hubiéramos evitado y las que no nos hubiésemos levantado la culpa social tan fácilmente de encima... así estamos todavía, año 2020, en esta sociedad tan «igualitaria» y «avanzada» en la que nos ha tocado criar.

Cualquiera, sin que se lo preguntes ni te importe una mierda su opinión, te aporta estos días que....«¡cómo se te ocurre mandarles a campamentos a las y los niños en plena pandemia!».

Los tiempos de covid son así, normativa manda, humano obedece, todo Dios opina.

Esta semana, después de 12 días en un aterpetxe de Araba, han llegado a Deusto de vuelta en autobús 50 niños y niñas de una acampada organizada por Txantxiku Aisialdi Taldea y Berbaizu Euskara Elkartea a la que estamos muy agradecidos, sobre todo, porque (además de que vuelven todos sin fiebre ni sustos, que por otro lado podíamos haber tenido en cualquier camping, playa, pueblo o cumpleaños) el equipo de begirales ha apostado por llevar a cabo los udalekus bastante contra corriente (no olvidemos que dos días antes de marchar nuestros hijos y hijas se suspendieron todos los udalekus municipales y los de las diputaciones).

Txantxiku lo ha hecho con sentido común, buen hacer, cuidado colectivo, y sobre todo con criterio propio, algo que brilla tanto por su ausencia últimamente, en este y en tantos otros espacios de «nueva normalidad».

Además de para pagar el IVA y consumir, han demostrado que también existen otros lugares donde nos podemos juntar y relacionarnos en estos tiempos nuevos y extraños. Esta acampada ha sido un claro ejemplo de ello. Si lo organizamos con cabeza y mimo es posible. Y sobre todo, es necesario.

Estos monitores y monitoras que se han responsabilizado de 50 menores también son jóvenes y dedican días de sus vacaciones de verano sin cobrar un euro, de una forma totalmente voluntaria.

No oímos ni leemos nada en medios sobre estas vivencias, sobre estas apuestas y sobre esta juventud. No hay reportajes, ni entrevistas, ni ningún interés en compartir estas experiencias.

Nos revienta la imagen de la población joven que se está dando estas semanas en los informativos, como si solo se dedicaran a pimplar botellones, hacer el capullo y de paso contagiar a sus aitites y amumas... con riesgo de matarlos.

Aski da, benetan, aurrera gazteria eta eskerrik asko beste behin ere eta aurten bereziki Txantxikuko kideei!

* Firman este artículo: Ane Rotaetxe, Idoia Irastorza, Nerea Olaziregi, Maritxu Agirre, Gotzon Irizar, Naiara Muñoz, Arene Ruiz, Iratxe García, Carles Escrivà, María Garcia-Fresca, Kristina Alberdi, Kepa Eguzkitza, Ione Amezaga, Jabi Lopez Alquezar, Aitor Sarrionandia-Ibarra, Iraide Urriz, Gontzal López, Ibon Goldaratzena, Celia Durán, Pedro Zuberogoitia, Patri Gutierrez, Alaitz Bilbao, Jon Briñas y Ainhoa Velasco.

Recherche