Antonia Adan Pérez

La Bella Sucia

Don Inercio, está tranquilo de conciencia. Le han convencido de que quemar basura es lo más ecológico y lo que se lleva en Europa. Bienvenido el progreso eficaz, cómodo y mágico

Don Inercio, donostiarra orgulloso de su bahía meliflua y celoso de cada baldosa levantada, no se siente concernido por el nuevo trastero de la Bella Easo, en el barrio de Zubieta, enfrente de «La pequeña Rusia» de Oria. En algún sitio hay que hacer la cárcel para los malos y la quemadora de basura para contribuir a eso de la economía circular. Qué no se quejen, pues allí van a construir el Centro para (favorecer) el Cambio Climático. También hay sitio para las escorias y las cenizas tóxicas, está todo controlado.

Considera que sus dirigentes políticos siempre aciertan en sus decisiones porque no se arriesgarían a perder su decisivo voto de pensionista y además lucen trajes y sonrisas de galanes de cine. Don Inercio solo protesta contra los que protestan por los adelantos de la civilización, como el fantástico Metro de Donostia.

Así, y aunque le preocupe un poco que los mocetones de la Real y los purasangre estén tan cerca, no cree que sea para tanto el riesgo para la salud por quemar toneladas de plástico y otros residuos tóxicos. Piensa que llevamos décadas echando malos humos al aire y si uno coge un cáncer, la medicina ha avanzado una barbaridad.

Él nunca ha reciclado, y su partido le da libertad para ello. Don Inercio mezcla la monda de naranjas, botes de lejía y su Diario Asco y espera que el fuego purificador los hagan desaparecer. Considera un acierto que paguen lo mismo los que se esfuerzan en separar sus residuos y los que, como él, jamás lo harán porque pertenecen con orgullo a la fracción rechazo. Se pregunta, no obstante, por qué en Neguri tienen el sistema puerta a puerta.

Don Inercio, está tranquilo de conciencia. Le han convencido de que quemar basura es lo más ecológico y lo que se lleva en Europa. Bienvenido el progreso eficaz, cómodo y mágico. Ni siquiera le inmuta que la alternativa sea más barata y genere más empleo, pura propaganda de los aguafiestas; no entienden que se lleva hacer negocios con chinos y quienes los impidan se verán en los tribunales y embargados.

Don Inercio tenía abuelos baserritarras que hacían abono con txerrijana, qué atrasados vivían. Eran sanos pero un poco cortos de miras, nunca estuvieron en Benidorm. Respira hondo y recoge a su nieta de la ikastola, menos mal que no está a 500 metros de esa maravilla que están construyendo, a quien le toque que se j… Sin embargo, la neska dice que va a hacer huelga los viernes para salvar el planeta, y Don Inercio le responde que el planeta es indestructible y que no hay motivos de preocupación, para tranquilizarla le ha comprado un móvil que lleva la educación sexual incorporada.

Don Inercio se dirige después a tomar su baño diario en La Concha, donde atiende a los medios de comunicación que alucinan con los 20° en enero, y les grita: ¡Viva el cambio climático! Los que digan que la Bella Easo se ensuciará por tener incineradora propia, no saben lo que es disfrutar la vida y dejarse llevar por los placeres y las modas. Y más cuando lo haces llevando la contraria a esos científicos listillos.

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