Jornadas Gure Platera Gure Aukera
Como trabajadoras de comedores escolares públicos, el pasado 15 de marzo tuvimos la oportunidad de participar en la jornada organizada por la plataforma Gure Platera Gure Aukera: dedicada a investigar, trabajar y proponer cambios en comedores escolares; que trataba sobre responsables de comedor.
La jornada dio mucho que aprender y debatir, lo que siempre es positivo en estos tipos de encuentros sociales.
Pudimos conocer, entre otras, la experiencia que se lleva a cabo en el centro Salburua de Gasteiz, que ha decidido otorgar la cualificación de espacio pedagógico a su comedor.
Para ello la filosofía aplicada es que la educación no se suspende a las 12 y se retoma a las 3, sino que todo lo que se vive en el centro es educativo, pedagógico y todas las personas son educadoras.
Esta filosofía ha hecho que se pongan en marcha diversas dinámicas que construyen comunidad en torno al alumnado, al comedor, apostando por la democratización del espacio, dando voz y voto al alumnado así como a todas las personas trabajadoras, enriqueciendo relaciones entre iguales y acabando con la compartimentación que se sufre como consecuencia de las políticas públicas aplicadas.
Nuestras comunidades escolares están demostrando que van a una velocidad distinta de la propia administración que se dedica a meros anuncios sin aportar medios ni propuestas que haga realidad un cambio en dirección a un sistema educativo comunitario.
Como ejemplo pondremos las comisiones de comedor: entes que se recogen en la normativa elaborada por el departamento de Educación, que tiene una importancia vital para trabajar y superar los aspectos que puedan ser problemáticos en el espacio de la comida.
Es sabido por todas que el comedor es un ámbito de múltiples conflictos.
La dificultad de abordar las posibles soluciones vienen dada por la imposibilidad de la participación de las propias trabajadoras que, al ser subcontratadas, no se reconocen como parte del centro, una contradicción que hace que sea, per se, otro conflicto en torno a la resolución de dichas situaciones problemáticas.
La subcontratación debe desaparecer por ser una instrumentalización de la mercantilización de personas, pero también porque en un sistema educativo de calidad no debe existir este tipo de anomalías.
Las personas trabajadoras somos el eslabón que une el centro, la hora de la comida y el alumnado.
Hablamos también de la importancia de incluir el comedor en el proyecto de centro, no es natural que no se entienda el comedor como otra aula más. Se debe de acabar funcionar en bloques estancos por la simple razón que el objetivo común es el alumnado, su desarrollo integral en todas las áreas, conjugando todas ellas.
Mejorar la alimentación es, también, un apartado a abordar con urgencia. Es cierto que se han dado pasos, pero aún son muy insuficientes. Se debe de dar un papel real y participativo a nuestras personas productoras, ganaderas, a nuestros arrantzales… Acerca la alimentación local a nuestras hijas e hijos. Todas sabemos de la dificultad que atraviesa este primer sector, y es hora de reconocerle este calificativo.
Han de crearse oportunidades para que nuestro entorno no se diluya entre políticas perversas que hablan de protección, pero no avanzan en dicha dirección.
Los comedores pueden ser una opción en este sentido, atendiendo el número de comidas que se elaboran y distribuyen cada curso, año.
Se vio también la importancia de tener cocinas en los centros, sin cocina la calidad de la comida baja. Se sigue entregando alimentos kilómetros cocinados a altas horas de la madrugada, que se pasan horas metidos en termos.
El departamento de Educación tiene que apostar por tener estos espacios imprescindibles. Debe reforzar la inversión en ello, dejar de optar por el precio y hacerlo en pro de la calidad, pero también de nuestra identidad.
Terminar con el doble coste que supone mantener la dinámica de lo privado-público, y que se costea con el dinero de todas.
En el aspecto laboral, aún tiene un gran recorrido, tiene que mejorar ratios, condiciones laborales, salud laboral, pero también infraestructuras.
Tener planes reales de euskaldunización para todo el personal, incluido las educadoras de comedor. Tenemos derecho a poder comunicar en nuestra lengua con el alumnado y está claro que, otra vez más, que se incluyan personas en pliegos de contratación como si fueran mercancía y se priorice el precio más bajo, no ayuda.
La alta precariedad también es un problema a resolver, con jornadas de hora y media, dos, o dos y media y 6 horas de formación anual, hace que cualquier plan educativo, pedagógico, de euskaldunización, de atención sanitaria (todas ellas a atender por nosotras) está abarcado a fracaso, y se sabe.
Y si sale adelante todo ello es por nuestra voluntariedad, atendiendo funciones cada vez más difusas, cargas de trabajo aumentando y sin ningún reconocimiento.
No son pocas las materias en las que tiene que trabajar la administración y en concreto el departamento de Educación para progresar adecuadamente, quizás sea hora, ya que trabaje en paralelo y la misma dirección que su sistema educativo y sus comunidades, de lo contrario, de nuevo, llegarán tarde.
Por nuestra parte agradecer la jornada a GPGA que entendemos imprescindible para que, como comunidad escolar, podamos acercarnos, conocernos mejor y crecer.